Tal como sucedió en los días previos a las PASO con los cortes en Jujuy, o semanas atrás con el sorpresivo paro de maleteros, el turismo vuelve a ser rehén de situaciones exógenas al sector. No se trata de la devaluación o escalada del dólar blue que repercute en la comercialización turística -aunque bien pudiera ser-, sino que, producto de un reclamo gremial de los guardaparques de Parques Nacionales, la actividad turística vuelve a estar condicionada. Empresas y turistas afectados.
Parques Nacionales: conflicto entre guardaparques y la Justicia condiciona a la industria
Por un reclamo sindical volvieron a restringir los accesos a los Parques Nacionales. Agencia de viajes advierten problemas en la comercialización a corto plazo.
"Si pretendemos hacer un medio que sea 100% previsible, estamos hablando de un parque de diversiones, no de un área natural", dicen los guardaparques.
El primer “warning” para la industria resonó en el Día Mundial del Turismo, cuando las visitas y los accesos a las áreas protegidas estuvieron restringidas. Mismo escenario sucedió el 2 de noviembre, ya que de no haber intercedido Faevyt los ingresos hubieran estado limitados por cuatro días.
Cabe destacar que la medida de los guardaparques es en apoyo a cuatro compañeros que fueron procesados por la Justicia de Río Negro, en una causa iniciada por la muerte de dos niños ocurrida a raíz de la caída de un árbol en el complejo Lolen, ubicado en el Parque Nacional Lanín, en Neuquén. El hecho ocurrió en 2016.
Mientras que para la Fiscalía Federal es responsabilidad del personal de Parques Nacionales prever eventos naturales fortuitos que pongan en riesgo la seguridad de los visitantes dentro de las Áreas Protegidas Nacionales, desde el sindicato de guardaparques afirman que la caída de un árbol es un fenómeno propio de la dinámica natural del bosque.
“Los árboles son susceptibles de ser afectados por el clima, condiciones de sequía o humedad, movimientos de suelo, hongos, insectos, entre otros tantos factores que condicionan a los seres vivos", indicaron, para recalcar que “no es admisible ni un hecho de justicia responsabilizar al personal de la APN de las múltiples eventualidades que puedan ocurrir en la visita a extensas áreas naturales, como la mordedura de una serpiente, la caída de un árbol, el ataque de un puma, la picadura de un alacrán o la transmisión de una enfermedad zoonótica”.
A partir de esta situación y en caso de un fallo desfavorable, desde el sector se preguntan: ¿quién se animará a mantener abiertas las áreas de uso público?, ¿quién estará dispuesto a organizar actividades turísticas y recreativas en las áreas protegidas? y ¿quién querrá conducir grupos de visitantes para que puedan conocer nuestros Parques Nacionales?
Prohibido pasar
A la espera de que se resuelva el juicio contra los guardaparques y conscientes de que se trata de un tema sensible, desde el sector son prudentes y están preocupados por los perjuicios futuros en que decantaría esta situación.
Al respecto, operadores y agentes de viajes vislumbran que las actividades en los Parques Nacionales podrían verse restringidas no solo por futuros reclamos gremiales, sino también a partir de medidas preventivas de los trabajadores, quienes buscarían protegerse ante posibles imputaciones.
“No hay que sorprenderse si de golpe aparecen senderos bloqueados por peligro de derrumbes, se limitan los horarios de visitan o se cierren áreas por la aparición de animales salvajes”, puntualizó un agente de viajes.
En línea, otro colega sostuvo que “los Parques Nacionales dejarán de ser amigables y los ´prohibidos´ podrán ser moneda corriente”; al tiempo que otro profesional advirtió que podría decaer el número de personas que quieran ser guardaparques, y desaparecer pueblos y comunidades que viven de la derrama que generan estos espacios.
Al respecto, un receptivo internacional identifica que este hipotético escenario propiciaría un abandono de los parques naturales; y por consiguiente se incrementarían los episodios vandálicos, crecerían los accidentes por el mero hecho de la “curiosidad” o “infringir” una señalética, y aumentaría la caza furtiva.
En cuanto a los riesgos comerciales, y tras destacar que los operadores turísticos son protagonistas de más del 55% de los ingresos a los Parques Nacionales, desde el sector explicaron que, de repetirse y prolongarse en el tiempo las restricciones, no hay manera de acomodar los itinerarios, por lo que indefectiblemente se caerá el producto.
Cabe destacar que el año pasado hubo más de 3,3 millones de visitantes nacionales en los parques nacionales; mientras que en los primeros 10 meses de 2023 el Parque Nacional Iguazú registró la mitad de las cifras totales de 2022.
Sin embargo, estos números esconden una disparidad que se arrastra durante todas las gestiones. Iguazú, Los Glaciares y Nahuel Huapi concentran el 65% de las visitas de todos los Parques Nacionales de nuestro país. Es decir, que tan solo tres áreas atraen al grueso de turistas, mientras que los 35 restantes permanecen casi fuera del radar turístico.
“Los Parques Nacionales no son parques de diversiones”
"No podemos compartir de ninguna manera, ni siquiera parcialmente, el pedido de tres años de prisión, ni de cinco años de inhabilitación de la actividad en personas que no han hecho más que cumplir con sus deberes reglamentarios", sostuvo el secretario de Prensa del Sindicato de Guardaparques Nacionales, Danilo Hernández Otaño.
En esta línea manifestó que "toda la causa se basa en responsabilidades supuestas sobre algo que el Estado debería haber previsto, pero que de ninguna manera son responsabilidades de ninguno de los cuatro guardaparques imputados".
Al respecto, y tras aclarar que no son indiferentes al dolor de las familias, enfatizó que es absolutamente absurda toda la causa, y rechazó la búsqueda de intentar encontrar culpables penales sobre un accidente natural imprevisible.
Ante la pregunta de si este antecedente podría alterar el futuro de los guardaparques, Hernández Otaño dijo que, de sentar jurisprudencia desfavorable, habrá consecuencias.
"El resultado de alguna manera va a marcar el futuro de la institución, y de todo el uso turístico y uso público dentro de las áreas naturales protegidas", comentó, para advertir: “La sentencia sellará cómo continuar haciendo uso y disfrute de las áreas naturales en todo el país”.
Consultado sobre si desde el sindicato planeaban un reajuste de las tareas, obligaciones y responsabilidades de los guardaparques, comentó que ellos como entidad gremial están para definir cuestiones de negociación en el marco de las paritarias, pero no así para establecer los alcances y atributos de los trabajadores.
“Es potestad del Poder Ejecutivo Nacional ”, aclaró, y agregó: “Este mismo organismo es quien establece que entre las funciones de los acusados no está ni la seguridad de las personas, ni el control de la vitalidad o el decaimiento de un árbol”.
Por otra parte, remarcó que en la ley de Parques Nacionales debería quedar explicitado que quien visita voluntariamente un área agreste se expone a riesgos que acepta voluntariamente y “entiende que nadie lo obligó a visitar un ambiente natural”.
En cuanto al veredicto se mostró expectante, y recordó que años atrás hubo una situación similar donde el fallo fue favorable para el guardaparque, quien era acusado penalmente por la muerte de una persona debido a que le había caído una rama.
Afirmando que se trata de una situación "muy trágica” y acompañando a las familias en el dolor, el guardaparques Germán Solveira remarcó que se trata de una situación que “tiene un origen natural y por lo tanto imposible preverla o manejarla”.
En línea declaró que “me cuesta pensar cómo vamos a poder disfrutar de un área protegida en donde tengamos que prever el 100% de las cosas, en un área donde gran parte de su encanto tiene que ver con la cosa nueva, con el descubrir algo distinto, con el encontrarse con un medio natural".
Para terminar, opinó: "Si nosotros pretendemos hacer un medio que sea 100% previsible, estamos hablando de un parque de diversiones, no de un área natural".
Tragedia, juicio, pedido de prisión y veredicto
El 1º de enero de 2016, en la propiedad privada conocida como Lolen, en jurisdicción del Parque Nacional Lanín: un árbol, de la especie endémica roble pellín, cayó hacia la playa del lago Lácar provocando víctimas fatales.
Como consecuencia de ello, actualmente cuatro agentes de la Administración de Parques Nacionales (APN) se encuentran procesados por homicidio culposo, presunto incumplimiento de autor y violación de deberes de funcionario público y lesiones graves.
La Fiscalía solicitó tres años de prisión para los cuatro guardaparques procesados, que podrá ser dejada en suspenso "con las reglas que estime el tribunal"; y cinco años de inhabilitación "para los cargos que están detentando". En tanto, para los dos integrantes de la comunidad mapuche Curruhuinca -a cargo del camping-, que también están imputados, solicitó la absolución.
Los cuatro agentes de la Administración de Parques Nacionales (APN) están acusados por homicidio culposo agravado por el número de víctimas, lesiones graves culposas agravadas por el número de víctimas e incumplimiento de los deberes de funcionario público.
El martes por la tarde se realizará la lectura del veredicto.
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