El cambio de Gobierno en diciembre de 2015 dinamitó un mundo de certezas construido tras 12 años de mirarse a través de los ojos de Suipacha 1111. Problemas viejos emergieron como nuevos y lo que hasta el 9 de diciembre era un sector pujante se convirtió de la noche a la mañana en una actividad en la cual el movimiento interno está estancado hace cuatro años y la balanza de turistas internacionales y divisas es deficitaria desde 2012 a niveles del promedio de la década del 90.
Para aumentar aún más la ansiedad de un sector acostumbrado a la introspección, la mirada se esmerila a la hora de leer si Macri realmente piensa en Turismo o no, o al tratar de comprender por qué le dan incentivos al campo y nada a un receptivo con costos fuera de mercado.
Valentín Díaz Gilligan cruza todos los días las puertas de Balcarce 50 y se interna en los pasillos del poder de una Casa de Gobierno inescrutable para los no habitués. Desde el panóptico que ofrece la Subsecretaría General de la Presidencia, sumado a su debut como coordinador de Gabinete Interministerial del Turismo, el análisis de Gilligan tiene poco de ombliguismo sectorial y deja entreabierta la puerta para entender cómo piensa el gobierno nacional la actividad.
“Nosotros ordenamos la macro y ponemos infraestructura, que el privado invierta en servicios”
La descripción de una herencia ruinosa del Estado recibido cruza todo el discurso de Gilligan: "En cada organismo que nos interiorizamos encontramos no gestión". Y Suipacha 1111 no queda afuera del diagnóstico.
El funcionario dijo que las correcciones de la macroeconomía empezarán generar efectos en el sector en el segundo semestre. A los privados les pidió bajar la ansiedad, más acompañamiento, inversiones y generación de empleos.
TERRENO MINADO.
-Se habló mucho de la herencia que recibieron, pero muy poco de la situación en Turismo. ¿Cuán real es el discurso de que encontraron un Estado peor del que esperaban?
-Nosotros no encontramos Estado.
-¿Cómo es eso?
-La propia definición de Estado implica que debe estar presente a la hora de atender las necesidades y resolverle los problemas a la gente. Para eso tiene que gestionar. Y la verdad es que en cada organismo que fuimos interiorizándonos encontramos "no gestión". Esto incluye problemas, dilapidación de fondos públicos y, en muchos casos, corrupción. Había gente sin tareas asignadas y personal nombrado el 9 de diciembre de 2015 (un día antes de la asunción del nuevo Gobierno). Ésa no es nuestra idea de Estado.
-¿El panorama que describe es transversal a todos los organismos? Me refiero a si encontraban eso en cada caja que abrían.
-No. Sin dudas hubo casos más graves que otros. El de Milagro Sala en Jujuy, por ejemplo. Es el Estado desentendiéndose de su principio más básico. En cambio, tengo entendido que algunas cosas de Transporte y del Ministerio del Interior funcionaban mejor.
LA HERENCIA DE SUIPACHA 1111.
-¿Y el caso del Ministerio de Turismo en qué escala lo ubican?
-De Turismo le puedo decir que estamos terminando una auditoría sobre el estado de las unidades turísticas de Embalse y Chapadmalal, el cual es bastante grave. Después hay otros problemas de fondo, como las propias condiciones en que está el Ministerio.
-¿En función de lo que encontraron piensan que fue sólo mala gestión o también hubo corrupción?
-No lo sé. Los que están en el día a día son los funcionarios del Ministerio. Yo hablo por la macro. Lo que sí puedo decir es que la situación de las unidades turísticas -sin hablar de corrupción- es otro caso donde no se está cuidando a la gente, ni a la que trabaja ni a la que va de vacaciones. Aspiramos a que en cuatro años de gestión podamos devolver lugares dignos para ir de vacaciones y no lo que encontramos hoy, que se va a hacer público cuando terminemos la auditoría.
-¿Encontraron gestiones que merezcan ser judicializables?
-No lo sé. Lo que está claro es que en estas cosas hay responsabilidades penales, por un lado, y políticas, por el otro. Administrar el patrimonio público de por sí implica una responsabilidad política. Y el estado en el que se encuentran algunos lugares habla, por lo menos, de irresponsabilidad política.
-Cuando se habla del caso de Lázaro Báez se plantea la existencia de una estructura que utilizaba hoteles para blanquear dinero. ¿Hay alguna relación entre turismo y la causa que ustedes hayan detectado como sospechosa?
-Y sí, está involucrada Aerolíneas Argentinas, que le habría pagado más de US$ 5 millones al hotel de la expresidenta. La verdad, la matriz es insólita y bastante sospechosa. Era un matrimonio que llegó al poder sin ningún hotel y se va con tres. Lo cual implica compras de millones de dólares y que fue administrado por una persona que hoy está presa por lavado de dinero. Y que además usaron a Aerolíneas para alojar gente. Veremos que sucede ahora que los jueces tienen libertad para investigar.
-¿Detectaron connivencia del organismo en esa estratagema?
-No lo sé y creería que no. Pero eso no va a salir del propio Ministerio, sino de la investigación judicial.
PUNTO Y PARTE. TURNO DE CAMBIEMOS.
-¿Qué importancia real le da este Gobierno al Turismo? Para algunos no está en el ADN del macrismo y, por ejemplo, en el discurso de apertura de sesiones en el Congreso no habló de Turismo.
-En la reunión del Gabinete ampliado de la semana pasada fue uno de los ministerios más destacados. Y eso es porque estamos convencidos de que hay regiones enteras que solamente pueden encontrar su salida y viabilidad a través del turismo. Por ejemplo, la agenda del Plan Belgrano en el Norte tiene que ver eminentemente con el turismo. Y eso es una convicción del presidente Mauricio Macri, quien hoy mismo dijo que su convicción y su meta es tratar de duplicar la cantidad de turistas que vienen al país.
Para eso hay que tomar un montón de medidas, las cuales muchas tienen que ver con el Ministerio de Turismo y otras tantas con diversas carteras. La ventaja que tenemos con este Gobierno es que hay un solo equipo, que trabaja por los objetivos que define el Presidente y ejecuta el jefe de Gabinete.
DE MIMADOS Y COMPETITIVIDAD.
-A poco de asumir el Gobierno abrió la billetera para determinados sectores, como el campo y la minería. Pero en Turismo se siguen esperando incentivos fiscales que ayuden a recuperar la demanda. ¿Cómo lo explica siendo que dice que Turismo es uno de los sectores clave para Cambiemos?
-Primero, hay que diferenciar lo que se hizo en un caso y en otro. En el caso de la agricultura, que además había sido una promesa de campaña, lo que pasó es que no estábamos de acuerdo con las retenciones. Se trata de un impuesto que solamente se les cobra a ellos porque en algún momento les fue bien o tienen potencial de producción. Lo que hicimos fue bajarlas, tendiendo a cero, para poner al campo en igualdad de condiciones que el resto de los países de la región. O sea, en realidad ellos estaban castigados, no es que ahora los estemos beneficiando.
Lo que sí estamos pensando para el turismo es darle infraestructura y condiciones para que pueda competir en igualdad de condiciones con el resto de los países de la región y que pueda desarrollar todo su potencial. Y eso no tiene nada que ver con medidas que se toman para aliviar carga impositiva injusta en otros sectores. Son dos planes no comparables.
-O sea, ¿en su visión turismo va a recuperar competitividad por el lado de la infraestructura y no de bajar los costos?
-Primero, no nos olvidemos de que el turismo también estaba trabajando en condiciones muy irregulares. Porque acá parece que pasó hace mucho, pero fue hace menos de cuatro meses cuando teníamos cinco tipos de cambio. Había hoteles que lo tomaban a $ 9, otros en efectivo a $ 14 y estaban quienes venían con los pesos para pagar estadías de 10 días. Eso se normalizó y hoy en el sector todos saben que trabajan a un dólar de $ 14 a $ 15. Lo cual benefició a un montón de hoteles y fue de las primeras medidas que se tomaron.
Después vendrá una batería de medidas que tendrán que ver con infraestructura, puertos, aeropuertos y rutas, que se relacionan con la promoción y el desarrollo de un montón de regiones que estaban postergadas y hoy tienen planes ambiciosos para despegar.
LA COMUNIDAD ORGANIZADA, VERSION PRO.
-Alguna vez Ud. dijo que entre lo más malo de la polarización estaba que además empeoraba la gestión. Por haber ido a todas las reuniones del Consejo Federal de Turismo y también por haber formado parte de uno del Gobierno de la Ciudad (que junto con Córdoba denunciaron haber sido discriminados en la anterior gestión), ¿entiende que subsiste algo de esa polarización? Y de ser afirmativo, ¿entorpece la gestión actual?
-No. Y es un pedido expreso del Presidente el trabajar en base a la confianza. No creemos en la lógica amigos y enemigos, y que a los primeros les das todo y a los segundos los castigas. El ministro de Turismo está muy comprometido en esto y entendemos que hay un solo equipo. No importa si sos de Cambiemos o del Frente para la Victoria hay que trabajar para la gente, que es la que, en definitiva, se beneficia o perjudica según la política pública que lleves adelante. La prueba de esto es que propusimos y avalamos que el titular del CFT (Mariano Ovejero) sea del Partido Justicialista, porque sabe, conoce y viene trabajando desde hace muchos años en una provincia que ha hecho las cosas bien. Con ese mismo prisma es que queremos gestionar las relaciones con cada una de las provincias. Esta filosofía hace que hoy nos podamos sentar con un ministro de cualquier provincia a trabajar en conjunto. Ese logro hace más que a un sector a la construcción de la sociedad en conjunto: sentarse y debatir con gente que puede no pensar lo mismo que vos. No poder hacerlo es una de las cosas que le hizo mucho daño al sector en los últimos 12 años.
-El sector privado padeció una lógica similar y sabía que quien criticaba era señalado desde el Gobierno como opositor. Aunque la foto final muestra un alineamiento casi sin dobleces de las entidades privadas. En función de ese pasado inmediato, ¿cómo piensan la convivencia público-privada?
-Para nosotros el sector privado es un socio estratégico en la promoción del turismo de Argentina en el mundo y dentro del país. También entendemos que tienen que estar preocupados por crecer, invertir, dar empleo y que eso le rinda para seguir generando más trabajo y más negocios. Esa convivencia hace que cada uno busque defender ciertos intereses. Y los entendemos y -en muchos casos- compartimos. Pero en los que no coincidamos tiene que estar el Estado para defender otros intereses. O sea, tenemos que ser el equilibrio entre todas las pujas que existen.
La verdad es que esperamos más del empresariado, pero para eso el sector público tiene que acompañar. Una vez que les demos todas las condiciones necesarias para que ellos puedan invertir y desarrollarse creemos que tiene que ser uno de los motores del país. Lo que siento a veces es que el sector privado prefiere conservar lo que tiene y no salir a buscar todo lo que nos falta.
-¿Hoy eso es un problema más de actitud o de que todavía no le dieron las condiciones para hacerlo?
-Las dos cosas. Vamos a ver qué sucede cuando efectivamente les demos las condiciones.
EL PLAN.
-En cuatro meses no parecieran haber signos de cambios profundos en las condiciones sectoriales. Puntualmente, muchos empresarios sostienen que el negocio sigue siendo tan poco rentable como antes, con lo cual hoy no parece viable generar inversiones y nuevos puestos de trabajo. ¿Cómo se resuelve ese dilema?
-Yo creo que vamos hacia un cambio muy importante respecto de lo que teníamos. Desde el punto de vista económico hoy tenés un solo tipo de cambio, un país que recibe ofertas por US$ 67 mil millones para una emisión de deuda de US$ 15 mil millones y paga una tasa del 7% cuando se llegó a pagar el 15%. Todo eso crea una serie de condiciones macroeconómicas como para que una persona pueda invertir y tenga un horizonte de previsibilidad para proyectar el rendimiento de un negocio. Eso ya es un cambio bastante violento. Entiendo que pueda no estar direccionado a un solo sector sino a toda la economía, pero en definitiva va a terminar beneficiando al sector turístico muy fuertemente. No es menor la mejora de competitividad que produjo la unificación del tipo de cambio.
-Es la tercera vez que me menciona la unificación del tipo de cambio. ¿Cree que no se valoró lo suficiente?
-Pareciera que no. Creo que hay que ver la parte que se llenó del vaso. Y en cuatro meses haber empezado a ordenar la economía es muy provechoso para el turismo.
-¿El pedido de crear 300 mil puestos de trabajo se activa con el ordenamiento de la macro o hay que esperar decisiones puntuales en la micro?
-El esquema es: nosotros ordenamos la macro e invertimos en infraestructura para que a este país pueda venir mucha gente y se mueva el turismo nacional; que el privado se ocupe de invertir en servicios. Porque el viajero no va a dónde no puede llegar, pero tampoco se mueve a lugares dónde no pueda dormir o comer. O sea, hay que crear las condiciones para que los destinos sean atractivos turísticamente.
En ese sentido, para generar esa avenida vamos a resolver un montón de ineficiencias vinculadas a las visas, a aumentar las aerolíneas que vuelan hacia el país, vamos a duplicar los vuelos de cabotaje que tenemos y todo eso va a hacer que haya más turistas que van a necesitar servicios que se los tiene que dar el sector privado.
-¿Está la demanda en condiciones de hacer viable ese incremento de la oferta?, ¿Se puede llenar el doble de vuelos?
-Sí, la demanda está. En viajes de cabotaje per cápita somos el peor país de Sudamérica. En lo que hace al turismo nacional hoy tenemos menos del 50% de los argentinos haciendo al menos un viaje al año. Ese número en la CABA supera el 70%. Tenemos que lograr que viajar sea un derecho de todos los argentinos.
-El turismo interno hace cuatro años que está estancado. Este va a ser otro año complicado si tenemos en cuenta los golpes al bolsillo que recibió el rango medio. ¿Cómo llegan a la conclusión de que poner más asientos va per se a desanudar la cautela hacia el viajar?
-Es que justamente hace cuatro años que no crece el interno porque no se dieron las condiciones para que lo haga. Además, se alentó el viaje al exterior. Porque en el doble discurso del gobierno anterior se dieron viajes en 18 cuotas para ir a Cuba o Punta Cana. Desalentaron el turismo interno y beneficiaron a destinos del exterior. Se crearon condiciones para que tengamos los resultados que tenemos.
-No termino de entender cómo se da vuelta esa situación por el sólo hecho de duplicar la oferta de vuelos.
-Yo creo que la consecuencia del plan de turismo que vamos a desarrollar va a producir que sí o sí necesitemos agregar más vuelos. Entiendo lo que dice, pero nosotros estamos pensando en una curva de cuatro años donde al final estemos duplicando los vuelos de cabotaje porque vamos a tener más turismo social, más corporativo, más reuniones, más aventura, más interno... Es decir, vamos a desarrollar todos los nichos. De hecho, uno de los objetivos que tenemos como Gobierno es Pobreza Cero y eso también incluye el viajar como derecho.
Todo esto comparado con lo que sucede en Brasil, Perú o Chile no es ninguna locura. O sea, el problema es que nos acostumbramos a creer que lo que teníamos era el techo. Y nosotros creemos que lo que tenemos es el piso.
-No me nombró hasta el momento ninguna medida de incentivo fiscal. Por ejemplo, el cómputo de los gastos en turismo interno a cuenta de ganancias o la exención del IVA. ¿Es porque no están pensando en eso para alentar la demanda?
-Tampoco lo estamos haciendo para otros sectores de la economía. Lo que sí planteamos es dar igualdad de condiciones respecto a otros países e industrias. Dicho esto, sí estamos analizado la devolución del IVA a los extranjeros, tema que están estudiando los equipos del MinTur y de Hacienda para ver los efectos que tiene. La deducción de los gastos de turismo interno también se está estudiando, pero no va a ser en el corto plazo.
Todo eso también tiene que ver con recibir un Estado con un 7% de déficit del PBI. Para la gente eso es tal vez es medio ininteligible, pero son muchos ceros.
-O sea, pesa más no poder que no querer
-Obviamente. Nosotros estamos planteando que el déficit monumental que recibimos recién lo vamos a poder equilibrar el último año de gobierno. Entonces, cualquier propuesta que desfinancie el Tesoro hay que analizarla mucho y cuesta. Lo que sí tratamos es que cada peso que gasta el Estado tenga una finalidad y un sentido. Y el número uno es crear empleo.
-¿Cuándo se va a empezar a mover el amperímetro del turismo? ¿Hay que esperar medidas de shock?
-Nómbreme una medida de shock de los últimos 12 años del kirchnerismo ligada a turismo. Tampoco la tuvo el menemismo. Ni tampoco las hacemos nosotros para la economía del sector automotriz o mismo para la agroindustria.
-Dicho esto, ¿entonces cómo hay que leer el plan sectorial de Turismo?
-Como una combinación de todas las acciones que tienen distintos ministerios, coordinadas desde Turismo, y que va a tener efectos en mejorar la demanda, desarrollar la oferta, generar infraestructura y propiciar las condiciones macroeconómicas para que la gente pueda invertir y consumir viajes de calidad.
Usted me pregunta por las medidas de shock, pero la verdad es que a veces medidas muy pequeñas como facilitar las visas son fundamentales. Por ejemplo, nos reunimos con inversores y agencias de viajes chinas y lo primero que te dicen es que tardan tres meses para obtener el trámite, que hay solo dos consulados y no pueden viajar dos veces 1.000 km. Resolver eso es algo muy simple, pero que tiene un efecto directo enorme. Lo que estamos pensando es que bajo determinadas condiciones la visa sea automática.
-De la mano de la estatización de AR vino la generación de condiciones que la protegieran de la competencia. Ahora se viene Avianca. ¿Cómo cae esa apertura en el diálogo con las autoridades de la compañía de bandera?
-Igual no compitiendo perdieron mil millones de dólares al año. Nosotros entendemos que la competencia hace que se trabaje de otra forma. Cuando te dan un monopolio y la plata para que gastes ilimitadamente, ¿cuál es el incentivo para administrar bien? Eso es lo que vimos en un montón de áreas del Estado.
Aerolíneas puede seguir siendo el sostén esencial de los vuelos de todos los argentinos, pero la torta no es la que vemos hoy, sino mucho más grande.
-Por último, un mensaje para quienes los gana la ansiedad de no ver cambios que le muevan la aguja al turismo.
-Tenemos mucha esperanza en que los efectos de las condiciones que estamos generando para que todos podamos invertir y desarrollarnos se van a empezar a ver en el segundo semestre, que es cuando además va a empezar a bajar la inflación. Pero lo que estamos haciendo es propiciar un desarrollo a largo plazo, no para los próximos cinco meses. Y el turismo es uno de los pilares de la agenda de desarrollo. Eso lo tiene claro el Presidente y todos los ministros del Gabinete. En ese trabajo en equipo necesitamos al sector privado codo a codo con nosotros para generar un turismo de calidad, sostenible y que no dependa del tipo de cambio, del humor del Presidente ni de medidas aisladas asistencialistas.
En números
x 2 prever multiplicar la oferta de vuelos de cabotaje antes de 2019.
300 mil son los nuevos empleos que aspira a crear el Plan de Turismo.
20 es el puesto del ranking de los destinos receptivos globales al cual aspiran llegar en cuatro años. Hoy Argentina es el 47° que más turistas recibe.
Perfil
El actual subsecretario general de la Presidencia (dependencia encargada de asistir directamente al Presidente en el diseño de políticas públicas y en la elaboración de mensajes) viene de acompañar al PRO en el segundo período de Macri al frente del gobierno de la Ciudad, desde 2012. Primero fue asesor del ministro de Modernización y en los últimos dos años fue director de Promoción Turística del Ente porteño (donde era titular el actual secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis).
Díaz Gilligan, que es máster en Economía y Finanzas, desarrolló previamente su actuación en el sector privado, con desarrollos propios y ocupando puestos gerenciales en consultoras de turismo, agencias y hoteles, además de compañías como Techint y PriceWaterhouseCoopers.
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