La industria de los cruceros fue una de las primeras en sentir el cachetazo del Covid y, tal vez, una de las que más sufrió el golpe del encierro. Sin embargo, a tres años del inicio de aquella pesadilla, el segmento hoy ya no habla de reactivación, sino de crecimiento, tanto de la oferta como de la demanda.
Un año bisagra para los cruceros
Según datos de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA, por sus siglas en inglés), se prevé que en 2023 el volumen de pasajeros alcance el 106% de los niveles de 2019, llegando así a los 31,5 millones de visitantes embarcados.
Esto demuestra que, efectivamente, los cruceros se están recuperando más rápido que el resto de las llegadas de turismo internacional. Lo cual surge de comparar los datos de CLIA con el pronóstico de OMT (de enero de 2023), según el cual los arribos globales de viajeros este año serán del 80 al 95% de los niveles previos a la pandemia.
Asimismo, mientras que la oferta de asientos aéreos también estaría totalmente restaurada en 2024, la capacidad de los barcos no se ha reducido y se pronostica que la disponibilidad global de cruceros crecerá un 19%, llegando a más de 746 mil literas en 2028. Solo en 2023 entrarán en servicio 14 nuevos barcos.
Estos números encierran un desafío: atraer a cuatro millones de nuevos viajeros de cruceros es clave para cumplir con el aumento en la capacidad global de cruceros proyectado de 2023 a 2025.
Te puede interesar: El estado de la industria en 2023 (informe de CLIA en inglés)
Los principales mercados
América del Norte sigue siendo, por lejos, el mercado de origen más grande a nivel global, con 12,5 millones de pasajeros embarcados en 2022 (casi 3 millones menos que en 2019). Un poco más de la mitad de los cruceristas son de esta región, aunque esa participación ha ido descendiendo en las últimas décadas como consecuencia del crecimiento de esta modalidad de turismo en el paladar de otras áreas del planeta.
En este sentido, la demanda de pasajeros de origen europeo también experimentó un incremento continuado y ya representa casi el 30% del mercado global de cruceros, alcanzando los 5 millones de pasajeros en 2022.
Estos datos muestran una demanda muy concentrada, en la cual los principales 10 países aportaron el año previo a la pandemia, en conjunto, el 86% de los pasajeros. Estados Unidos fue el país de origen del 48% del total, mientras que Alemania, Reino Unido y China, sumados, arañan el 22%.
¿Qué pasa con la demanda generada en Latinoamérica y el Caribe? Sudamérica, con 426 mil cruceristas, y el Caribe, con 30 mil, representaron en 2022 apenas un 2,2% del mercado de origen de los pasajeros embarcados. Las fábricas más destacadas en la región son Brasil (10º mayor mercado a nivel global), con 284 mil pasajeros; México (12º), con 133 mil; y Argentina (20º), con 41 mil.
Los destinos más codiciados
La relación se invierte si lo que evaluamos es la participación de la región como destino para los barcos. El Caribe sigue siendo el sitio más elegido por los cruceristas, ampliando además los itinerarios y experiencias. Solo en 2022 recibió más de 9 millones de viajeros embarcados (todavía casi 3 millones menos que en 2019). En segundo lugar, muy lejos, aparecen los clásicos europeos del Mediterráneo, que en conjunto sumaron 2,6 millones.
Sudamérica y el Canal de Panamá, con 421 mil visitantes, fueron la 9° región más elegida, con un volumen de pasajeros repartido en partes casi iguales entre norteamericanos y demanda del propio subcontinente.
Tendencias de una industria en transformación
En un reciente informe, CLIA identificó 15 tendencias que ya se están haciendo sentir en la demanda y que espera se profundicen en lo que resta de esta década. Las más salientes son:
- Las generaciones más jóvenes son el futuro de los cruceros: el 88 % de los millennials y el 86% de los de la generación X que ya han navegado dicen que planean viajar de nuevo. Además, entre quienes aún no lo han hecho, el 73% afirma que considerará unas vacaciones en crucero.
- Más opciones de duración: en la idea de atraer a más cruceristas primerizos y, al mismo tiempo satisfacer las necesidades de quienes repiten, las líneas están ofreciendo cruceros más cortos e itinerarios más largos. Como resultado, mientras que el viaje promedio mantiene una duración promedio de 7 días, el abanico de opciones se ha ampliado.
- Los viajes en solitario van en aumento: las empresas están respondiendo a esa demanda aumentando el número de cabinas individuales en los nuevos barcos y modernizando los ya existentes para incluir más opciones para quienes viajan solos.
- La intermediación resiste: los viajeros de cruceros más jóvenes, desde la generación Z hasta los millennials y la X, recurren a asesores para reservar sus cruceros más que cualquier otra generación (50% más que los Baby Boomers, por ejemplo).
- Opciones de viaje multigeneracionales: hoy el 73% de los viajeros de cruceros navegan con familiares que representan al menos dos generaciones.
- Vuela el interés por los cruceros de expedición: según CLIA, los viajeros buscan una mayor inmersión en los destinos y experiencias de viaje responsables. La tendencia es evidente en todos los grupos de edad, lo que queda demostrado por el hecho de que los pasajeros que navegan en cruceros de expedición se duplicaron con creces entre 2016 y 2022. Por caso, los que van a la Antártida aumentaron un 51% en 2022 en comparación con 2019. En ese sentido, las líneas están programando estancias más largas, incluidas pernoctaciones, en determinados puertos de escala.
La hora de los cruceros verdes
La vocación sostenible de los cruceros ya no tiene un carácter voluntario. Las empresas son conscientes de que, más allá de las cuestiones éticas, el mercado se va volviendo hostil a los productos que no puedan demostrar un compromiso ambiental palpable.
Para graficarlo, una reciente encuesta de NCL entre sus huéspedes reveló que el 55% califica las políticas ambientales y de sostenibilidad como un factor muy importante a la hora de seleccionar una línea de cruceros.
Una de las claves para la industria es el combustible. El 65% de los barcos programados para debutar entre 2023 y 2028 dependerán del gas natural licuado para su propulsión, el sistema más limpio disponible hoy a escala. Pero hay muchas iniciativas que están buscando soluciones incluso más amigables con el ambiente, como los biocombustibles avanzados y otras fuentes de energía renovable, como los sintéticos, metanol, hidrógeno, pilas de combustible y baterías.
De hecho, más del 15% de las embarcaciones que se lanzarán en los próximos cinco años incorporarían células y baterías de combustible, y el 85% de los nuevos buques de cruceros (hasta 2028) podrán conectarse a la red eléctrica, permitiendo el apagado de motores cuando estén atracados. Todo ello supondrá una reducción significativa de las emisiones.
Las propuestas de los gigantes
El tema no solo dejó de ser una cuestión entre marketing y filantropía, sino que tampoco se reduce a nichos específicos atendidos por empresas más boutique. De hecho, dos de los gigantes del mercado, Royal Caribbean Group y Norwegian Cruise Line (NCL), han puesto proa para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas para 2050.
“Esta es una misión audaz que requerirá una combinación de respuestas, incluida la implementación de nuevas tecnologías en la flota y la creación de barcos más eficientes, desarrollando fuentes alternativas de combustible y trabajando para encontrar nuevas soluciones que ni siquiera existen en la actualidad”, señaló a TTG Asia Angie Stephen, vicepresidenta y directora general para Asia-Pacífico de Royal Caribbean International.
En ese sentido, la compañía anunció que en 2024 zarpará su primer barco propulsado por gas natural licuado (GNL), el Icon of the Seas. En tanto que otro crucero con el mismo sistema, el Utopia of the Seas, estará navegando los mares ese mismo año.
La idea de Royal Caribbean es lanzar un nuevo barco cada año durante la próxima década, todos con mejoras en la flexibilidad del combustible y las tecnologías de ahorro de energía. El compromiso es que cada nueva clase de barco sea un 20% más eficiente que su predecesor.
Esto no quita que la flota que actualmente está en uso ya opere con mejoras significativas en sus sistemas, ahorrando 40% de energía, implementando políticas de gestión de residuos y tratamiento del agua utilizada a bordo.
Norwegian Cruise Line (NCL) no se queda atrás. A través de su programa de sustentabilidad global, Sail & Sustain, está centrada en cinco pilares: reducir el impacto ambiental; navegar con seguridad; empoderar a su gente; fortalecimiento de sus comunidades; y operar con integridad y responsabilidad.
Este año, NCLH se unió al Instituto de Metanol para evaluar la viabilidad de modernizar los motores existentes para operar con combustibles duales, diésel y metanol, con el objetivo de probar el uso de metanol para 2025.
También ha establecido un objetivo para que aproximadamente el 70% de los barcos en su flota completa estén equipados con capacidades de energía en tierra para 2025.
A corto plazo, la empresa se comprometió a compensar tres millones de toneladas métricas de dióxido de carbono para cerrar la brecha en sus esfuerzos de descarbonización.
Al identificar un logro tangible específico, Braydon Holland, director senior de Asia, dijo que lograron eliminar 14 millones de botellas de agua de plástico de un solo uso y más de 50 millones de pajitas de plástico.
Además, los nuevos barcos Prima Class de NCL ofrecen una amplia gama de características de sostenibilidad, con tecnologías como un sistema de reducción de óxido de nitrógeno (SCR), otro de limpieza de gases de escape (EGCS) y uno de tratamiento de aguas residuales.
El compromiso con las comunidades
Una de las transformaciones de imagen emprendidas con más fuerza por la industria de cruceros es la de dejar atrás esa postal de actividad golondrina y desapegada de lo que ocurre en los destinos que visita. Y muchos de los resultados de esa política empiezan a apreciarse.
“Estamos viendo que la industria de los cruceros actúa mucho más proactivamente en la colaboración con los administradores portuarios para coordinar mejor los flujos de visitantes”, reconoció Randy Durband, presidente ejecutivo del Consejo Mundial de Turismo Sostenible.
La clave para ese vuelco está en la gestión en múltiples áreas. De acuerdo a CLIA, la articulación activa con los puertos y destinos está permitiendo maximizar los beneficios del turismo para las comunidades:
- Los horarios de llegada y salida de los barcos se establecen con hasta tres años de antelación, permitiendo a los destinos anticipar y planificar los flujos turísticos
- La mayoría de los pasajeros participan en excursiones en tierra organizadas por el crucero con proveedores locales.
- Se está priorizando el abastecimiento responsable de alimentos y suministros. Esto significa apoyar a las empresas y comunidades locales y, como resultado, aportar a la creación de empleo y a una reducción de la huella de carbono de la cadena de suministros.
- Los cruceros ya producen hasta el 90% del agua dulce a bordo, en lugar de extraerla de las áreas donde los recursos son limitados.
Temas relacionados