Turismo no merecía un Ministerio propio. Así lo entendió el presidente Javier Milei cuando lo rebajó a Subsecretaría combinada, además, con Deportes y Medioambiente. Concentrándonos en la especificidad, si cabe la parábola futbolera, Turismo descendió a la “B” Metropolitana. Dos categorías de una vez, porque tampoco merecía ser secretaría de Estado (como supo ser por muchos años, la SecTur).
Javier Milei y los nuevos y escandalosos ministerios
Turismo perdió su categoría, pero Javier Milei dispuso la creación de nuevos ministerios en una medida no exenta de polémica.
Afuera: Javier Milei arranca la etiqueta con el nombre Turismo.
Cabe recordar que el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación fue víctima del mismo ajuste que rebajó otras áreas “sensibles”: Transporte, Educación y Salud, tampoco merecían ser ministerios. Y sacrificaron su posicionamiento en haras de un ajuste aparentemente ineludible.
Todos recordamos la nota periodística en TV donde Javier Milei, candidato a presidente por entonces, arrancaba papelitos con los nombres de los ministerios de un pizarrón al grito de: “¡Afuera!”
Javier Milei y los nuevos ministerios
Nadie estaría escribiendo estas líneas si la historia hubiera concluido aquí. La cuestión es que entre la semana pasada y hoy viernes 19, cuatro dependencias gubernamentales, tres de ellas secretarías y una subsecretaría, fueron ascendidas para tener “rango y jerarquía de ministerio”, con la consecuente recomposición salarial para quienes las encabezan. Lo dispuso el Decreto N°337/2024, publicado el viernes 19 de abril en el Boletín Oficial.
En concreto, se trata de las secretarías General de la Presidencia, que lidera Karina Milei; la Legal y Técnica, a cargo de Dante Herrera Bravo; y la de Prensa, encabezada por Eduardo Serenellini. La semana pasada, había sido el turno de la Subsecretaría de Vocería y Comunicación, cuyo número uno es Manuel Adorni, que también se convirtió en nuevo ministerio en la práctica.
La reconfiguración del Poder Ejecutivo, los nuevos ministerios, habla en definitiva con total claridad, de lo que es y no es importante para el gobierno de Javier Milei. Y obviamente, son una contradicción escandalosa con aquella primera pasada de motosierra que acabó con el Ministerio de Turismo. Porque, además, ¿si la necesidad de ajuste se terminó, por qué no devolverle el rango a Turismo?
Veinte años no es nada
No creo que los periodistas deban ser autorreferenciales, pero cuando comencé a escribir sobre Turismo, hace 30 años, la actividad encaraba diversos desafíos. Uno de ellos era el reconocimiento institucional, económico y social dentro de nuestro país, ampliamente justificado por sus virtudes, evidentes a todas luces.
Es triste, a tres décadas de aquel momento, ver que el Turismo enfrenta el mismo desafío hoy. El trabajo de Vocería, la Prensa, son hoy más importantes que una actividad que aporta 9% al PBI nacional. Al menos es así para el gobierno nacional, que lo reafirma con sus actos. Y las entidades sectoriales sostienen la misma opinión con su silencio cómplice.
El aporte al PBI no importa, no le importa a nadie. Hoy el turismo vale menos que la tarea de un vocero presidencial, pese a que como mucho, desempeñará sus funciones por cuatro años, mientras en el sector hay empresas y empresarios con 40 y más años de historia. Al menos institucionalmente, hemos vuelto a foja cero.