Pocas, insuficientes y paridas con fórceps son las respuestas que amagan a ensayar los funcionarios del MinTur a la hora de explicar las irregularidades en los contratos para promoción y publicidad revelados por este medio en las dos ediciones anteriores. Peor aún, con el correr de los días el silencio se va imponiendo y ante la palmaria ausencia de argumentos tampoco los defensores de siempre se atreven a poner las manos en el fuego por sus socios del sector público.
A un par de semanas de iniciadas las investigaciones nadie se atreve a responder quién dio la orden de hacer lo imposible para darle a una misma agencia más de $ 25 millones en contratos de publicidad con el Consejo Federal de Turismo (fraguando burdamente una compulsa de precios) y de promoción en Estados Unidos con el Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur).
El fantasma de los expedientes instalado en el MinTur
EL GRAN BONETE
Desde el MinTur alzan los hombros y se escudan en que esas respuestas deben venir del propio CFT o del Inprotur como entidades contratantes. De hecho, hasta se muestran extrañados de que insistamos en hablar con el ministro Gustavo Santos, quien curiosamente asumió diciendo "el jefe del Inprotur voy a ser yo". Llamativo silencio. Ni el amago de culpar de las desprolijidades al apuro por lanzar la campaña en Estados Unidos, a alguna infidelidad técnico-administrativa o a la dificultad de armar una nueva cartera de proveedores. Nada.
Por su parte, desde el Consejo y el Instituto apuntan con el dedo hacia Suipacha 1111.
La semana pasada el titular del órgano que reúne a todas las carteras provinciales, Mariano Ovejero, reiteró que "la contratación se tramitó desde la Coordinación (dependiente del MinTur) e intervinieron lasáreas que deben intervenir en una contratación directa". Pero al querer profundizar (¿Quién presentó a la agencia ganadora?, ¿para qué se simuló una compulsa de ofertas entre tres empresas directísimamente ligadas?), otra vez se activa el cono del silencio.
Lo propio sucede desde el Inprotur. Recordemos que uno de sus directores, Marcelo Costa, dijo que para obtener detalles sobre la acción en Estados Unidos debíamos comunicarnos con el Ministerio, que es "por dónde salió la campaña". Después desapareció de la escena y fue reemplazado por el cassette grabado por el secretario ejecutivo, Roberto Palais: "Hay un expediente basado en normas y procedimientos administrativos a los cuales la contratación se ajusta completamente". ¿Cuál es la empresa contratada?, ¿quién la propuso?, ¿por qué se hizo aparecer -y luego desaparecer- a una ignota sociedad uruguaya?... "Hay un expediente basado en normas y procedimientos administrativos...".
Ni un papel para presentar, ya que siguen trabajando en el rearmado de los expedientes (a esta altura tiene tantos cambios como dificultades para justificarlos en los plazos previstos por el contrato). Ni una respuesta seria que explique el insólito conflicto entre los directores del Inprotur que responden al MinTur, quienes dicen que se firmó un acta aprobando la campaña en Estados Unidos, y los representantes de las provincias y del sector privado, quienes lo desmienten.
Y el malestar va tomando cuerpo en el sector, donde además la crisis que se vive está poniendo nerviosos a los empresarios. Aunque el presidente de la Cámara Argentina de Turismo, Oscar Ghezzi, lo haya negado ("no se habló porque no estaba en el orden del día"), en el Consejo Directivo de la semana pasada la cuestión de los contratos también irrumpió en la mesa. El titular de la entidad atinó a decir que el ministro le había dicho que todos los papeles estaban en orden, pero algún dirigente se animó a plantear si acaso alcanzaba sólo con una declaración para quedarse tranquilos. Y otra vez el cono del silencio.
PREGUNTALE AL FANTASMA
"Preguntale al fantasma, él está detrás de todo lo que no se puede explicar", sugirió una fuente acostumbrada a transitar los pasillos de Suipacha 1111.
O sea, hay un fantasma en el MinTur que hoy trabaja horas extras. Un espectro que acerca empresas al organismo para entregarles suculentas contrataciones directas (aunque después deban subcontratar a otra compañía) o les sugiere conseguirse dos sellos más para simular una compulsa de precios. Un aparecido que desaparece expedientes que ya no pasan desapercibidos y los reemplaza casi sin dejar huellas (casi). Un fantasma que firma por gente que luego dice no recordar haberlo hecho.
“DEMASIADOS INTERROGANTES SIN RESPUESTA”, por Tomás Ryan
Entre otros temas, el empresario y expresidente de la Aaavyt se refiere a las notas publicadas en los últimos números de La Agencia de Viajes sobre las polémicas campañas publicitarias del Inprotur y al rol que se le continúa asignando a la CAT en la presente gestión.
Como empresario del sector, he leído con vergüenza la reveladora información sobre la polémica campaña de Argentina en Estados Unidos. Atento a la nueva etapa que vive el país, creí que no asistiría a episodios como los que describe la nota sobre la referida campaña.
No solo por las desprolijidades -que tratándose de millones de dólares generan al menos suspicacias-, para llamarlas de algún modo, sino por ver que la política seguida en el Instituto sigue igual a la que impuso la "década ganada".
Manejos inconsultos, voluntarismo, abuso de poder y arbitrariedad.
En reflexiones que tuvo a bien publicar Ladevi, señalé la necesidad de realizar una labor de auditoría del organismo que creó la 25.997 y encontré propicia la circunstancia para expresar mi desagrado por las poco felices expresiones del sr. Ministro Santos: "¡Olvidate de la ley y las formalidades!", al tiempo que recalcó que "él iba a manejar personalmente el Inprotur", el cual fue creado precisamente para generar una marco de diálogo con el sector privado. Las leyes, sr. ministro, no están para ser olvidadas, sino para cumplirlas.
Las cifras que ha movido el Instituto son de una enorme magnitud, en tanto percibe un importante porcentaje de lo que se recauda por el DNT, a pesar de lo cual los resultados fueron absolutamente insatisfactorios y año a año fuimos teniendo severas reducciones de turismo receptivo mientras otros países crecían, más allá de que -cabe reconocer- la política económica no ayudaba y la inflación descontrolada de la gestión "K" aumentaba los tarifarios muy por encima de toda competitividad.
Cabe destacar que tres dictámenes críticos de la Auditoría General de la Nación, señalando graves irregularidades de la gestión Meyer, provocaron la denuncia del exsubsecretario de Turismo del presidente Alfonsín, Ariel Dulevich Uzal, en sendas notas de Clarín -la última cuando aún gobernaba CFK, referida al manejo sin transparencia de créditos del BID-, las cuales no hallaron eco alguno en las nuevas autoridades de Suipacha 1111.
Más aún, sorprendió la declaración del actual ministro al asegurar que "no había encontrado irregularidades", aunque se sabe que no tomó medida alguna para verificar la existencia de las anomalías denunciadas.
También es lamentable el papel de "convidados de piedra" al que se resigna la Cámara Argentina de Turismo, que pareciera ser aún continuación de la inercia del rol dependiente que impuso el autoritarismo del exministro "K", quien disciplinó con directas intervenciones personales la conducción de la institución.
De otra manera, frente a estos abusos lo ético y lo que habría correspondido, es la renuncia a participar en el manejo del Instituto.
Y por último, ¿no hay en Argentina publicitarios de prestigio y reconocido profesionalismo? Pagar a una empresa uruguaya un millón ochocientos mil dólares, que hasta donde yo sé está lejos de ser de "primera línea", también arroja un manto de sospecha sobre toda esta confusa tramitación.
Realmente son muchos los cabos sueltos que apuntan directamente a la idoneidad de la gestión del MinTur: el ninguneo que de la ley hace el ministro, el aval a una administración anterior severamente sospechada declarando que "no hubo irregularidades" e ignorando dictámenes de la AGN que tomaron estado público, la temprana declaración del ministro asegurando absoluta continuidad con la anterior gestión responsable de un turismo en franco retroceso, sumada a la confirmación de funcionarios del actual gabinete que pertenecieron al staff del anterior y fueron sus principales espadas, etc., etc. Demasiados interrogantes sin respuesta.
LA FARSA DEL CFT EN NÚMEROS
- $ 10 millones son los que se invirtieron en una semana de spots radiales para difundir los destinos en la previa a Semana Santa.
- 3 las ofertas compulsadas según el CFT previo a la contratación directa.
- 2 de las empresas que se presentaron tienen el mismo domicilio y comparten director y presidente. La tercera es dirigida por alguien que también ha operado para la ganadora.
EL CASO INPROTUR EN NÚMEROS
- US$ 1,8 millones es el costo de la campaña
en Estados Unidos. - 7% del presupuesto anual neto del Inprotur en promoción se definió en una contratación directa.
- US$ 1,3 millones se prevía originalmente (antes de que lo revelara este medio) recibiría la ignota sociedad uruguaya Aquilor.
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