Ambas noticias se conocieron el viernes por la tarde, con una diferencia de pocas horas. Por un lado, una alianza entre United y Kingsland, empresa liderara por Roberto Kriete, dueña del grupo TACA y socia minoritaria de Avianca Holdings (14,4% de las acciones), tomó el control del conglomerado aéreo colombiano, marginando a Germán Efromovich.
Synergy: ¿La caída de un imperio?
Mientras United y los dueños de TACA toman el control de Avianca Holdings, la subsidiaria brasileña de Synergy fue suspendida por el BSP de la IATA y por la ANAC, que ya no la deja volar. Crece la incógnita respecto del futuro de la filial local. ¿Es el fin de los negocios aerocomerciales de Germán Efromovich?
Y pocas horas después, la ANAC de Brasil decidió suspender las operaciones de Avianca Brasil, inversión directa de Synergy, luego de que en la semana la empresa fuera suspendida por el BSP.
Golpe de mano.
Para entender el panorama o ver un cuadro más amplio, vale explicar que Synergy, empresa de Efromovich, era socia mayoritaria de Avianca Holdings (51%), y desarrolla como inversiones directas Avianca Brasil (la exOceanair), Avianca Argentina y un porcentaje importante de acciones de Aeromar, de México. Sin embargo, a finales del año pasado, United Airlines le prestó a Avianca Holdings US$ 456 millones en un mecanismo financiero que tenía como garantía las propias acciones del grupo. Incumplidas las condiciones, United decidió activar el mecanismo para quedarse con esos títulos y así lo confirmó: “Hoy tomamos medidas para fortalecer nuestra alianza con Avianca y dar a la administración y a los colaboradores de esta compañía la mejor oportunidad de éxito”. El texto detalla: “Queremos resaltar que Avianca Holdings seguirá siendo una empresa independiente y continuará operando su propia aerolínea. De hecho, los acuerdos laborales de United no permiten que la organización controle otra línea aérea, por lo tanto, no tenemos ni tendremos control sobre Avianca”. Por eso el mecanismo encontrado por la transportadora estadounidense fue aliarse con Kingsland, la empresa de Roberto Kriete, dueño de TACA y poseedor de la minoría accionaria en Avianca Holdings. De modo que este empresario de origen salvadoreño tomó el control de AV, gracias a las acciones que posee y la delegación de las acciones que poseía Synergy y que han pasado a United.
Kingsland conformó una nueva Junta Directiva de Avianca Holdings, en la que se destacan, además de Kriete, dos exnúmero uno de AV: Fabio Villegas y Juan Emilio Posada. “Nuestra experiencia de más de 40 años en la aviación servirá para potenciar a la compañía bajo un buen gobierno corporativo, transparente, que asegure la estabilidad y sostenibilidad financiera de Avianca en el largo plazo, en beneficio de los colaboradores, pasajeros y demás partes interesadas”.
Panorama complicado.
Desde que ingresó a concurso de acreedores, la situación de Avianca Brasil se ha ido deteriorando. Por un lado, se demora la venta de activos que permitiría recaudar dinero para honrar las deudas. Y por otro su operación se vio recortada sucesivamente, en la medida que las empresas de leasing, dueñas de buena parte de la flota, recuperaron sus aviones. Con menos vuelos, Avianca Brasil redujo notoriamente sus operaciones. Asumir las compensaciones y el estrangulamiento de la demanda también ha supuesto un duro deterioro de su flujo de caja. Hace pocas semanas, los principales concesionarios aeroportuarios de Brasil decidieron cortarle el crédito y exigirle que pagara por anticipado los servicios. La semana pasada, BSP la suspendió del sistema, recortándole la posibilidad de vender pasajes en el sistema. Días antes, los empleados lanzaron un paro por tiempo indeterminado pidiendo por el pago de sus sueldos y aportes patronales atrasados. Finalmente, ANAC de Brasil “suspendió cautelarmente todas las operaciones de Avianca Brasil (…) hasta que la empresa compruebe capacidad operativa suficiente para mantener las operaciones con seguridad”. “La decisión se adoptó sobre la base de la información proporcionada al área responsable de la seguridad operativa de la Agencia”, dice la ANAC brasileña en un comunicado.
¿Y por casa cómo andamos?
Avianca Argentina comenzó a verse perjudicada por toda la situación que vive su casa matriz, en Brasil, cuando debió suspender el inicio de sus vuelos hacia el vecino país y devolver el Airbus A320 que iba utilizar para tal fin. A esto se suma el tener que enfrentar la situación de la macroeconomía local: una devaluación que disparó los costos (la gran mayoría están en dólares) y una caída en la demanda. De hecho a mediados de febrero pasado la empresa solicitó al gobierno autorización para iniciar un Procedimiento Preventivo de Crisis.
Según la ANAC, la ocupación de Avianca Argentina en abril pasado fue de apenas el 48%. En el mismo sentido, comparando abril de 2019 con el mismo mes de 2018, se verifica una caída del 40% en el número de vuelos, del 53% en el número de pasajeros transportados y de 13 puntos porcentuales en la ocupación. En el acumulado de lo que va de 2019, respecto de los mismos meses del año pasado, los vuelos se redujeron un 17%, los pasajeros un 29% y la ocupación se desplomó 9 puntos porcentuales.
Es por eso que, en los últimos días, el sindicato de pilotos, APLA, convocó a un “Estado de alerta y movilización” por Avianca Argentina. “Ante la precaria e inestable situación laboral en la compañía, con reducción de flota, falta de pago de salarios, posibilidad de despidos y amenaza inminente de cese de las operaciones (…) desde APLA y abarcando todos los sectores a nivel nacional nos declaramos en estado de alerta y movilización”.
¿Un ciclo cumplido?
El grupo Synergy, con Germán Efromovich a la cabeza, saltó a las grandes ligas de la aviación comercial cuando en 2004 compró el 75% del paquete accionario de Avianca Holdings a cambio de US$ 64 millones, y asumió las deudas del conglomerado. Al año siguiente, el empresario boliviano-brasileño (con nacionalidad colombiana honoraria otorgada por el gobierno de Álvaro Uribe), adquirió el 25% restante. Dos años más tarde, se anunció la fusión de Avianca con el grupo TACA, de la familia Kriete. Si bien en ese momento Synergy controlaba el 67% de las acciones, posteriormente fue menguando esa participación hasta el 51% actual. Junto a la unión con TACA, en meses posteriores compró la carguera Tampa y Aero Galápagos (AeroGal). Posteriormente, acordó la utilización del nombre Avianca, transformando su aerolínea brasileña en la filial local. Luego llegaría la adquisición de la mitad de la mexicana Aeromar, y por último, la compra de MacAir, para la conformación de Avianca Argentina.
La creación del grupo, que volaba unido para una sola marca, lo posicionó como el segundo más importante de Latinoamérica detrás de Latam, por tamaño y volumen de operaciones.
¿Un impacto político?
La Revolución de los Aviones tuvo varios estandartes, desde el punto de vista político y de la opinión pública. Uno de ellos es Flybondi, otro Andes (paradigma de la empresa antes oprimida y hoy redimida) y el tercero es Avianca Argentina. Originada por Synergy a partir de la compra de MacAir, la empresa de taxis aéreos del grupo Socma (el conglomerado económico de la Familia Macri), los orígenes de Avianca Argentina fueron controvertidos y problemáticos. Sin embargo, la empresa se sobrepuso. Que ahora atraviese problemas de calibre y su futuro genere diversas incógnitas es, sin duda, una mala noticia para el gobierno, al menos desde lo publicitario.
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