A raíz de la poca efectividad en el cumplimiento de sus operaciones aéreas, sea por vuelos demorados, cancelaciones y fallas en sus aviones, el viernes pasado Flybondi presentó un plan de contingencia con el objetivo de que su operatoria sea más competente y, además, evitar multas económicas y sanciones de parte de ANAC.
El Gobierno le suelta la mano a Flybondi
El plan de contingencia de Flybondi no convence. La low cost enfrenta multas y, en el peor de los casos, la suspensión de la habilitación para volar.
Se calcula que el 45% de los vuelos de Flybondi sufrirán complicaciones durante diciembre.
El problema es que desde el Gobierno no dieron el visto bueno al plan. Según averiguó Infobae, las multas económicas podrían abarcar desde $ 200 millones por cada irregularidad operatoria. Adicionalmente, no se descarta la suspensión de rutas y, en el peor de los casos, la inhabilitación del Certificado Explotador de Servicios Aéreos –CESA–, que habilita a la empresa a volar.
Las suspensiones, cancelaciones y los cientos de usuarios haciendo largas filas en aeropuertos quejándose –y con razón– por el incumplimiento de la low cost amarilla son moneda diaria, y aún no existe una solución a la vista.
Incumplimiento en la operatoria de los vuelos y un servicio de rampa en pañales
Públicamente, la relación entre el Gobierno y la low cost amarilla venía bien: en medio del conflicto en la prestación de rampas protagonizado por Intercargo, se anunció la desregulación de este sector y, de esa manera, Flybondi fue autorizada para brindarle esos servicios a terceros. Pero hasta en eso falla la empresa de Mauricio Sana.
De acuerdo al relevamiento de Infobae, allegados a la secretaría de Transporte afirmaron que la low cost aún no invirtió en los equipos pertinentes y solo alquilaron un tractor y una linga de arrastre.
En materia operatoria, las estadísticas de ANAC indican que el promedio anual de incumplimientos –cancelaciones y demoras– de Flybondi es del 27%. Para peor, durante los últimos meses esta cifra presenta una tendencia al aumento. En su comunicado por la intimación del Gobierno a la low cost, ANAC detalla que de 1991 vuelos programados para noviembre, 384 presentaron cancelaciones (20% del total) y más de 700 debieron ser reprogramados. En otras palabras, más de la mitad de la operación sufrió inconvenientes.
En ese sentido, las perspectivas para diciembre tampoco son alentadoras, ya que desde el organismo gubernamental calculan un 45% de incumplimiento en tiempo y forma de las operaciones.
La suspensión del CESA no constituye un escenario ideal para nadie. El cese de operaciones para el verano afectaría a cientos de miles de usuarios que viajarán tanto a destinos nacionales como a Florianópolis y Río de Janeiro en Brasil –por cierto, dos de las rutas que menos inconvenientes presentan–.
Otra infracción: Flybondi utiliza su taller suspendido en Ezeiza
A la situación mencionada anteriormente se suma otro incidente. De acuerdo a lo publicado en La Nación, Flybondi usó su taller de mantenimiento ubicado en el Aeropuerto de Ezeiza mientras se encontraba en suspensión, ordenada por ANAC.
El organismo gubernamental suspendió el taller el 4 de octubre y Flybondi no acató la medida. En línea, si bien el 24 del mismo mes la empresa fue nuevamente instada a cesar las actividades de mantenimiento, ANAC constató que las tareas continuaron.
Si bien esta suspensión fue levantada el 14 de noviembre, el organismo gubernamental volverá a realizar una nueva inspección.
Asimismo, ANAC indicó que la seguridad operacional no se encontraba en riesgo, puesto que entre las razones para sentenciar la suspensión se detallaron desorden general en los depósitos, errores en los registros de mantenimiento, falta de trazabilidad de partes y material aeronáutico, entre otras.
De todas formas, Flybondi fue además instado a re-certificar a los aviones revisados en Ezeiza en talleres habilitados.
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