La naturaleza del trabajo directivo es la de coordinar la labor entre los individuos, los grupos y las organizaciones al desempeñar las cuatro funciones directivas: planificación, organización, liderazgo y control.
La importancia relativa de una función respecto a otra depende del lugar del directivo dentro de la organización, y de los problemas y desafíos que enfrenta. Además, la capacidad para detectar la importancia relativa de cada una puede ser lo que distingue al directivo eficaz del regular.
La función de planificación incluye la definición de los fines que se han de alcanzar y la determinación de los medios apropiados para lograrlos. Las actividades de planificación pueden ser complejas o sencillas, implícitas o explícitas, impersonales o personales.
Los resultados esperados de las actividades de planificación son los mutuos acuerdos alcanzados por los integrantes de la empresa en cuanto a lo que deberían intentar alcanzar. Estos acuerdos, a su vez, pueden reflejarse en planes complicados que especifiquen los resultados buscados o en un acuerdo general entre los miembros.
La posición capital de la planificación como función directiva requiere que los significados de los conceptos clave sean muy explícitos.
• La misión: la sociedad espera que las empresas cumplan propósitos específicos. Estos propósitos constituyen las decisiones de las empresas. Los directivos eficaces establecerán la misión de su empresa en función de ciertas condiciones que, si se logran, asegurarían su supervivencia. Por lo tanto, las misiones son los criterios para evaluar la eficacia a largo plazo en las empresas. La definición de la misión es amplia y abstracta, y está cargada de valores que se prestan a varias interpretaciones. La definición de las misiones en las empresas puede ser un motivador poderoso. Los directivos están redescubriendo la fuerza que poseen las ideas y los ideales para motivar el compromiso de los individuos y los grupos a fin de lograr niveles altos de desempeño. Los estudios del liderazgo carismático han establecido la importancia de la definición de las misiones como elemento decisivo de la dirección eficaz.
• Las metas: son los estados o condiciones futuras que contribuyen al cumplimiento de la misión. Al ser más concretas y específicas que la misión, las metas expresan criterios relativamente intermedios de la eficacia. También se pueden formular en términos de la producción, la eficiencia y la satisfacción. Por ejemplo, una meta de una empresa podría ser "establecer puntos de venta viables en todos y cada uno de los principales centros emisores turísticos a finales de 2020". También es posible que una empresa cuente con múltiples metas que contribuyan al logro de la misión. La existencia de múltiples metas ejerce mucha presión sobre los directivos para que, además de coordinar las operaciones rutinarias de las unidades que se esfuerzan por lograrlas, también planifiquen y asignen los escasos recursos a dichas metas.
• Los objetivos: derivan de las metas y son relativamente específicos y mensurables a corto plazo. Los objetivos derivan de las metas, así como las metas se desprenden de la misión de la empresa.
La definición de la misión representa un intento de la Dirección para fijar los criterios a largo plazo que sirvan para evaluar el desempeño de la empresa. Las metas se desprenden de la visión de la organización y aportan los criterios para evaluar su desempeño a mediano plazo (uno a cinco años), y cada meta puede ser el punto de partida para los objetivos específicos que sirven para determinar la eficacia de la organización a corto plazo.
La planificación implica especificar no sólo a dónde quiere llegar la organización, sino cómo pretende hacerlo. El desarrollo de un conjunto coherente de misiones, metas y objetivos define el alcance y la dirección de las actividades de la empresa. De hecho, el desarrollo de un conjunto de actividades o medios es consecuencia de la determinación previa de los fines. Las opciones se deben analizar y evaluar en función de los criterios que parten de la misión, las metas y los objetivos. Así, los directivos -por medio de sus propias decisiones- pueden influir sobre la manera en que se van a evaluar a sí mismos y a sus organizaciones. Son los que deciden cuáles son sus fines legítimos y qué criterios son relevantes.
Finalmente, tras haber determinado cuáles son los medios apropiados, deberán emprender la siguiente función directiva: organizar.
FUENTE: la-planificacion-de-los-recursos-humanos
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