El debate del borrador de la Reforma Laboral impulsado por la administración de Javier Milei puso el foco en uno de los derechos más arraigados del trabajador: el descanso anual remunerado. Las modificaciones propuestas al régimen de vacaciones introduciría una dosis de flexibilidad sin precedentes.
Vacaciones "a la carta": las 5 claves del borrador de la Reforma Laboral que reconfigura el descanso
El gobierno de Javier Milei propone una reforma laboral que fraccione las vacaciones. Conocé el impacto de la supuesta flexibilidad en la demanda turística.
Vacaciones fragmentadas: así redefiniría la reforma laboral la temporada turística argentina.
Mientras que desde el sector privado se brega por una ley que sume competitividad y empleo, la normativa implica un cambio que podría reconfigurar el calendario de viajes de los argentinos y, por consiguiente, el mapa de la demanda turística.
En otras palabras, la potencial aprobación de estas modificaciones supone prepararse para un nuevo escenario y concepto, dónde la "gran vacación anual" podría ceder terreno al de múltiples escapadas a lo largo del ciclo, abriendo una ventana de oportunidad para la desestacionalización de la actividad. (Turismo pide a Javier Milei una reforma laboral que potencie la competitividad y formalice el empleo)
Claves del cambio en el régimen de vacaciones, según el proyecto "no oficial" de Javier Milei
El proyecto borrador de ley que se está analizando desde La Libertad Avanza sustituye al artículo 154 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) y establece un nuevo marco para el disfrute de las licencias que otorga mayor potestad al empleador y flexibilidad en la forma de goce:
- Fraccionamiento: el cambio más significativo es la posibilidad de fragmentar el período vacacional. Actualmente, el descanso debe otorgarse de forma continua. Con la reforma, el trabajador podrá dividir su licencia, facilitando la toma de "mini-vacaciones" o minibreaks.
- Mínimo de 7 días: si bien se permite el fraccionamiento, este no será totalmente libre. Los períodos de descanso no podrán ser inferiores a una semana (siete días corridos), manteniendo un mínimo garantizado de desconexión.
- Todo el año: el empleador tendrá la potestad de conceder las vacaciones en cualquier momento del año, eliminando la obligatoriedad actual de tomarlas entre el 1° de octubre y el 30 de abril. Esta flexibilidad total impacta directamente en la estacionalidad turística.
- Aviso de 21 días: se reduce el plazo de notificación. El empleador deberá comunicar la fecha de inicio con una antelación no menor de 21 días, en contraste con los 45 días que establece la normativa vigente.
- Verano "cada dos períodos": se flexibiliza la protección de la temporada alta. La empresa deberá garantizar el goce de la licencia en la temporada estival (octubre a abril) al menos una vez cada dos períodos, salvo que el trabajador opte en contrario. (Cómo afectará la reforma laboral: banco de horas y reglas de empleo)
Impacto en el turismo: ¿desestacionalización a la vista?
Mientras que el común denominador de los empresarios claman por una ley que sea estructural y no transitoria, con medidas que impulsen el empleo formal, reduzcan la carga fiscal y otorguen mayor flexibilidad operativa, los cambios en las vacaciones abren un debate incisivo:
- Oportunidad de desestacionalización: la posibilidad de gozar la licencia en cualquier momento del año es una noticia positiva para los destinos no tradicionales o para aquellos que luchan contra la estacionalidad marcada. Ciudades y regiones del Norte o la Patagonia en temporada baja podrían ver una distribución más equitativa del flujo de visitantes, aliviando la congestión de los meses pico.
- Fortalecimiento del fin de semana largo: el período mínimo de siete días, combinado con fines de semana, podría consolidar la demanda de escapadas domésticas de 7 a 10 días, potenciando el mercado de vuelos de corta distancia y el alojamiento flexible.
- El reto de los viajes largos e internacionales: la reducción del aviso previo (de 45 a 21 días) y la fragmentación podrían dificultar la planificación de viajes más complejos y costosos. Los paquetes turísticos internacionales y las grandes travesías suelen requerir meses de planificación, lo que podría verse resentido si la licencia se comunica con poca antelación o se divide. El sector deberá adaptarse ofreciendo paquetes más flexibles y dinámicos.
En resumen, la reforma laboral podría transformar el patrón de consumo de turismo: pasar de una demanda concentrada en verano, a una demanda diluida, más frecuente y diversa a lo largo de los 12 meses. Esto obliga a la industria a repensar su estrategia de marketing y producto, enfocándose en la oferta de "micro-viajes" y en la atracción de flujos fuera de temporada alta.
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