Hace apenas seis meses, en diciembre de 2019, brindábamos y celebrábamos la llegada de 2020. En nuestra mente se colaban imágenes y recuerdos de hace un siglo, de los “felices años 20” estadounidenses y de la bonanza económica que caracterizó ese periodo. Una especie de alegría colectiva nos inundaba. Ni remotamente podíamos imaginar el reto al que nos tendríamos que enfrentar poco tiempo después.
PULLMANTUR CRUCEROS. Certezas y optimismo en tiempos de crisis
Cuánto ha cambiado el mundo desde entonces. Palabras como “pandemia”, “cuarentena”, “distancia social” y “mascarilla” han entrado con fuerza en el día a día, haciendo tambalear los pilares de la que hasta entonces era nuestra normalidad.
Sin lugar a dudas, el brote del Covid-19 ha sido capaz de paralizar la actividad de decenas de países, haciendo que la vida de millones de personas diera un giro de 180 grados en cuestión de días. Más allá de las terribles consecuencias sanitarias, están las económicas: empresas de diferentes ámbitos luchan por sobrevivir mientras intentan definir cómo retomarán su negocio. En el caso particular de Argentina, este reto global llegó en un momento en el que el país ya estaba herido e inmerso en una de sus numerosas crisis.
En este contexto, el turismo –que según la Organización Mundial del Turismo representa el 10 % del empleo global– se ha visto fuertemente golpeado. Por diversas razones, su recuperación y vuelta a la nueva normalidad será más lenta que en otras industrias. Entre otros motivos, por las restricciones impuestas por los gobiernos a los movimientos de los ciudadanos y el impacto de la crisis económica. Tampoco podemos obviar las posibles reticencias a volver a viajar, incluyendo en cruceros, sector que se ha visto –desde mi punto de vista– fuerte e injustamente castigado durante esta crisis.
Parece que el futuro no es muy prometedor; sin embargo, y sin quitar un ápice de importancia y gravedad a la situación, prefiero mantenerme optimista. Como decía (o mejor dicho cantaba) Leonard Cohen, “There is a crack in everything; that’s how the light gets in”.
PULLMANTUR, LOS ARGENTINOS Y LOS VIAJES.
A los argentinos les gusta viajar; forma parte de su ADN. Estoy convencido de que cuando volvamos a la (nueva) normalidad y el país de estabilice, los argentinos desearán volver a hacer la maleta para desconectarse y tomar impulso. Pero, ¿querrán hacer un crucero?
Creo plenamente en que así será. Las navieras estamos trabajando incansablemente en la redefinición de nuestro producto, una tarea que nos exige ser extremadamente cuidadosos. Tenemos que encontrar un equilibrio perfecto que nos permita implementar protocolos de higiene y seguridad sanitaria aún más exhaustivos, pero sin perder la esencia que supone viajar en un crucero. No en vano millones de personas se decantan cada año por esta fórmula para disfrutar de unos días de descanso.
Además, debemos recordar que la experiencia de nuestros pasajeros no se limita solo a la vida a bordo; también están los destinos. De ahí que tengamos que trabajar mano a mano con ellos y con los puertos para aunar medidas. El objetivo es compartido: lograr que los clientes tengan las mejores vacaciones de su vida.
El siguiente paso es la comunicación. Es absolutamente imprescindible que transmitamos cómo será la “nueva normalidad” de una forma clara, transparente, precisa y rigurosa. Y, por supuesto, incluyendo en la ecuación a los turoperadores y a los agentes de viaje, nuestros principales prescriptores. Tendremos que dotarles de materiales específicos y una formación ad hoc, trabajando más unidos que nunca para superar juntos esta situación excepcional.
Y es que, seguramente al menos en el corto y medio plazo, la sensación de seguridad será una de las variables con más peso en el proceso de reserva de las próximas vacaciones, quizás incluso más que los destinos en sí. Hoy más que nunca, la clave está en la capacidad que tenemos de generar confianza.
Estamos ante un sector que siempre ha estado a la vanguardia y una vez más lo estará. Porque las crisis, también son oportunidades para avanzar, para superarse, para ir paso más allá
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