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UADE: la huella argentina en el paladar internacional, un viaje gastronómico inolvidable

El director de la Licenciatura en Gastronomía de UADE, Darío Rodríguez, escribió sobre dos íconos de la gastronomía: el helado y las medialunas de manteca.

Darío Rodríguez, director de la Licenciatura en Gastronomía de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), escribió la siguiente columna, referida a íconos de la gastronomía de nuestro país –como el helado y las medialunas de manteca– que lograron conquistar paladares más allá de las fronteras.

Columna de Darío Rodríguez, director de la Licenciatura en Gastronomía de UADE

Una vez más, la gastronomía argentina logró conquistar paladares más allá de nuestras fronteras.

En este caso, el helado y la medialuna de manteca fueron mencionados por el reconocido actor Ryan Gosling, quien –en una entrevista– comentó que en 2004 viajó a nuestro país, probó estas exquisiteces y, como era de esperarse, quedó fascinado por su sabor.

Con toda humildad podemos afirmar que estas dos recetas tienen renombre internacional, ya sea por la cremosidad, sabor y textura que ofrece el helado; o bien por la untuosidad, esponjosidad y aroma que sólo una medialuna de manteca caliente puede otorgar.

Ambos, aunque distintos, reflejan la pasión y dedicación que los argentinos ponemos en cada una de nuestras creaciones gastronómicas.

¿Por qué el helado y las medialunas se convirtieron en íconos de Argentina?

Podemos afirmar que, por un lado, la tradición nacional de consumir helado y medialunas hizo evolucionar e incorporar técnicas que mejoran su resultado final.

A su vez, el uso de materia prima de calidad da lugar a un sabor distintivo, ya que, por ejemplo, una medialuna realizada con manteca resulta mucho más sabrosa –y costosa– que aquella hecha a partir de margarina de hojaldre.

Un factor que da cuenta del fanatismo que tenemos por las facturas y medialunas de manteca es la cantidad de panaderías que hay en nuestro país: 43.000 habilitadas que dan trabajo a 470.000 personas de manera directa.

Respecto al helado, teniendo en cuenta el análisis realizado por la consultora D’Alessio IROL en 2023, se supo que en Argentina se consumen 6,9 kg. per cápita por año.

Existe, por otro lado, un factor que le escapa a la materia prima y al sabor: el compartir.

El helado es una fiel opción como postre en cenas familiares, reuniones de amigos, o bien como salida con niños.

Tal es así que nuestro país es uno de los pocos que los vende por pote de ¼, ½, ¾ y 1 kg, más allá del clásico cucurucho. Además, es posible adquirirlo a partir de aplicaciones de delivery.

Lo mismo sucede con las medialunas, que están presentes en la gran mayoría de mateadas, desayunos familiares o laborales, meriendas e, incluso, como parte del buffet de hoteles 5 estrellas.

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Historia del helado y las medialunas en el país

Respecto al helado, según cuenta el historiador Daniel Balmaceda, en el siglo XIX, en la región de Cuyo ya se elaboraban bebidas frescas que eran mezcladas con la nieve de la zona (lo que hoy conocemos como raspaditas o cremoladas).

Los registros también cuentan que el General Don José de San Martín tenía debilidad por este postre, conocido en aquel entonces como “Nieve”.

Luego, en el siglo XX, los inmigrantes italianos trajeron consigo el concepto de helado artesanal, el cual fue evolucionando hasta hoy en día, instalándose en todos los rincones de nuestro país.

En el caso de las medialunas de manteca, derivan del croissant, una clásica pieza de bollería francesa.

Sin embargo, no fue en Francia donde se originaron. La historia cuenta que, en el siglo XVII, panaderos vieneses que trabajaban por las noches descubrieron que el ejército otomano excavaba túneles para invadir la ciudad. Sin dudarlo, alertaron a los guardias, impidiendo así el asalto.

En conmemoración, el emperador Leopoldo I de Habsburgo decidió condecorarlos.

Como agradecimiento, los panaderos elaboraron dos tipos de pan: uno llamado "emperador" y otro con forma de "halbmond", que en alemán significa "media luna", como burla a la media luna de la bandera otomana.

Recetas extranjeras adaptadas al paladar local

En conclusión, la gastronomía nacional logró incorporar estas recetas extranjeras, adaptándolas a nuestro gusto, perfeccionándolas y utilizando ingredientes, dando lugar a exquisiteses que hacen que hasta los actores extranjeros hablen de ellas.

Esta fusión de tradiciones culinarias y pasión por la calidad se ve reflejada no sólo en la comida, sino también en la dedicación que los argentinos ponen en cada creación.

Cada bocado de helado artesanal y cada medialuna de manteca es una invitación a descubrir y disfrutar la riqueza cultural de nuestro país.

Ya sea en una pequeña panadería de barrio o en el desayuno de un hotel lujoso, estos sabores representan con orgullo nuestra identidad, conquistando paladares y corazones en todo el mundo.

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