Preventa Turística: se prorrogaría la venta para el verano

En las próximas horas notificarían que las operaciones realizadas en el marco de PreViaje hasta el 15 de noviembre podrán “canjearse” en cualquier mes de 2021.

Al respecto y en pos de incentivar los viajes para la temporada de verano, se resolvió que en las compras efectuadas durante noviembre también se aplique el descuento a los productos y servicios turísticos con fecha entre enero y diciembre del año próximo.

Por su parte y si bien los resultados no son los esperados, desde la cadena de comercialización celebran la extensión de la Preventa Turística, pero instaron al organismo para que desarrolle una campaña de promoción abarcativa y masiva de toda la oferta nacional.

Cabe destacar que al cierre de esta edición, PreViaje cuenta con alrededor de 11 mil prestadores inscriptos; y donde participaron más de 48 mil personas, con más de 16.500 viajes por un total de $ 630 millones. “Los destinos más buscados por los futuros turistas son San Carlos de Bariloche, Puerto Iguazú, la Costa Atlántica, El Calafate y Ushuaia”, indicaron desde la cartera de Turismo que conduce Matías Lammens.

¿Por qué el plan de Preventa Turística no reactivó las ventas?

El boom inicial de las consultas que generó la Preventa Turística no se tradujeron en ventas, y la media de los operadores cuentan las concreciones con los dedos de una mano.

El “amor de verano” de las llamadas se está diluyendo en sintonía con el aumento de las desprolijidades, los desmanejos y la desinformación sobre el futuro de los viajes nacionales en 2021.

La timidez en la respuesta al plan Previaje podría explicarse, entre otras cuestiones, por las contradicciones e incertidumbre en torno a las operaciones aerocomerciales.

Por caso, sin el libre tránsito por Argentina garantizado, ni los protocolos sanitarios unificados o criterios específicos de devolución, cualquier intento de tener un verano quedaría vetado.

En otras palabras, el sector le critica al ministro Matías Lammens que se encuentran ante un pasajero que quiere viajar pero que no se anima a pagar, porque no sabe si el avión saldrá, y en caso de que sí lo haga, desconoce si podrá ingresar a la ciudad o si debe llevar una aplicación o hisopado previo; así como también tiene miedo de que desaparezcan los prestadores de servicio en destino.

Sin embargo, este escepticismo no responde solo al consumidor, dado que cada vez son más los jugadores que se miran con recelo y dudan de la espalda financiera de sus pares; o si podrán resistir la crisis.