El sector vitivinícola vinculado con el turismo no está exento del duro impacto económico que esta produciendo la pandemia del coronavirus. De hecho, la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) solicitó su inclusión en el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción.
Otro sector en serios aprietos
Así, en un informe presentado al Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación detalla la disminución a cero en las ventas del canal “botella abierta” (restaurantes, bares, hoteles), de enoturismo y de vinotecas.
Quienes tenían sus principales ventas centradas en el mercado local abasteciendo restaurantes, cantinas, bares y vinerías, han sufrido un drástico corte en esta cadena de distribución.
Referencias del sector privado marcan caídas del 50% al 60% en marzo 2020 en relación a marzo 2019 y del 85% al 90% en la comparación con abril de ambos años.
La situación puntual del turismo vitivinícola es crítica dado que los niveles de facturación se han reducido a cero y seguramente será una de las últimas actividades que puedan retomar el trabajo con normalidad.
En Argentina existen 245 bodegas abiertas al turismo, de las cuales 165 se encuentran en la región centro-oeste, 44 en la región noroeste y 36 en el resto del país. En este contexto, Mendoza lidera el segmento con 145 bodegas con enfoque turístico.
En cuanto al empleo, el informe señala que el enoturismo en la Argentina representa 872 puestos permanentes y 351 transitorios, de los cuales el 78% está representado por mujeres en el staff permanente.
Temas relacionados