Polémica en Mendoza: buscan obligar a los montañistas a contratar un seguro

La autora de la iniciativa es la diputada María Eugenia De Marchi (Unión Cívica Radical), quien sostiene que busca fortalecer los mecanismos de rescate y protección en zonas de alta montaña.

Sin embargo, la propuesta, que fue ingresada en la Legislatura provincial pero aún no debatida en el recinto, generó un inmediato y contundente rechazo de parte de la Federación Andinista Argentina (FAA) y de diversas organizaciones vinculadas al montañismo, que advierten sobre graves problemas técnicos y de implementación.

Polémica en Mendoza: cuestionamientos al seguro obligatorio para montañistas

El presidente de la FAA, Mauricio Bianchi, expuso públicamente las objeciones al proyecto en una entrevista con FM Vos 94.5.

Según explicó, uno de los mayores inconvenientes radica en que no existe hoy en el mercado argentino un seguro específico para actividades de montañismo amateur, lo que haría inviable el cumplimiento de la norma.

Además, Bianchi criticó que los fundamentos del proyecto se basan exclusivamente en estadísticas del Parque Provincial Aconcagua, el destino más internacionalizado de la provincia, sin considerar la diversidad de actividades y riesgos en el resto del territorio mendocino.

“La cantidad de intervenciones de rescate es ínfima si se compara con el volumen total de visitantes que recibe el parque”, puntualizó, para recordar que los rescates en el Aconcagua se financian principalmente a través de las tasas de ingreso que pagan los turistas extranjeros.

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La FAA remarcó que iniciativas similares fracasaron en provincias como Catamarca y Tierra del Fuego.

En algunos casos, los seguros obligatorios no llegaron a reglamentarse porque los productos aseguradores no existían en el mercado. En otros, la normativa terminó siendo inaplicable por falta de controles y rechazo de los deportistas.

Otro punto crítico del proyecto mendocino es la obligación de portar un dispositivo de rastreo satelital. Para la FAA, esto no solo resulta impracticable en términos logísticos y de costos, sino que abre la puerta a la creación de un negocio que no responde a las verdaderas necesidades de seguridad en la montaña.

“No se trata solamente de subir y bajar: la montaña tiene condiciones dinámicas, no depende solo de la altitud”, señaló Bianchi, en referencia a que fijar el límite en los 3.000 metros puede ser arbitrario y no contemplar la complejidad real de cada expedición.

La falta de diálogo y la necesidad de políticas más inclusivas

Uno de los reclamos más firmes de las organizaciones montañistas es la ausencia de consulta previa por parte de los legisladores al momento de elaborar el proyecto. Desde la FAA lamentan que, de haberse abierto un espacio de diálogo, se podrían haber planteado alternativas más realistas y consensuadas.

Además, recuerdan que la Ley Nacional de Fomento al Montañismo, vigente a nivel nacional pero aún no adherida por la provincia de Mendoza, ya establece una diferenciación entre el montañismo amateur y las actividades comerciales de turismo aventura, cada una con obligaciones específicas.

En este sentido, los deportistas no rechazan la idea de trabajar en estrategias de prevención, pero consideran que debe priorizarse la educación, la información y la comunicación honesta sobre los riesgos y las limitaciones de los operativos de rescate, antes que imponer cargas económicas o burocráticas difíciles de cumplir.