Diversas encuestas de satisfacción hotelera reflejan que el dormir en un colchón confortable con ropa de cama suave es uno de los aspectos más valorados por los huéspedes. Piezas fundamentales de las habitaciones, las camas y sus distintos componentes (colchones, bases o sommiers, protectores, almohadas y lencería) requieren de una correcta selección por parte de los empresarios hoteleros en función de brindar bienestar y calidad de sueño a sus clientes.
Los protagonistas del confort en las habitaciones
La calidad del sueño de los huéspedes y la vida útil de los productos de cama son dos variables a considerar a la hora de equipar los cuartos. Recomendaciones para elegir el mejor equipo de descanso.
El principal elemento de los sistemas de descanso es el colchón. Al momento de su elección, la “Guía del Descanso Saludable en Hoteles”, elaborada por el Instituto Tecnológico Hotelero (ITH) de España y la marca Flex, recomienda evaluar las propiedades físicas de los mismos, entre las que se encuentran la firmeza (medida en una escala del 1 al 10, siendo 1 el más firme y 10 el más bland)-; la elasticidad, relacionada con la capacidad de la superficie para recuperar su forma original cuando deja de estar sometida al peso del cuerpo; la permeabilidad de sus componentes, que permitan trasladar la humedad del cuerpo al ambiente, evitando la formación de hongos; el aislamiento térmico, para que la temperatura del cuerpo permanezca constante durante el sueño; y la resistencia a la fatiga, vinculada al empleo de materiales que proporcionen un buen soporte y no se hundan con el paso del tiempo.
Otros factores a tener en cuenta son el refuerzo perimetral del colchón, que confiere mayor perdurabilidad; que estén fabricados con materiales no nocivos para la salud, tejidos ignífugos y antialérgicos resistentes a microorganismos, bacterias y ácaros; el promedio de vida aproximada; y el período de amortización, calculado en base a la relación entre el costo del colchón y su durabilidad.
En este sentido, cabe destacar que la renovación de los colchones no debería exceder los diez años de uso, según sugieren los especialistas del mercado, y que para extender su vida útil es necesario seguir las instrucciones de cada fabricante.
No obstante, existen algunos principios generales sobre el mantenimiento de las unidades que comprenden la rotación en 180º cada tres meses y el giro del colchón (la parte de arriba hacia abajo) cada seis meses; la ventilación de las habitaciones antes de tender las camas para evaporar la humedad absorbida por el colchón durante la noche; el uso de fundas lavables para conservar las texturas libres de manchas; el recambio de bases o sommiers cuando se coloca un colchón nuevo; y la limpieza periódica en seco con aspiradoras, sin sustancias químicas que puedan dañar los tejidos, para evitar la aparición de ácaros.
INNOVACIÓN PARA EL CONFORT.
En la actualidad, los colchones de mayor preferencia en la industria de la hospitalidad, según los elementos empleados en su núcleo, son los de espuma, látex, resortes (uno de los más vendidos porque presentan distintos grados de rigidez en función del diseño de los resortes) y viscoelásticos, realizados con un material sintético desarrollado por la NASA, cuya particularidad es que poseen “memoria inteligente”. Es decir, al moverse el cuerpo, el colchón tarda un tiempo en hacer desaparecer la huella creada por la presión.
Como sucede con otros rubros del sector, la oferta de colchones se ha ido modernizando para atender a las nuevas demandas del ritmo de vida actual. Entre las últimas innovaciones surgidas en el mercado europeo pueden mencionarse los productos confeccionados con entramados de algodón orgánico, que permiten que la piel respire mejor evitando reacciones alérgicas y que, al mismo tiempo, se alinean con las políticas de sustentabilidad de los establecimientos. También existen colchones que utilizan tejidos con protección contra la polución electromagnética, eliminando la carga electroestática que acumula el cuerpo durante el día; y otros que incluyen fundas con una tecnología especial que hace posible regular la temperatura corporal, absorbiendo el exceso de calor.
Los protectores de colchones son otro agente clave que contribuyen a la perdurabilidad del equipamiento para camas. Entre las mayores novedades de este segmento se encuentra el tencel, considerada la única fibra inventada en las últimas tres décadas. Se trata de una fibra 100% natural, de origen vegetal, como el algodón, y que se obtiene a partir de la pulpa de la madera mediante un proceso de producción ecológico. Este tejido actúa como una segunda piel, regulando la temperatura corporal y permitiendo un gran aislamiento térmico.
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