La pandemia y la cuarentena para el turismo algún día pasarán. Pero qué pasa hoy con el deseo de viajar si mañana se levantaran las restricciones: ¿Volverían de inmediato a volar? ¿Irían a los mismos destinos de antes? ¿Qué privilegiarían a la hora de tomar la decisión?. A esas y otras preguntas claves para prepararse para el día después respondieron 609 personas que participaron de una encuesta realizada por el Estudio Singerman & Makón, con el apoyo de la plataforma CoLABtur, entre el 8 y el 24 de abril.
Encuesta muestra que turismo sigue como prioridad de consumo
GOLPEADOS.
Antes de proyectar deseos, primero hay que analizar si los bolsillos de los argentinos son capaces de respaldarlos. Obviamente, el desplome de la actividad económica no da alas para soñar en lo inmediato. La mitad de los encuestados sostuvo que la crisis generada por la pandemia impactó en una caída de sus ingresos. No sólo eso, para 1 de cada 4 de los consultados la pérdida fue superior al 50%. De todos modos, para un 39,4% sus entradas se mantuvieron en los niveles previos.
O sea, el panorama no es todo lo homogéneo (para mal) que se suele creer. De hecho, llama la atención que, a la hora de medir ya no por ingresos sino por capacidad de ahorro, casi un 20% diga que aumentaron sus reservas, producto de que algunos de sus gastos han disminuido por efecto de la cuarentena (gastronomía, recreación, transporte, etc.). De todas maneras, para el grueso de la gente (51,6%) la posibilidad de guardar unos pesos se evaporó (para la mitad de ellos cayó más de un 50%).
Cómo se traslada ese panorama a las decisiones de consumo futuro. Allí se encuentra un factor que es necesario desobstruir: el miedo, ya que permea tanto a los que perdieron ingresos como a los que no. Es decir, el recorte en el poder adquisitivo (26%) es lo que más nubla las expectativas de los ciudadanos, pero también el temor a una aceleración de la inflación (23%), una crisis económica (19,5%) o a eventualmente quedarse sin trabajo (18,7%) vuelve más conservadores a todos.
LAS GANAS ESTÁN.
El dato para enmarcar y prenderle una vela es el que ubica a los viajes como la prioridad de consumo número uno para la etapa post pandemia, seguido por “cultura y entretenimiento” y “restaurantes y gastronomía”.
De hecho, la encuesta analiza cómo influye el aislamiento en los deseos de viajar y resulta que la pandemia sólo disminuye las ganas al 18% de los consultados, mientras que a casi la mitad le aumenta la avidez a futuro por el turismo. En esta pregunta hay una dispersión considerable según el segmento etario. Entre los más jóvenes (18 a 29 años) sólo 1 de cada 10 vio recortado su ánimo por viajar y casi el 70% vio aumentar sus intenciones de hacerlo. En cambio en los mayores el deseo es menor (ver gráfico).
Entre los principales determinantes que inciden en las futuras decisiones de viajes, se destaca el temor a contagios (27,6%) –se eleva al 35,8% en los mayores de 60- y la pérdida de poder adquisitivo (26,3%).
PACIENCIA.
El dato tal vez más negativo para los destinos y empresas ávidas por salir urgentemente de la pesadilla de la caja cero es que aun si la cuarentena se levantara la semana próxima más de la mitad de las personas no realizarían un viaje hasta dentro de tres meses.
De hecho, más de 4 de cada 10 no planearían una salida antes de los 6 meses a un año. Lo cual coincide con el hecho de que entre los encuestados que han tenido que realizar reprogramaciones, la mitad haya pospuesto sus programas para 2021.
Mientras tanto, los destinos deberían prepararse garantizando medidas de seguridad sanitaria, ya que para el 38,1% de los consultados será el incentivo prioritario para sus viajes. En ese sentido, relegó a los clásicos impulsores de la demanda: los planes de financiación y los descuentos.
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