¿Quién puede resistirse a la tentación de llegar al aeropuerto pocos minutos antes de la salida del vuelo y, además, evitar las molestas colas de seguridad y del preembarque? Todo viajero, claro está. La posibilidad existe, pero como casi todo en la vida, tiene su precio.
La solución se llama JetSmarter, empresa que en su página web se ufana de haber "reinventado el transporte aéreo privado". ¿Cómo? Aprovechando la capacidad ociosa de pequeños jets, tipo Falcon 200 (10 pasajeros), que parten con espacios sin ocupar y que muchas veces, incluso, deben regresar vacíos.
Lanzada a principios de 2013, esta plataforma lleva la firma de Sergey Petrossov (28), un joven ruso que cursó sus estudios superiores en Florida, Estados Unidos, y que consiguió el apoyo del rapero Jay Z y de la familia real saudita para llevar adelante su proyecto. En una ronda de financiación, el emprendedor obtuvo US$ 105 millones para lanzar la iniciativa. Hoy, la compañía está valuada en US$ 1,5 mil millones.
Por medio de tecnología de punta, esta suerte de Uber de los cielos accede a los cronogramas de vuelo de operadores de jets privados, ofreciendo a sus clientes la posibilidad de ocupar plazas ociosas por una fracción del costo que representa alquilar todo el avión. La estrategia es similar a otras que están sacudiendo diversas actividades. En vez de poseer y administrar su propia flota de aeronaves, JetSmarter aprovecha servicios de terceros tras un seguimiento de la oferta disponible.
La membresía anual es de US$ 10.000 y el servicio, que comenzó en Estados Unidos, ahora también está disponible en Europa y Oriente Medio. En agosto pasado, la compañía lanzó un enlace fijo entre Nueva York y Londres (la ruta aérea de negocios de mayor demanda en el mundo), y en diciembre, otro uniendo la capital inglesa con Dubái. Y llevando el negocio un paso más allá, un par de meses atrás la plataforma añadió la posibilidad de alquilar casas de lujo en el mundo entero.
Cabe apuntar que existen otras empresas con propuestas similares, pero ninguna con esta matriz operativa y con tantas ambiciones de crecimiento. Firmas de propiedad compartida como NetJets están en la industria hace bastante tiempo, especialmente en la Unión. Rise, por caso, ofrece vuelos ilimitados dentro de Texas por US$ 1.950 al mes, JetSuite une diversas ciudades de California, Nevada y Montana a partir de US$ 99 y Surf Air propone vuelos ilimitados a lo largo de California y Las Vegas desde US$ 1.950 mensuales.
Y no todas las propuestas han sido exitosas. En abril de 2016 cayó Beacon y un mes después BlackJet; en ambos casos por problemas financieros.
Lejos de amedrentarse, Petrossov quiere seguir redoblando la apuesta. Dice que en estos momentos su servicio está expandiendo el mercado, llevándolo del 0,1% al 1% de participación. El cielo es su único límite.
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El modelo Uber llega a los vuelos comerciales
De la mano de un emprendedor ruso que reside en Estados Unidos, una novedosa plataforma online propone vuelos privados a una fracción del costo que tiene el alquiler de una aeronave completa.
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