Por Marcelo Cristale, director del Centro de Capacitación Profesional América Latina (Ccpal).
El liderazgo como proceso de intercambio
Para las teorías del liderazgo transaccional y transformador, el liderazgo es un proceso de intercambio. Los miembros del equipo son recompensados por el líder cuando cumplen con los objetivos acordados, y el líder sirve para ayudar a los seguidores a lograr los objetivos.
“Hoy en día, la clave para un liderazgo exitoso es la influencia, no la autoridad.”
KEN BLANCHARD
El líder ayuda al colaborador a identificar qué es lo que hay que hacer para lograr los resultados deseados, como producción de mejor calidad, más ventas o servicios y costos reducidos, entre otros.
Al ayudarlo a identificar lo que tiene que hacer, el líder toma en cuenta las necesidades de imagen propia y de autoestima de la persona.
Al utilizar este estilo el líder depende de recompensas contingentes y de dirección por excepción. Cuando se utiliza un reforzamiento contingente, los miembros de un equipo muestran una mejora en el desempeño y en la satisfacción, confían en que el logro de los objetivos redundará en que reciban las recompensas deseadas. Al utilizar la dirección por excepción, el líder no interviene a menos de que no se logren los objetivos.
A menos que los gerentes comprendan lo que desea el empleado, otorguen oportunamente las recompensas y recalquen la relación entre remuneración y desempeño, es posible que haya confusión, incertidumbre y un impacto transaccional mínimo sobre las relaciones entre el líder y el colaborador.
El líder transformador motiva a los colaboradores a trabajar por metas trascendentes en vez de interés egoísta a corto plazo, y por los logros y autorrealización en lugar de la seguridad. La recompensa es interna.
Los líderes transaccionales ajustarán las metas, la dirección y la misión por motivos prácticos. Realizarán cambios mayores en la visión de la empresa o de la unidad, en su manera de hacer negocios y en la dirección de los recursos humanos con tal de alcanzar su visión. El líder transformador debe poseer habilidades transaccionales; debe tener la capacidad de hacer transacciones con los colaboradores en cuanto a requisitos y a las acciones rutinarias habituales.
Se identificaron cinco factores que describen a los líderes transformadores. Las tres principales características del liderazgo transformador son:
• Carisma: el líder es capaz de implantar un sentido de valor, respeto y orgullo, y de expresar una visión.
• Atención individual: el líder pone atención en las necesidades de los colaboradores y asigna proyectos significativos para que los colaboradores crezcan personalmente.
• El estímulo mental: el líder ayuda a los colaboradores a repensar las maneras racionales de examinar la situación y los alienta para que sean más creativos.
Las dos principales características del liderazgo transaccional son:
• Recompensas contingentes: el líder informa a los colaboradores de lo que hay que hacer para recibir las recompensas que prefieran.
• Dirección por excepción: el líder permite que los colaboradores trabajen en la tarea y no interviene a menos que no estén cumpliendo las metas dentro de un lapso de tiempo y a un costo razonables.
Una de las características más importantes del líder transformador es el carisma; sin embargo, el carisma por sí solo no alcanza. Además, se necesitan habilidades para la evaluación, capacidad de comunicación y sensibilidad hacia los demás. Tienen que saber expresar su visión y ser sensibles a las deficiencias en las habilidades de los seguidores.
Una de las características más importantes del líder transformador es el carisma; sin embargo, el carisma por sí solo no alcanza. Además, se necesitan habilidades para la evaluación, capacidad de comunicación y sensibilidad hacia los demás.
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