Para IATA, la recuperación de Argentina será más lenta
En este orden, y tras recordar que el 90% de las operaciones-en algunos momentos fue del 100%-, indicó que la industria está lista para reiniciar, pero advirtió que para recuperar los niveles prepandemia habrá que esperar hasta 2025.
“A junio de 2021, la conectividad internacional de Argentina se encontraba en un 17% de operación respecto a los registros prepandémicos”, sostuvo Taveira, quien precisó: “Entre los factores externos que atentan contra la reactivación aparecen las restricciones, la falta de previsibilidad, el tipo de cambio y el escenario económico argentino”.
Por otra parte, desde IATA volvieron a exhortar al Gobierno para que acelere los plazos de aprobación de las programaciones de vuelos para facilitar las ventas.
Al respecto, indicó que, a días de que comience octubre, no se sabe aún qué vuelos están aprobados.
A su turno, Marcelo Marchetti, responsable de la Comisión de Transporte Aéreo de Faevyt, ponderó que continúan las gestiones para la conformación de una mesa de trabajo pública y privada, “porque es la única forma de salir de esta situación”.
Perspectivas aerocomerciales internacionales, según IATA
“Creemos que los vuelos internacionales recuperaran para fines 2023, pero habremos perdido dos años de venta. Será un camino largo en el que evidentemente la conectividad se verá afectada en el corto plazo”, señaló la ejecutiva, para agregar que la mayoría de los mercados de viajes internacionales están a menos del 25% de RPK de 2019.
No obstante, manifestó que las reservas internacionales están creciendo desde enero, aunque aclaró que no es el caso de Argentina.
En otro orden, y de acuerdo con una encuesta de IATA sobre la confianza en los viajes aéreos, Taveira comunicó que casi el 60% de los consultados está dispuesto a viajar dentro de los próximos dos meses; mientras que agregó que el 28% y 12% prefiere esperar entre seis y 12 meses respectivamente. El 4% no volvería a viajar.
Según la IATA, para 2020, el tráfico internacional cayó un 55% respecto de 2019. Esto supone poner en riesgo 4,1 millones de empleos y unos US$ 98 mil millones de aporte al PIB.