La demanda de divisas por "Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta" sigue creciendo a tasas altísimas, batiendo todos los records.
En julio los egresos brutos computados a la actividad (un problema que no se está resolviendo y merece un párrafo aparte) fueron de US$ 1.007 millones, un 30,6% más que en el mismo mes de 2016, marcando un récord para el período en los últimos 15 años medidos por el Banco Central.
El déficit en la balanza de dólares por Turismo sigue avanzando
El saldo negativo en julio entre ingresos y egresos de divisas computadas a Turismo tuvo un aumento del 18% y acumuló en lo que va del año un déficit de US$ 6,5 mil millones (+32% interanual). El uso de tarjetas para cancelar deudas en divisas -que se computa en la cuenta Viajes, aunque no siempre lo sea- sigue en niveles récord.
GOLIAT.
Si la mirada se posa sobre el acumulado de los primeros siete meses del año los datos son más abrumadores. Según el BCRA, los viajes al exterior demandaron la friolera de US$ 7.626 millones. O sea, cerca de US$ 2.000 millones más que en el mismo período del año pasado, lo que implica un 32,5% de incremento.
Tasas que ni el sector con más brotes verdes es capaz de mostrar en la actualidad. Ni siquiera el mismísimo turismo emisivo muestra semejante evolución, de hecho, en el primer semestre la salida de argentinos al exterior creció sólo un 12%.
DAVID.
Del otro lado, la buena noticia es que los ingresos de dólares por turismo receptivo también crecen, pero a un ritmo mucho más lento. En julio los ingresos brutos fueron de US$ 111 millones, un 18% más que en el mismo mes de 2016. O sea, no sólo se incrementaron a tasas que son la mitad del emisivo, sino que apenas representan el 11% de los dólares que salen por viajes, turismo y consumo con tarjeta en el exterior.
De enero a julio ingresaron US$ 1.123 millones por turismo receptivo (+35% interanual), una cifra similar a la que se va en divisas mes a mes por turismo y gasto con tarjeta computadas al exterior.
GANA GOLIAT.
El problema cantado es que en términos relativos la brecha es tan abismal (ver gráfico), que el déficit de la cuenta no para de aumentar y batir records. Es decir, en julio la diferencia entre ingresos y egresos se agudizó en US$ 200 millones y en lo que va del año se acumula un déficit cercano a los US$ 6,5 mil millones. Un rojo que es un 32% mayor al de 2016 y casi un 50% peor al de 2015.
Así las cosas, en 2017 se superará largamente no sólo el rojo de 2016, sino cómodamente la barrera psicológica de los US$ 10 mil millones de déficit.
En números
32% aumentó el déficit de la cuenta turismo en lo que va del año respecto al mismo período de 2016.
US$ 7.626 millones fue la demanda bruta por turismo al exterior en la sumatoria de enero a julio.
US$ 111 millones sumó el receptivo en el mismo período.
Pareja incómoda
Mes tras mes el Banco Central incluye en sus informes un asterisco que pone los pelos de punta al sector turístico. Allí la autoridad monetaria se encarga de aclarar que el registro de la compra de moneda extranjera para su entrega en pago del saldo en moneda extranjera por uso de tarjetas es “computado en el concepto de turismo y viajes”. Promedian unos US$ 400 millones mensuales. Últimamente, incluso ha sumado la salvedad que allí están incluidos tanto los consumos que efectúan los residentes por viajes al exterior, como las compras no presenciales a proveedores del exterior. “De forma recíproca, en los ingresos también se incluyen las compras no presenciales que hacen no residentes a proveedores argentinos”, es la última novedad en los asteriscos al pie en los informes del BCRA. El problema es que –al menos para la Faevyt- la mayoría de lo que se computa como gastos con tarjetas en viajes al exterior es en realidad e-commerce, y no mucho más de un 30% es efectivamente gasto asociado a turismo. El resto son consumos en Netflix, eBay, Amazon y un sinfín de pagos online que ensanchan la cuenta de Turismo y le complican la vida con cada publicación del informe del Central. “Tal como está hasta el momento, la cuenta ‘Viajes y Turismo’ incluye también conceptos que no son propios de la actividad turística y, por lo tanto, no puede ser tomado como referencia para medir la incidencia del sector turístico en el balance cambiario”, es la conclusión de la Faevyt.
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