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Opinión

Turismo en tiempos de ajuste: ¿válvula de escape o una presión más a la economía argentina?

El turismo interno está atravesando una crisis histórica por el boom de argentinos viajando al exterior y la falta de visitantes internacionales.

El turismo interno argentino vive un presente cargado de contradicciones. Mientras un segmento de la población capitaliza el tipo de cambio bajo de la divisa estadounidense para vacacionar fuera del país, el turismo interno se resiente, esas divisas se escapan y las proyecciones internacionales chocan con la inestabilidad local.

En este contexto, la actividad se convierte no solo en un indicador económico, sino también en un insumo político en la antesala de las elecciones legislativas de octubre.

Los viajes internacionales y la presión macroeconómica

El flujo de turistas argentinos hacia el exterior continúa creciendo de forma sostenida. Para muchos, es un respiro frente al malestar social; en contrapunto para la economía significa un drenaje de dólares que profundiza la fragilidad de las reservas del Banco Central a niveles históricos.

El déficit de la balanza turística ya se cuenta en miles de millones de dólares y genera, creemos o deberíamos creer, preocupación en el oficialismo.

El turismo interno en caída libre

La contracara es un mercado interno debilitado. Hoteles y restaurantes aumentan tarifas por encima del promedio de inflación, pero no logran sostener la demanda, y familias que antes viajaban dentro del país ahora recortan días o directamente cancelan sus planes, impactando de plano y frontalmente en el empleo del sector y consecuentemente en las economías regionales que dependen del turismo como motor de actividad o replantean políticas de desarrollo de este insumo vital para las mismas.

El Gobierno intenta exhibir gestión con anuncios de créditos blandos y misiones internacionales para atraer inversiones. Sin embargo, las críticas no tardan: la oposición denuncia que no hay un plan integral, que avanza la privatización de espacios de turismo social y que las políticas actuales no alcanzan para revertir la pérdida de competitividad frente a los países vecinos. (Créditos para viajar por Argentina, el plan que prepara el gobierno para alentar el turismo interno)

Con las legislativas de octubre en el horizonte, el turismo se convierte en terreno de disputa electoral. Para el oficialismo, es una vidriera de reactivación; para la oposición, un símbolo de desigualdad. El acceso a un viaje ya sea dentro o fuera del país funciona como espejo del bolsillo del votante y, en definitiva, del humor social que puede definirse en las urnas.

Expectativas internacionales, realidad argentina

El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC por sus siglas en inglés) proyecta para 2025 un aporte cercano al 6% del PBI y la generación de un millón de empleos vinculados al sector. Estas previsiones, alentadoras a escala global, contrastan con el escenario argentino, donde la actividad turística enfrenta una serie de desafíos estructurales y coyunturales.

Ezeiza
El Aeropuerto Internacional de Ezeiza, el gran punto de salida de argentinos al exterior.

El Aeropuerto Internacional de Ezeiza, el gran punto de salida de argentinos al exterior.

La inflación persistente, que erosiona el poder adquisitivo interno, junto con la volatilidad cambiaria, limita la capacidad de planificación tanto de empresas como de consumidores. A ello se suma la falta de previsibilidad regulatoria, con reglas de juego que cambian con frecuencia y dificultan la llegada de inversiones de largo plazo.

El país dispone de ventajas comparativas notorias, diversidad de paisajes, patrimonio cultural, posicionamiento regional, pero su aprovechamiento pleno se ve condicionado por la crisis del transporte aéreo y terrestre, la presión impositiva sobre servicios turísticos y la desigualdad en la infraestructura entre regiones, activos latentes y expectantes de soluciones en términos de políticas federales que las potencien e incentiven.

En este contexto, la posibilidad de replicar en Argentina las metas internacionales luce incierta. Mientras el mundo imagina una industria turística en expansión y consolidada como motor del crecimiento económico, en el plano local el sector oscila entre el optimismo de la demanda externa favorecida por un tipo de cambio competitivo y las dificultades internas que atenúan en consecuencia su verdadero potencial.

Una foto del presente que anticipa el futuro

El turismo argentino oscila entre ser válvula de escape y presión adicional sobre la economía. Es reflejo de la crisis, pero también uno de los pocos sectores con potencial de dinamizar al país. En tiempos de ajuste y con elecciones a la vuelta de la esquina, la actividad no solo muestra la foto del presente: anticipa el pulso de lo que viene.

En un próximo análisis, abordaremos el rol del turismo interno en el entramado de las economías regionales: desde el impacto en la generación de empleo hasta los desafíos de infraestructura y conectividad que condicionan la competitividad de destinos emergentes y tradicionales en la Argentina profunda.

Mario Mobilio
Mario Mobilio es abogado especialista en derecho público y consultor en políticas de infraestructura y transporte.

Mario Mobilio es abogado especialista en derecho público y consultor en políticas de infraestructura y transporte.

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