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Turismo en la Era Donald Trump: el impacto de la nueva política arancelaria

¿Qué implicancias tendrán en el turismo y en el transporte aéreo los nuevos aranceles que impuso Donald Trump?

El turismo no se ve afectado directamente por la nueva política arancelaria del presidente Donald Trump. La misma gravita sobre mercancías. Sin embargo, sí genera un impacto indirecto que no es menor. Y es que esta suerte de reseteo del comercio global, a priori, genera una inestabilidad del sistema económico mundial al que le tomará un tiempo tranquilizarse nuevamente.

Esto como primera lectura.

En segundo término, los economistas ya hablan de mayor inflación mundial, porque muchos de esos aranceles terminarán pesando sobre los precios. Inflación deriva en recesión y eso terminará golpeando a la demanda.

El público en general, ante más inflación, verá afectado en términos generales su poder adquisitivo. Esto podría afectar los volúmenes de viajeros, pero también, como sucedió con la crisis financiera de 2008, generar un desplazamiento de la demanda hacia el “universo low cost”.

Donald Trump contra el clima de negocios

Pero seguramente el segmento más afectado, de modo directo y mayor, será el de los viajes de negocios.

De hecho, tomemos un ejemplo de menor escala. Las tensiones entre Estados Unidos y Canadá, que comenzaron justamente con la imposición de aranceles a mercancías en la relación bilateral, estaría produciendo ya una ralentización de la demanda.

Ahora bien, no todo es negativo. Esta suerte de barajar y dar de nuevo, esta reorientación del comercio mundial, generará la necesidad de muchos productores se salir a buscar nuevos mercados compradores (ante el encarecimiento de los precios que supondrá poder “vender” en Estados Unidos), lo que podría generar nuevos flujos de viaje, nuevas rutas que se conviertan en corporativas. Pero estamos en los inicios del proceso.

¿Un 2025 con el turismo en rojo?

En definitiva, para el transporte aéreo a nivel mundial, si además de este reseteo se suman los problemas preexistentes, como los retrasos en la entrega de aviones nuevos, por parte de las principales empresas fabricantes (Airbus y Boeing), surge como resultado un 2025 negativo. ¿En qué medida? Queda por verse.

Y si este esquema arancelario de Estados Unidos se mantiene en el tiempo, la gran incógnita es cuánto le tomará a la Economía mundial reorganizarse y quiénes serán los nuevos “ganadores” y “perdedores”, de ese escenario futuro.

Lo concreto es que como sucedió con la Crisis del Petróleo de 1973, los Ataques a las Torres Gemelas en 2001, la Crisis Financiera Mundial de 2008 o la Pandemia Global de Covid-19 en 2020, la aviación comercial enfrenta un nuevo desafío. En tal sentido y como reflexión final, vale destacar y recordar el poder de adaptación que el transporte aéreo ha exhibido a lo largo del tiempo y que hoy es garantía de su supervivencia. Será cuestión entonces, de cerrar los ojos y atarse al mástil por los próximos dos años, hasta que la tormenta amaine.

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