En el Reino Unido, día a día se multiplica la cantidad de establecimientos gastronómicos que, en línea con la campaña de la ONG Final Straw (“Último Sorbete”), comenzaron a dejar de ofrecer a sus clientes las clásicas y coloridas bombillas de plástico, que de a poco van pasando al terreno de la extinción, al menos en esas latitudes.
La campaña de la mencionada ONG no sólo le declaró la guerra a los sorbetes con su lema "Single use plastic sucks" (“Los plásticos de un solo uso apestan”), sino que además propone que, en los casos de los locales que decidan continuar utilizándolos, comiencen a cobrarlo.
En ese sentido, cabe mencionar que la ONG reunió más de 10 mil firmas con su petición para que los pubs cobren 5 centavos de libra a quienes soliciten un sorbete, lo que obliga al gobierno a analizar la propuesta. En este punto vale recordar una exitosa experiencia previa en el Reino Unido: la introducción del cobro de esa misma cantidad de dinero por cada bolsa plástica redujo un 86% su uso en sólo seis meses.
"Cada año, unos 100 mil mamíferos marinos y tortugas mueren a causa de la polución por plástico. Cada año, 1 millón de aves marinas mueren como resultado de nuestro descuido relacionado con los desechos plásticos", añaden en la Fan Page de Facebook de Final Straw.
En medio de esta campaña de concientización, algunas cadenas hoteleras ya anunciaron que se unirán a la causa: Marriott informó que ya no ofrecerá sorbetes en sus 60 hoteles del Reino Unido. Se trata de una acción que, según trascendió, será imitada próximamente por otras destacadas marcas hoteleras que operan en el Reino Unido. Hasta el momento la lista está integrada por el W London, el Sheraton Grand London Park Lane, el St. Pancras Renaissance London Hotel, el Grosvenor House y Le Méridien Piccadilly.
En tanto, en Argentina, otra ONG impulsa una ley para que se prohíba el uso de sorbetes y vasos plásticos descartables, iniciativa ya fue aprobada en Pinamar y se pretende que se amplíe a todo el país. Para la promoción del proyecto se abrió la petición "Argentina libre de sorbetes", que ya cuenta con 1.000 firmas–, e interpela a Sergio Bergman, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
"El plástico afecta significativamente al océano y a toda la vida marina. Los animales confunden los restos plásticos con comida y se mueren al ingerirlos o los lastima de sobremanera. Además, el sorbete está hecho de petróleo, se utiliza por unos segundos y se descarta. Esto afecta a nuestra salud, a nuestro océano, a nuestras playas, ríos, lagos, lagunas y a cientos de animales", argumentó Gastón Caminata, presidente de la ONG.
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