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Educación: "Estamos tratando de darle visibilidad al Consejo"

Las universidades públicas del Condet, la mayor institución turística de Educación, apuntan a colaborar con los sectores público y privado.

El Condet, es el Consejo de Decanos y Directores de Unidades Académicas Relacionadas con la Enseñanza del Turismo, es decir, la principal institución de Educación Turística. Hace pocos meses, asumió la conducción como presidente Carlos Espinosa, quien además se desempeña como decano de la Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del Comahue. Dialogamos con él sobre el trabajo de la institución y sus objetivos.

-¿Con qué Condet se encontró cuando asumió la presidencia?, ¿cómo concluye la institución este 2023?

-Veníamos de tener la vicepresidencia del Consejo, porque la presidencia estaba en manos de la Universidad de Tierra del Fuego. Trabajamos en conjunto tratando de gestionar, desde las universidades públicas una mayor articulación con los sectores público y privado, tratando de poner a disposición todo lo que las universidades públicas generan para el desarrollo turístico. El balance del año es positivo. Por primera vez tuvimos un stand en FIT, y se han sumado muchas universidades. Hoy el Consejo está formado por 19 universidades nacionales y se van a sumar en poco tiempo la UNTreF (Universidad Nacional de Tres de Febrero) y la Universidad Nacional de Jujuy.

Educación, Turismo y lo que se viene

-¿Qué trabajo se desarrolló en la FIT?

-Bueno, aprovechamos los días de público general para dar a conocer nuestras carreras de todo el país. Y los días reservados para el sector mantuvimos reuniones con dependencias públicas del sector, y con instituciones como la Fehgra. En general hemos tratado de darle visibilidad al consejo.

-Hace años atrás el desafío era profesionalizar el sector. Había mucha gente que trabajaba en el sector, que tenía experiencia pero no había estudiado. Incluso en estamentos gubernamentales. Eso hoy ya cambió. ¿Cuál es el principal desafío hoy?

-Esa profesionalización, es cierto, se ha ido dando. Ahora lo que buscamos es tener una mayor articulación con los sectores privados y público y buscar una mayor especificidad respecto de necesidades puntuales, tanto desde el Estado como desde las Cámaras Empresariales en términos de formación.

Mantuve una reunión con el Ministerio de Turismo de Río Negro y surgió la necesidad de diseñar programas ejecutivos a demanda, para sectores puntuales, con requerimientos muy específicos.

-Eso era una crítica recurrente al sector educativo, ¿no? Brindar a veces una formación desacoplada de las necesidades del empresariado.

-Totalmente. Por eso esta búsqueda del sector privado, por eso nuestra presencia en FIT. La verdad es que muy difícil seguirle el ritmo a la actividad privada, desde la instituciones educativas, por su dinamismo. Pero debemos encontrar los puntos de contacto para que no haya esa distancia que marcabas o para reducirla al mínimo posible. Para nuestros graduados y graduadas esto es un gran desafío cuando se integran el mundo laboral. Por eso debemos intentar cerrar esa distancia.

Los desafíos del presente

-Otra cosa que ha cambiado y mucho, es la gravitación de la Educación Pública en el ámbito mayor de la formación educativa en Turismo, hay cada vez más Universidades Públicas que avanzaron en ofrecer carreras de Turismo.

-Como te contaba, vamos a redondear el año con 20 o 21 universidades formando el Consejo y con casi todo el país representado, en todas ellas se dictan carreras de turismo: guías, licenciaturas, tecnicaturas, pero también maestrías y posgrados. Esa representación federal tiene un peso en lo académico, en términos de investigación y extensión, con mucha proyección en lo territorial, con la particularidad de cada provincia.

-Y eso es algo fundamental: la posibilidad que tiene la universidad de investigar y aportar soluciones en el propio territorio, no desde posiciones abstractas. ¿Cuál es el desafío que traen los nuevos estudiantes, mucho se ha dicho de la “Generación de Cristal” y demás?

-Estamos, en todas las universidades, trabajando en programas de acompañamiento y apoyo. Porque respecto a años anteriores, detectamos un ingreso a la universidad con muchas menos herramientas consecuencia de la formación en la escuela media y el impacto de la pandemia. Pensemos que muchos estudiantes terminaron el secundario cursando de manera virtual y comenzaron la universidad del mismo modo. Nuestros estudiantes requieren ese acompañamiento, sobre todo al inicio. Hay diseños de programa para permanencia, porque suceden algunas cuestiones como que cursan las materias pero no rinden los exámenes finales. Estamos haciendo una generalización quizás injusta, pero es lo que comparten todos los decanos. En muchos casos el otro gran problema es el tema de las tesis o los trabajos finales. Porque además muchos comienzan con sus primeros empleos y ese alejamiento de la universidad hace que se dificulte el cierre.

-¿Cuál es la mayor deuda pendiente de la esfera académica con el sector turístico?

-Creo que tiene un poco que ver con lo que hablábamos al principio de poder abrir, en este caso el Consejo y poner a disposición el trabajo de las universidades públicas para el sector. Hay trabajos de investigación, de extensión, incluso en las cátedras, que son importantes como complemento. El sector privado en su lógica y dinámica, en lo que le ha repercutido la digitalización, a veces no tiene tiempo para profundizar en el análisis de ciertos aspectos. Y la universidad si tiene esos tiempos y tiene los equipos. Es una responsabilidad nuestra, desde la universidad pública, aportar esos trabajos para que sean insumos para la toma de decisiones. Hay mucho para aportar. Luego vendrá la selección, qué cosas sirven y qué no y qué se necesita.

Hoy trabajamos sobre temas que no existían hace algunos años en la agenda como Big Data, que va permeando el sector, donde van apareciendo herramientas novedosas todo el tiempo y las universidades tenemos la posibilidad investigarlas.

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