El jueves pasado, Flybondi canceló varios vuelos desde Mendoza. Días atrás, un vuelo de Iguazú a Mendoza debió aterrizar en Córdoba por una falla técnica. La low cost sumida en la guerra tarifaria sigue haciendo de las suyas. Quizás sea por eso, porque el público ya la conoce, que su ocupación promedio no sube: fue del 69% en julio y llega a 64% el promedio en lo que va del año. Pero, además, lidera con comodidad el ranking de reclamos que lleva adelante la ANAC.
El “Sistema de Reclamos de Usuarios” se comenzó a implementar en agosto de 2017. Al corte de mayo pasado, Flybondi no es la empresa que más reclamos reúne: la lista la encabeza Latam Argentina con 359 y le siguen Aerolíneas Argentinas y Austral con, 336. Sin contar a las líneas aéreas internacionales (también incluidas), el tercer lugar es para Flybondi, con 156. Pero claro, el registro cubre los últimos cinco meses de 2017 y los primeros cinco de 2018. Para tratar de elaborar alguna proporción justa, se debe considerar que mientras Aerolíneas y Austral y Latam operaron a lo largo de todo ese período, Flybondi lo hizo solo desde enero. Y es allí donde la proporción se agiganta, o la cuestión se invierte.
Entre agosto de 2017 y mayo de 2018, Aerolíneas Argentinas y Austral cumplimentaron 79.395 vuelos de cabotaje. Si se divide el número de reclamos (336) por la cantidad de vuelos, da un ratio de 0,00423. O dicho de un modo más sencillo, menos de un reclamo por vuelo. El mismo cálculo aplicado a Latam Argentina, nos da 42,5487 (el número de vuelos es de 15.275 y los reclamos 359). O sea, un reclamo cada 42 vuelos. Pero Flybondi, de enero a mayo, realizó 1.641 vuelos: es decir 10,519, un reclamo cada diez, lo que la posiciona en un cómodo segundo lugar. Vale aclarar que los reclamos son voluntarios, es decir no reflejan fidedignamente el grado de problemas operativos y que el corte corresponde a mayo pasado, no están contabilizados ni junio, ni julio, ni lo que va de agosto.
Acá no pasa nada.
Flybondi, una de las que recopila más quejas de los pasajeros
Con solo siete meses de operaciones, la primera low cost argentina ocupa un cómodo segundo puesto en el ranking de las empresas que más quejas reciben por sus incumplimientos.
Desde estas páginas venimos también indicando que los problemas operativos de Flybondi no son debidamente considerados por la ANAC, que tiene entre sus atribuciones la de velar por el cumplimiento de un adecuado servicio público. Y esto nada tiene que ver con la seguridad operacional. La ANAC elaboró un documento que presentó ante el fiscal Di Lello y en el que explica las inspecciones y controles que realizó sobre Flybondi pero en todos los casos habla de la cuestión de la seguridad que no está a priori a discusión: de lo que se habla es del cumplimiento del servicio prometido. Sin embargo, sigue sin pasar nada y la clave de lo que sucede es una perla, hallada entre la documentación del informe de gestión N°112 que realizara hace pocos meses el jefe de Gabinete, Marcos Peña, ante el Congreso Nacional. Ante diversas requisitorias de los diputados, Peña admitió que por estas cuestiones incumplimiento comercial “se han iniciado procesos sumarios”. “Todos estos procesos sumarios se encuentran en curso pendientes de resolución ya que la empresa en algunos casos no ha tomado vista del expediente y en otros no ha realizado el correspondiente descargo”… Como se diría en el barrio: no sabe ni le importa.
Mejoras en EPA.
La semana pasada, la ANAC confirmó que se realizaron los trabajos necesarios para reacondicionar el ILS (Instrument Landing System) de El Palomar. Esto permitirá reducir la visibilidad de 2.700 a 1.400 metros. Dicho de otro modo, el aeropuerto podrá continuar operando en condiciones meteorológicas más adversas que las actuales. Cabe destacar que en estos momentos y ante una llovizna intensa el aeropuerto debe cerrarse.
Por otra parte, se comenzaron las obras para construir un nuevo sector internacional que incluirá un nuevo puesto de control de la PSA, tres nuevos mostradores de check-in, y un área para Aduana y otra para Migraciones. Se espera que las obras finalicen en octubre y según la ANAC, en noviembre habrá “vuelos regionales e internacionales”.
Y los buses también
Hacia fines de la semana pasada, el Ministerio de Transporte publicó en el Boletín Oficial la resolución N°723, en la que redefine el piso de las tarifas de buses, como lo hizo con las aéreas. En concreto, establece que a partir de los 10 días antes de la salida del bus, sólo se podrán hacer descuentos de hasta un 15%. Sin embargo, un pasaje de bus comprado con una antelación mayor a los 10 días puede acceder a “descuentos hasta un 95%”. El cambio no tiene límites territoriales para su aplicación.
“Esta nueva posibilidad, junto al plan de infraestructura que estamos haciendo –duplicando las autopistas de la Argentina–, van a ayudar a que cada vez más gente viaje y que por lo tanto crezcan las oportunidades y el empleo en todo el país”, comentó el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.
En los días previos se flexibilizaron algunas otras cuestiones del sistema de buses como la posibilidad de sumar o reducir hasta un 50% el número de frecuencias otorgadas, el descongelamiento del parque automotor que permitirá sumar más buses y modernizar las flotas y la conformación de “consorcios de cooperación”, un equivalente de los códigos compartidos entre las empresas aéreas.
La primera reacción del sector de los buses, sin embargo, fue de rechazo. A última hora del viernes, la Cámara Empresaria de Ómnibus de Larga Distancia (Celadi), emitió un comunicado en el que afirmó que “cobrar precios muy bajos no garantiza automáticamente la capacidad real de poder hacerlo en forma sustentable y seria”. “Para competir lealmente con la aeronavegación comercial de cabotaje, se necesita previamente estar en igualdad de condiciones. Escenario que a partir de la eliminación de la política de coordinación tarifaria se distorsionó aún más en contra nuestra”, afirma Celadi. “La irrupción de las tarifas ‘low cost’ en el modo terrestre quedará relegado sólo a anuncios mediáticos vacíos de contenido o, peor aún, servirá para profundizar una ya de por sí compleja y prolongada crisis sectorial”, cerró la Cámara.
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