Delincuentes que operaban desde call centers ubicados en cárceles de Argentina ofrecían paquetes turísticos a Punta Cana en Uruguay. Para congeniar las estafas, simulaban ser agencias de viajes y vendían hoteles a precios muy económicos. Engañaban a los clientes, además, con sorteos de entradas para shows musicales internacionales.
Estafas: ofrecían paquetes turísticos a Punta Cana desde "call centers" en cárceles de Argentina
La Justicia de Uruguay detectó una organización delictiva que operaba desde cárceles argentinas. Para congeniar las estafas, se hacían pasar por agencias de viajes y ofrecían hoteles en Punta Cana.
De esta manera, y tras un informe del diario El País, se supo que un damnificado uruguayo creyó que había comprado una estadía en un resort all inclusive de República Dominicana, e ingresó a un link con el objetivo de hacerse del producto.
Sin embargo, y tras haber cargado sus datos en una aplicación de cobro enviada por los falsos agentes de viajes, los delincuentes le robaron la contraseña de su cuenta bancaria y comenzaron a sacar préstamos por un total de US$ 9.500.
Otro de los casos de fraude remite a una persona quien creyó que estaba participando en el sorteo de entradas para ver a Paul McCartney, pero en realidad estaba siendo engañada. Le robaron US$ 10 mil.
Según publicó el medio uruguayo, el grupo tenía una persona -de ciudadanía venezolana-, quien tenía el rol de enviar el dinero que se obtenía a una cuenta ubicada en Argentina, a través de un depósito en una tarjeta prepaga.
La política uruguaya detuvo a dicho individuo y comprobó que tiene un antecedente de estafas, por el cual enfrenta la pena del cierre de fronteras y el deber de cumplir tareas comunitarias de ocho horas mensuales durante tres meses. Por el segundo delito —la apropiación de US$ 10 mil—, no fue imputado porque no se pudo probar su participación.
Modus operandi de las estafas en turismo desde las cárceles de Argentina
Los casos legaron a la Fiscalía de Flagrancia de Uruguay, que detectó que detrás de esta maniobra había una organización de estafadores montada, y afirmaron que se trata de una red criminal que opera desde call centers que están ubicados en cárceles de Argentina y tenían mulas en Uruguay.
Raúl Iglesias y Claudia Amoedo, los fiscales a cargo, indicaron que los delincuentes operaban bajo la modalidad de estafa conocida como phishing; así como detectaron varios tipos de estafas informáticas por parte de este grupo.
"Consiste en engañar a las personas para que brinden información personal o financiera, suplantando entidades legítimas o, lo que es lo mismo, haciéndose pasar por entidades de confianza", declararon al El País, para agregar: "Los ciber delincuentes utilizan la información para perpetrar ataques al patrimonio de las víctimas, haciendo compras con tarjetas de crédito, sustrayendo dinero de los bancos en línea o solicitando préstamos a su nombre".
Asimismo, los investigadores comprobaron que los acusados habían montado una suerte de call center “tumbero”, en el que contaban con una oficina con computadoras, celulares y todo tipo de tecnología. "Se manejaban con total comodidad y sin ningún tipo de control", manifestaron.
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