El turismo receptivo vía aérea en Argentina está estancado. Desde hace más de una década, el país no logra superar la barrera de los tres millones de arribos internacionales por avión ni los US$ 3.100 millones en ingresos anuales. Un reciente informe elaborado, Gustavo Capece analiza diferentes variables para entender porque sucede esto.
¿Por qué el turismo receptivo aéreo en Argentina no despega?
Gustavo Capece sostiene que la baja performance del turismo receptivo no se explica solamente por el tipo de cambio: la oferta limita el turismo internacional.
Para promover el turismo receptivo, Capece afirma que se debe entender que el problema radica en la debilidad de la oferta, la falta de la planificación, la informalidad y una metodología deficiente para medir visitantes y su gasto.
En este sentido, el profesional independiente en el sector y con amplia trayectoria en la gestión pública plantea una hipótesis disruptiva: la clave no está en el tipo de cambio ni en las políticas coyunturales, sino en una estructura de oferta que no logra seducir, articularse ni proyectarse en el tiempo.
Estancamiento estructural: los datos del turismo receptivo detrás del diagnóstico
Basado en las estadísticas oficiales de la Encuesta de Turismo Internacional (ETI) de Indec y la plataforma Yverá, Capece analizó el comportamiento del turismo receptivo aéreo desde 2012 hasta 2024, excluyendo los años de pandemia.
Con ello, se busca contar con guarismos correspondientes a tiempos de tipo de cambio “normal”, “barato” o “caro”, y a la vez evitar sesgos políticos de gestión nacional.
A pesar de las fluctuaciones del dólar, los cambios de gestión y las variaciones macroeconómicas, los números muestran una llamativa inelasticidad: los arribos por avión se mantienen casi constantes, con mínimas oscilaciones en torno a los 3 millones de turistas al año.
Lo mismo ocurre con el gasto total y promedio, los pernoctes y los motivos de viaje. Ni un tipo de cambio más favorable ni un contexto más adverso generan cambios significativos.
El problema no es la demanda: es la oferta
La principal conclusión del estudio es contundente: Argentina no tiene un problema de demanda o competitividad, sino de oferta. Es decir, el país no logra generar productos turísticos con verdadero poder de atracción ni brindar previsibilidad para que los operadores internacionales puedan incluirlo en sus catálogos.
Mientras otros destinos permiten hoy reservar paquetes para 2027 con tarifas claras y condiciones definidas, Argentina no puede ofrecer precios fijos ni para dentro de seis meses. “No se trata de si el empresario quiere o no -señala Capece-, sino de que la economía argentina impide construir previsión. Nadie se arriesga a vender algo sin saber cuánto va a costar.”
Turismo internacional: medición distorsionada y estadísticas incompletas
Otro aspecto clave que aborda Capece es la debilidad en la medición del turismo receptivo. Los datos oficiales contabilizan como turistas a miles de extranjeros que cruzan la frontera por motivos no turísticos (compras, combustible, casino, tráfico de mercancías), generando una sobreestimación del receptivo terrestre.
Por eso, el análisis se concentra exclusivamente en los arribos por vía aérea, que son más representativos de un perfil de turista internacional genuino y con mayor propensión al gasto.
Además, Capece advierte inconsistencias entre los registros de ETI, EOH (Encuesta de Ocupación Hotelera) y EVyT (Encuesta de Viajes y Turismo). “Cuando comparo los datos, encuentro divergencias enormes. No sé a quién creerle. Y sin datos confiables, no se pueden tomar decisiones estratégicas”, sostiene.
Turistas, gasto promedio, pernoctes y razones
El gasto promedio por turista que llega por avión oscila de US$ 1.000 a US$ 1.200, sin variaciones significativas en más de siete años. El gasto total también muestra comportamientos similares.
Esta cifra es baja en comparación con destinos competidores de la región y, según el informe, podría estar subvaluada debido a limitaciones metodológicas en la captura del gasto real, especialmente de quienes se alojan en casas de familia o alquileres turísticos no registrados.
Lo mismo ocurre con los pernoctes, que se mantienen relativamente estables sin un crecimiento sostenido, incluso en contextos de tipo de cambio favorable. La brecha la componen 2016 y 2023, con 28.776 y 38.693 pernoctes, respectivamente.
En cuanto a la procedencia de los arribos, el estudio revela que no existen grandes variaciones durante los años revelados, repitiéndose Brasil, Estados Unidos, Europa, Chile y Resto de América, el quinteto de destinos que más visitantes aportaron.
“Vacaciones/Ocio ” es el rubro que se impuso año tras año en la secuencia de Motivos de Viaje, seguido de “Visita a familiares ” y “ Negocios ”.
A modo de conclusión
“Los guarismos que arroja ETI muestran una inelasticidad de la demanda llamativa, induciendo a pensar que estos viajeros no se ven fuertemente afectados por el tipo de cambio. Esta inelasticidad es tanto de arribos como de estadía promedio, razón principal de viaje y gasto promedio por turista.
Ello lleva a considerar que la frontera de arribos y gasto turístico no sería consecuencia de una crisis de demanda, sino de oferta.
De ser así, nuestro país no estaría generando atractores con real capacidad movilizadora que rompan con el statu quo de tantos años.
Argentina tiene activos latentes que podrían ser una respuesta adecuada, a condición de realizarse diseños innovadores y deseables, dirigidos a segmentos más sofisticados de alta propensión al gasto y a través de sistemas de comunicación más potentes”, concluyó.
Protagonismo de las provincias y el sector privado
En un contexto donde el Estado nacional muestra escasa voluntad de intervenir en el desarrollo turístico, Capece sugiere que las provincias y el Consejo Federal de Turismo deben asumir un rol protagónico en el diseño y promoción de nuevos productos.
En paralelo, el sector privado -especialmente las asociaciones empresariales- debe liderar procesos de innovación y articulación de la oferta.
“El turismo internacional en avión no crece porque no tiene razones para crecer. Y eso no se arregla con devaluaciones. Necesitamos diseñar algo que seduzca”, concluye el autor del informe.
¿Qué hacer? Una agenda para reconstruir la oferta de Argentina
Capece propone un giro estratégico: dejar de focalizarse en el tipo de cambio como única variable de competitividad y trabajar en diseños innovadores de productos turísticos, mejor comunicación, infraestructura y articulación público-privada.
Entre los desafíos que identifica se destacan:
- Diseñar atractivos turísticos disruptivos dirigidos a segmentos sofisticados con alta propensión al gasto.
- Garantizar previsibilidad tarifaria para facilitar la comercialización internacional.
- Mejorar la calidad, confiabilidad y conectividad de los servicios.
- Superar los cuellos de botella macroeconómicos que dificultan la planificación.
- Fortalecer las estadísticas para una toma de decisiones basada en evidencia.
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