Ya en el cuarto trimestre de un año más que particular la industria turística comienza a cargarse de ansiedad por tener su “veranito” de turismo nacional, o al menos su golondrina que le permita, aunque sea, evitar que las pilas se sigan sulfatando.
El nuevo paradigma del turismo nacional
A los pocos días de iniciada la cuarentena, lo primero que se asumió fue la pérdida de la Semana Santa, luego vinieron las vacaciones de invierno, y ahora todo parece indicar que no se puede dejar escapar la temporada de verano, la cual estará lejos de registrar los números de la edición pasada donde 31,6 millones de turistas generaron un gasto de $ 237 mil millones, según CAME.
El Gobierno también hace su trabajo, a veces bien pero generalmente mal. Aporta $ 15 mil millones en subsidios a los pasajeros con el programa de Preventa Turística, pero tarda tres meses en implementarlo y a pesar de eso el proceso de registración de las empresas es caótico; el Ministerio de Transporte anuncia vuelos y buses, pero casi prohíbe que lleven pasajeros; y finalmente todo depende de un ministro de Salud que recomendó no usar barbijo y que había asegurado que la pandemia nunca llegaría a Argentina.
En este marco, una treintena de operadores decidieron salir a dar batalla y seguir haciendo lo que más saben, organizar y comercializar turismo presentando sus estrategias. Algunos héroes de mil batallas de vender turismo nacional, otros reorganizando sus estructuras orientadas por años al emisivo. Las agencias minoristas, por su parte, también tienen el duro trabajo de aprender sobre destinos, conectividad y servicios que vendían poco y nada; así como reconocer a los operadores “tradicionales” o privilegiar las relaciones con sus proveedores habituales, siempre caracterizados por estructuras de marketing más ágiles y agresivas.
A continuación, y producto de un análisis sobre las reflexiones de empresarios y operadores, repasamos las transformaciones, adaptaciones y conclusiones previstas para la comercialización turística del turismo nacional.
Turismo nacional: Argentina para argentinos
A pesar de que los ingresos y la capacidad de ahorro de los argentinos están muy malheridos, de acuerdo con un informe realizado por el Estudio Singerman & Makón el deseo de viajar sigue al tope de las prioridades de compra pospandemia, hipótesis que fue ratificada no solo por las ventas generadas durante el pasado Hot Sale, sino también tras la implementación del plan estatal de Preventa Turística.
Por caso, es notoria la confianza de los protagonistas por la iniciativa para incentivar el turismo interno, a la que calificaron de “estimulante” para reactivar la actividad en el corto plazo; así como algunos operadores puntualizaron que, pese a que históricamente Argentina fue catalogada como un destino poco rentable, es la oportunidad de aumentar el flujo de ventas nacional para mitigar las pérdidas.
Mirando el vaso medio vacío, los consultados expresaron que la medida podría ser insuficiente si no va de la mano con la necesidad de brindar fechas concretas para el regreso del transporte tanto aerocomercial como terrestre; así como vacilaron respecto a que las aperturas turísticas estarán supeditadas a las decisiones de cada provincia y destino.
A su vez, y tras dudar sobre cómo podrían afectar estas ventas futuras del programa de Preventa Turística a la caja de 2021, advirtieron la dificultad de conectar con fluidez el norte y el sur del país; así como denunciaron la obsolescencia de la red aerocomercial de turismo nacional, donde casi todas las escalas de los vuelos de cabotaje pasan por Buenos Aires.
Entender para atender al nuevo consumidor
Con vistas a una recuperación del turismo nacional, los mayoristas pusieron el foco en las nuevas tendencias de los viajeros. Entre ellas se destacan que los clientes buscan paquetes con fechas y condiciones de compra flexibles sin penalidad; al tiempo que explicaron que la financiación –ponderaron el programa Ahora 12 y Ahora 18 como aliados de venta– es un aspecto determinante para poder hacer realidad ese anhelado viaje posCovid-19, pero enfatizaron que una de sus principales prioridades es el protocolo de bioseguridad de los servicios que contratan, así como la seguridad en destino.
También tienen claro que las aglomeraciones no son convenientes en estos tiempos, y buscarán actividades que les permitan mantener la distancia social y el aire libre. Los consultados estiman que la naturaleza y el relax son las principales motivaciones; al tiempo que otra consideración de los viajeros es la búsqueda de aumentar el valor agregado del producto.
¿A dónde viajarán los argentinos?
Tras más de 200 días de parate turístico, los protagonistas advierten movimiento en sus cajas y confirman que para el verano los pasajeros están optando por destinos monoproductos, con estadías que superan las siete noches, y priorizando viajar con su propio auto a lugares donde predomine la naturaleza.
“El mercado busca redescubrir Argentina y el turismo nacional”, insisten, para comentar que las experiencias más buscadas tienen que ver con el turismo aventura, vino, deportes, caza, pesca, esquí y turismo rural. Con la premisa de salir de lo tradicional, los operadores bregan por itinerarios creativos y completos, con hotelería superior, y que incluyan una mayor cantidad de excursiones y servicios contratados.
De hecho, afirman que hay destinos que se venden solos y seguirán a la vanguardia por cuestiones geográficas o relacionadas con la naturaleza, como pueden ser las Cataratas del Iguazú, Mendoza, Córdoba, El Calafate o Bariloche, pero notaron una mayor demanda por productos asociados a las rutas gastronómicas y el enoturismo, así como a los destinos emergentes y los Parques Nacionales.
Al respecto, coincidieron en que los Esteros del Iberá, el Valle de la Luna, Talampaya, la Puna catamarqueña, el Bañado la Estrella y las estancias bonaerenses se suman al top de los más buscados en las consultas afines a la Preventa Turística.
¿Es posible la reconversión comercial?
Con el impulso del plan de Preventa Turística y aferrándose a la capacidad que tiene el turismo y sus actores para superar las crisis y adaptarse, una parte de los consultados confían en que empresas con más de 30 o 40 años dedicadas al turismo emisivo internacional podrán reconvertir su estructura comercial, aunque ello no será de un día para el otro.
“Argentina tiene un gran potencial para el turismo receptivo, y la coyuntura invita a una reconversión”, opinó un protagonista; mientras que un par celebró que algunas compañías vuelquen su expertise internacional en el turismo nacional, pero aclaró: “Que el plan de Preventa Turística no implique un cambio de enfoque comercial oportunista y desprolijo”.
Con un enfoque diferente, otro grupo afirmó que, si bien la industria y su cadena pueden ser resilientes en muchos aspectos, la mutación del negocio es muy compleja. “No se puede improvisar, hay firmas con una trayectoria de décadas volcadas al turismo receptivo nacional, cuyos equipos de expertos permitirán afrontar los nuevos desafíos del turismo con mucha experiencia y gran empatía por las necesidades de agentes y pasajeros”, alegó un operador.
Un cross al turismo nacional
Desde el inicio de la pandemia, el turismo nacional fue una de las actividades golpeadas en el mentón por el Covid-19, responsable de paralizar a la industria. La “cuarentena” más larga del mundo sumergió a la actividad en una depresión que ya se cobró más de 74 mil puestos de trabajo entre febrero y junio -cerraron casi 4.000 empresas-, las ventas cayeron en el orden del 80% y la emisión de boletos aéreos tocó mínimos históricos: la facturación arañó el 15% al 20% respecto de la primera mitad de 2019. Sin embargo y pese a que hace unos días era “vox populi” de que el “2020 está perdido para el turismo”, hoy el escenario pareciera ser otro: la puesta en marcha del programa de Preventa Turística reflotó las expectativas y los ánimos son otros.
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