El déficit del turismo volvió al centro del debate económico tras un nuevo informe del Banco Central que recalcula el gasto en viajes y pasajes al exterior. El ajuste estadístico, anticipado por secretario Daniel Scioli, reduce los egresos medidos en 2025, pero no modifica la dinámica del turismo emisivo ni el impacto sobre la economía real.
El "déficit turístico" se recalcula y Scioli celebra menos rojo en los números: qué cambios hizo el BCRA
Un adelanto de Daniel Scioli, basado en una nueva metodología del Banco Central, identifica que se reduce el "rojo del turismo en 2025".
Déficit: Scioli destaca que el nuevo cálculo del BCRA reduce los números, pero el problema persiste.
En base a una nueva metodología aplicada desde julio, el BCRA excluyó del rubro “consumo con tarjetas” una serie de pagos que no estaban directamente asociados a viajes, como servicios digitales y compras de bienes despachados por correo. A partir de esa revisión, el Gobierno reordenó sus estimaciones anuales y bajó el volumen del déficit turístico proyectado.
La nueva metodología del BCRA festejada por Scioli: cómo se recalcula el gasto en viajes
Según el informe oficial, los egresos turísticos estimados para todo 2025 pasarían de US$ 13.350 millones bajo la metodología anterior a US$ 10.241 millones con el nuevo criterio, una reducción del 23%. En consecuencia, el saldo turístico negativo se ajusta de US$ 9.983 millones a US$ 6.935 millones.
El cambio no responde a una menor cantidad de viajes al exterior ni a un repunte del turismo receptivo, sino a una depuración técnica del rubro “Consumos de bienes y servicios pagados con tarjetas, viajes y pasajes”, que históricamente incluía operaciones no vinculadas al turismo, como compras online enviadas por correo y consumos digitales.
Cabe aclarar que el BCRA solo calculó los datos con la nueva metodología para el período julio-noviembre de 2025. Para completar la serie anual, los valores previos y diciembre fueron estimados en base a promedios de variación, lo que refuerza el carácter técnico -y no estructural- del ajuste. (Sigue el boom del turismo emisivo y caen los arribos internacionales)
Qué muestran los datos mensuales: viajes, dólares y mercado de cambios
El informe aporta además una radiografía precisa del impacto mensual. En noviembre, la cuenta “Servicios” registró un déficit de US$ 559 millones, explicado principalmente por los egresos netos vinculados a viajes y pasajes, otros servicios y fletes y seguros.
Una vez descontadas las compras postales no asociadas a viajes (estimadas en US$ 95 millones), los egresos brutos por consumos vinculados a viajes y pasajes alcanzaron los US$ 647 millones en el mes. De ese total, US$ 472 millones correspondieron a gastos con tarjetas por viajes, US$ 101 millones a transporte de pasajeros y US$ 74 millones a giros al exterior de operadores turísticos.
Un dato clave: el 70% de estos egresos fue cancelado directamente por los clientes con fondos en moneda extranjera, lo que atenúa el impacto inmediato sobre el mercado de cambios, pero confirma el fuerte nivel de consumo externo. En términos netos, los egresos por viajes y pasajes vía mercado cambiario se estimaron en US$ 322 millones en noviembre.
Menos déficit medido, la misma tendencia estructural
Más allá de la corrección estadística, el diagnóstico de fondo no se altera. El turismo emisivo continúa en niveles elevados, favorecido por el tipo de cambio y la pérdida de competitividad del doméstico este sentido, el nuevo cálculo del BCRA no contradice las estimaciones previas que hablaban de una fuerte salida de dólares por turismo, sino que las reordena metodológicamente.
El problema no desaparece: cambia su magnitud contable, pero no su dinámica económica. (Radiografía del turismo: aporta solo el 1,7% del PIB y estadísticas negativas en 42 de los últimos 49 años)
Impacto real: empresas, empleo y actividad bajo presión
Mientras se ajustan las cifras macro, el sector turístico enfrenta un escenario complejo en la economía real. La caída del turismo interno, la menor ocupación y la retracción del gasto afectan la rentabilidad de hoteles, restaurantes y prestadores, especialmente en destinos dependientes del mercado doméstico.
Empresarios advierten sobre reducción de turnos, cierres temporales y pérdida de empleo estacional, en un contexto donde los costos siguen ajustándose por encima de la demanda. Para el sector privado, la recalibración del déficit en las estadísticas no se traduce en alivio operativo ni mejora del flujo de actividad.
La nueva metodología del Banco Central ordena los números del turismo, pero no cambia el mapa del sector. El rojo es menor en los papeles, pero el desafío sigue intacto: un consumo externo sostenido, un mercado interno debilitado y una actividad clave para el empleo que continúa bajo presión.
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