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Nota de tapa

Los globos de ensayo del Gobierno para aplastar el déficit de dólares por turismo

Crecen los rumores que indican que el Ejecutivo analiza subir el impuesto a los pasajes al exterior (que en lo que va del año ya recaudó más que todo lo previsto para 2018) o en su defecto implantar un tributo a las compras con tarjetas en el exterior para reducir el déficit de dólares turísticos. Lo que no cuentan esas versiones es que por ley los ingresos derivados del impuesto a los pasajes son fondos de asignación específica para financiar el funcionamiento del MinTur y el Inprotur, pese a que ambos organismos ejecutan menos del 50% de lo que se recauda.   

El Gobierno soltó dos globos de ensayo para poner a prueba de la opinión pública su plan para reducir el déficit de divisas por turismo. La estrategia esta vez fue dejar volar los rumores a través de algunos periodistas económicos y, al mismo tiempo, desmentir las versiones por vía de otros comunicadores. 

Uno de los globos de ensayo es un viejo conocido del sector, el exDNT. De acuerdo a la información difundida por el periodista Maximiliano Montenegro, el Gobierno está estudiando volver a subir la alícuota del impuesto a los pasajes aéreos, marítimos y fluviales al exterior.

La forma de hacerlo sería idéntica a la implementada cuando se discutió el presupuesto de 2017, donde se introdujo una modificación de la ley Nacional de Turismo para aumentarlo un 40%, llevándolo del 5% al 7% del precio del ticket. Excepto que aquella vez (salvo por el seguimiento periodístico de este medio) el tema se trató en el más absoluto silencio de radio -ver recuadro-.

Aunque, como dijimos, en aquella oportunidad se aumentó nada menos que un 40%, esta vez la versión periodística indica que “el alza sería bastante mayor”. Por un lado, porque se pretende que el encarecimiento de los pasajes desincentive los viajes al exterior (y no como en 2017, cuando su efecto fue inocuo), corrigiendo el déficit récord de los últimos años y, al mismo tiempo, ayudando a reducir el desequilibrio fiscal en línea con los dictados del FMI.

 

EL IMPUESTITO RENDIDOR.

Si bien hay serios errores de diagnóstico en torno a ese plan -los cuales analizaremos más adelante-, una cosa es cierta: el impuesto a los pasajes al exterior ha probado que es un recaudador eficiente y silencioso. De hecho, es el más eficiente de todos.

A esta altura el exDNT (formalmente apellidado Fondo Nacional de Turismo) es el único ingreso tributario entre todos los que recibe la Administración Pública Nacional que ya superó las metas de recaudación previstas para todo 2018. Esto quiere decir que mientras se preveía que por ese concepto se recaudarían $ 2.895 millones en los 12 meses de 2018, en menos de 6 meses ya se embolsaron por dicho impuesto $ 2.903 millones.

¿Sorprende? Para nada. En 2017 el Gobierno había presupuestado una recaudación de $ 2.142 millones y terminó embolsando más de $ 4.730 millones por el tributo a los viajes al exterior. O sea, más que duplicó lo previsto (220,80%).

Sin embargo, por lejos, la lectura más interesante de los datos es la brecha entre los ingresos que recauda Turismo para su autofinanciamiento y lo que Hacienda le permite gastar, a contramano de lo que indican las normas.

De acuerdo a la Ley Nacional de Turismo, el MinTur y el Inprotur se financian con lo recaudado por el Fondo Nacional de Turismo, que se lo distribuyen en un 60% y 40%, respectivamente. Recursos que el Estado se comprometió a utilizar para propiciar el crecimiento de la actividad interna y receptiva (art. 29 ley 25.997: “Los recursos provenientes del Fondo Nacional de Turismo son administrados exclusivamente por la autoridad de aplicación para el cumplimiento de sus objetivos”).

Sin embargo, la ley está, los ingresos también, pero la plata se queda en el camino y una gran porción jamás llega a aplicarse al turismo.

En resumen, en 2017 Turismo recaudó por el fondo de asignación específica $ 4.371 millones, pero recibió un crédito presupuestario de $ 2.645 millones, del cual gastó casi $ 2.000 millones. Dicho de otro modo, sólo se le permitió usar un 60% de lo que la Ley de Turismo establece sin dobleces y ejecutó apenas un 45% de lo que recaudó. 

En este sentido, la historia en 2018 no parece que vaya a cambiar. Mientras que por el impuesto de los pasajes al exterior ya se superó la recaudación prevista para todo el año, el Ministerio de Turismo devengó apenas el 30% de lo presupuestado.   

En resumen, el DNT es el impuestito más rendidor de todos y el Ministerio de Turismo es la cartera que más lo subestima, casi tanto como a la ley que indica esos fondos son de asignación específica y deben ser administrados exclusivamente por ellos.

Mientras tanto (al margen del incumplimiento normativo), se recortan gastos en acciones promocionales y se invierte en las provincias a un ritmo que no deja conforme a la mayoría. Pero el silencio al respecto es atronador, tanto del sector público como del privado, socio en el Inprotur.

 

DIAGNÓSTICO A DESTIEMPO O ALGO MÁS.

Volviendo a la versión de que el Gobierno aumentaría el DNT para encarecer los viajes al exterior y reequilibrar la balanza cambiaria turística sorprende lo a destiempo que llega el anuncio. La crisis cambiaria desatada en mayo ya había empezado a hacer ese trabajo. De hecho, por primera vez en más de cuatro años, tras una devaluación del 20% en el valor del dólar en un lapso de 30 días, hubo un descenso interanual del 3% en el déficit de la cuenta de “viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta”. Y basta hablar con cualquier operador emisivo para escuchar las penurias que atraviesan tras el enfriamento del mercado producto del encarecimiento de la divisa en casi un 40% sólo en los últimos dos meses.

Con lo cual, en medio de la tormenta un aumento del DNT sólo tendría fines recaudatorios y no de desaceleración de un mercado que ya se está frenando de golpe. Con lo cual la decisión podría tener un efecto búmeran, ya que las ventas de aéreos al exterior también se vinieron a pique y afloran los remates de último momento.

 

EL OTRO GLOBO.

El otro globo de ensayo lanzado desde el Gobierno -más drástico, pero menos probable- es la posible creación de un impuesto a los gastos con tarjetas en el exterior. La tasa que estarían pesando ronda en torno al 10%-15%. Un esquema similar al que aplica Brasil, aunque en ese caso la alícuota es del 6,3%.

La mayor visibilidad de esta medida respecto al incremento del DNT la haría más riesgosa en términos políticos. Pero también es cierto que burocráticamente es más fácil de sacar adelante a través del Banco Central, ya que no depende -como en el caso del impuesto a los pasajes- de que se modifique la Ley Nacional de Turismo (con lo que ello implica en materia de negociaciones legislativas).

Por las buenas o por las malas

Los tan estigmatizados viajes al exterior financian a través del DNT el 100% del funcionamiento del Ministerio de Turismo y el Inprotur. Si bien el impuesto a los pasajes fue siempre un bocado codiciado por Rentas Generales para tapar otros agujeros (de hecho Domingo Cavallo lo logró durante su gestión en Economía), lo cierto es que al ser fondos de asignación específica deberían nutrir al MinTur en las buenas y en las malas.

Sin hacer ruido, en 2017 el Gobierno quiso incluir en el presupuesto una modificación de la ley de Turismo por la cual los dos puntos de alícuota adicionales del incremento del DNT del 5% al 7% fueran directamente al Tesoro Nacional. Contra lo cual se levantaron los diputados provinciales, con la amenaza velada de que esos recursos serían entonces coparticipables. Finalmente, los legisladores aprobaron la suba del 5% al 7% pero acordaron que –al menos en los papeles- el MinTur se quedara con todo. Hoy está claro que el Tesoro rió último y mejor, contra un sector que ni se entera.

Si prosperara el globo de ensayo que plantea volver a incrementar el tributo a los pasajes al exterior, las provincias quedarían habilitadas a volver a reclamar su coparticipación.     

EN NÚMEROS

3% se redujo en mayo (último dato disponible) el déficit en la balanza de divisas por Turismo, al verse el emisivo impactado por el encarecimiento de un 20% de la divisa.

$ 2.903 millones se recaudaron en lo que va de 2018 por el impuesto a los pasajes al exterior. Faltando seis meses para cerrar el año ya superó la meta prevista en el Presupuesto.

30% es el nivel de ejecución presupuestaria del MinTur y el Inprotur en lo que va de 2018.

$ 4.730 millones se embolsaron en 2017 por el tributo a los viajes al exterior. El 100% debería ir a financiar las actividades del MinTur y el Inprotur. Sin embargo, ambos ejecutaron menos de la mitad de los fondos previstos por la ley.

31/12/2022 es la fecha hasta la que se extendió en diciembre pasado la vigencia de la asignación específica de lo recaudado por el impuesto a los pasajes al exterior.

FUENTE: los-globos-de-ensayo-del-gobierno-para-aplastar-el-deficit-de-dolares-por-turismo

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