El turismo argentino sumó un nuevo capítulo de alto voltaje: Volalá, la agencia de viajes online que llegó a vender 400 pasajes diarios, terminó en concurso preventivo. La presentación fue aceptada por el Juzgado Nacional en lo Comercial N° 23, a cargo de Fernando Saravia, y busca ganar tiempo para reordenar un pasivo que ya supera los US$ 128 millones, una suma que causa estupor y asombro en el mercado, y denotaría maniobras financieras especulativas.
Volalá, en concurso: la agencia de viajes online que acumula deudas por US$ 128 millones
La agencia de viajes Volalá pidió concurso preventivo en la Justicia Comercial, marcando el derrumbe de un jugador que logró ser la tercera OTA de Argentina.
Volalá, que en algún momento soñó con disputarle el liderazgo de las agencias de viajes online a Despegar y Almundo, entra en concurso de acreedores.
La empresa, cuyo nombre legal es Viajes On Line S.A., había solicitado medidas cautelares para seguir operando con sus cuentas bancarias en pesos y dólares en ICBC, BBVA y Mercado Pago, advirtiendo que un bloqueo dejaría su continuidad en jaque.
El juez Saravia estableció que los acreedores tendrán plazo hasta el 3 de febrero de 2026 para presentar sus créditos. El informe individual del síndico se conocerá en marzo, el general en mayo y la audiencia informativa en octubre. El período de exclusividad para negociar un acuerdo vencerá en noviembre. La causa está siendo llevada adelante por el estudio Fargosi Abogados.
Según puso saber este medio, la compañía planifica su reorganización y aspira a reestructurar su deuda en el plazo de un año para evitar el cierre, mientras que operadores están cubriendo financieramente los reclamos de los clientes de Volalá por los servicios incumplidos por la OTA. Entre otras dificultades, Viajes On Line S.A. cuenta con aportes patronales impagos desde hace al menos un año.
Al cierre de esta edición, desde Volalá no respondieron los intentos de comunicación de este medio.
Agencias de viajes: del boom digital al podio de las OTAs
Fundada en 2016 tras la compra de la filial argentina de Submarino Viagens, Volalá fue el proyecto del emprendedor José María García Casabal. En pocos años logró posicionarse como la tercera agencia online de Argentina, detrás de Despegar y Almundo, y llegó a proyectar una facturación anual de $ 4.000 millones.
Con un promedio de 300 a 400 pasajes vendidos por día y planes de expansión hacia Chile, Colombia y México, la marca se convirtió en una de las grandes promesas del turismo digital regional.
Sin embargo, una década después el escenario es otro.
El golpe de la pandemia y las trabas oficiales
La irrupción del Covid-19 en 2020 desmoronó la operación: los ingresos se redujeron a cero y crecieron las demandas por cancelaciones. A ese escenario se sumaron los problemas macroeconómicos, la inflación y la prohibición de financiar viajes al exterior en cuotas, una medida que García Casabal calificó de “absurda y surrealista” en plena gestión de Javier Milei.
La recuperación tras la reapertura de vuelos en 2021 fue apenas parcial. La presión impositiva, la brecha cambiaria y los cambios en las políticas comerciales de las aerolíneas deterioraron aún más su competitividad.
A este escenario se suma que uno de los socios de la firma decidió retirarse, dejando un vacío financiero que, sumado a la difícil coyuntura económica y al arrastre de la pandemia, Volalá no pudo revertir.
Cabe destacar que en mayo de este año, Casabal le negó a este medio que estuvieran por cerrar la empresa y con problemas económicos. "Estamos adaptando procesos técnicos", explicó tras los rumores del cese de operaciones.
Volalá y sus estrategias de supervivencia
Volalá intentó sostenerse en el mercado con campañas digitales, promociones y una alianza estratégica con Turismocity, buscando traccionar clientes a través del buscador. Pero los resultados fueron pobres: la edición 2025 del Hot Sale no alcanzó las ventas esperadas, y la empresa comenzó a incumplir compromisos con socios clave.
El golpe final llegó cuando Buen Volar —operadora de Turismocity— envió una carta documento denunciando el incumplimiento de pagos. Ese documento fue incorporado al expediente judicial como la prueba decisiva de la cesación de pagos.
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