En consonancia con las declaraciones de la presidenta de la Cámara de Restaurantes de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc), Verónica Sánchez, que manifestó que los negocios gastronómicos competitivos han pasado de tener un 15% de rentabilidad operativa hace cinco años al 1% al 3% en la actualidad, la gastronomía nacional vive un momento de crisis tal, que en la ciudad de Buenos Aires calculan que cierra un restaurante por día.
En este contexto -que se replica en el sector hotelero aunque con menos frecuencia-, la figura de las cooperativas creció considerablemente; y si bien los márgenes de ganancias son mínimos, estos locales intentan sobrevivir enraizándose más con el barrio al que pertenecen y afianzando la relación con el cliente.
Entre las "empresas recuperadas" se destaca el caso del Hotel Bauen y el del restaurante de Maipú y Corrientes: La Casona. De hecho, en marzo de 2017, la Justicia frenó el desalojo del local y determinó que Mercedes SCA, locador del inmueble, y la cooperativa queden en condiciones de negociar la renovación del contrato de alquiler; mientras que desde el alojamiento insisten en que este año el Congreso Nacional vuelva a acompañarlos, tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores, para rechazar el veto presidencial "en su totalidad".
La hora cooperativista
En un contexto de crisis para la hotelería y la gastronomía, la figura de las cooperativas creció considerablemente. Si bien los márgenes de ganancias son mínimos, estos locales intentan sobrevivir enraizándose más con el barrio al que pertenecen y afianzando la relación con el cliente.
ORGANIZADOS.
Afirmando que en los últimos meses se produjo una caída del 20% al 30% de la actividad cooperativista compuesta por hoteles y restaurantes, el presidente de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo Autogestionadas (Facta), Federico Tonarelli, aseguró que todas las medidas económicas adoptadas por el gobierno nacional impactaron negativamente en las empresas recuperadas.
"El tarifazo, la apertura de importaciones y la caída de la actividad económica repercutieron de lleno en las cooperativas, donde el ingreso de los trabajadores depende exclusivamente del nivel de producción y venta. Los trabajadores perdieron hasta el 50% del poder adquisitivo del salario. Y la Justicia avanza con pedidos de desalojo", señaló, para enfatizar: "Las empresas recuperadas, símbolos de la crisis de 2001, están en una encrucijada de difícil resolución".
Consultados por los principales problemas que surgen para la constitución y operación de una cooperativa, Tonarelli declaró: "Las mayores dificultades están dadas por la falta de solución a los problemas de titularidad de máquinas e inmuebles y no asociados a los cargos y la repartición de los excedentes".
EN PRIMERA PERSONA.
"Desde finales de marzo de este año, ocho trabajadores de la tradicional pizzería ´Mi Tío´, ubicada en la intersección de las calles Defensa y Estados Unidos, estamos protegiendo la fuente de trabajo, ante el abandono de los dueños Héctor Raúl Villarroel y María Marta Romero", explicó Adrián Fernández, empleado y vocero del establecimiento, quien detalló que ya iniciaron los trámites para formar una cooperativa y que cuentan con el aval del Ministerio de Trabajo para ello.
Al respecto comentó que los dueños querían vender el local, estaban desganados y no se preocupaban por el mantenimiento de la pizzería; y agregó: "Desde enero de 2016 la situación se agravó y comenzaron los atrasos e informalidades en los pagos de las vacaciones, los aguinaldos y aumentos. El detonante fue en octubre del mismo año cuando los trabajadores descubrieron que no se estaban efectuando los aportes jubilatorios ni las coberturas médicas".
En este contexto relató que "el miércoles 29 de marzo nos encontramos con las persianas bajas, los dueños nunca nos contestaron y se borraron. Desde entonces y con la ayuda del barrio cargamos con el local y sus obligaciones, alquiler, impuestos y proveedores".
En este sentido y tras enfatizar que los dueños "se deshicieron de todos sus bienes para no tener liquidez para pagarnos" y que "en principio nos ofrecieron el fondo de comercio, pero luego quedó en la nada", Fernández manifestó: "En términos legales contamos con una constancia en formación bajo el nombre de Cooperativa de Trabajo Pizzería Mí Tío Limitada. Aún debemos matricularnos como cooperativa y realizar trámites en la DGI y la Municipalidad, pero en tres a seis meses deberíamos tener todo en regla".
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