La demanda de divisas por "Turismo y viajes" y "Pasajes" sigue creciendo a tasas altísimas, batiendo todos los records. En abril los egresos brutos computados a la actividad (un problema que no se está resolviendo y merece un párrafo aparte) fueron de US$ 943 millones, un 25% más que en el mismo mes de 2016. La novedad es que el mes pasado los ingresos de dólares por turismo receptivo internacional aumentaron más del doble, creciendo un 52%. El problema es que en términos relativos la brecha es tan abismal (ver gráfico), que el déficit de la cuenta no para de aumentar. Es decir, en abril la diferencia entre ingresos y egresos fue un 20% más negativa que el año anterior.
Si la mirada se posa sobre el acumulado del primer cuatrimestre los datos son más abrumadores. Según el Banco Central, los viajes al exterior demandaron la friolera de US$ 4.545 millones. O sea, cerca de US$ 1.200 millones más que en el mismo período del año pasado, lo que implica casi un 35% de incremento.
Tasas que ni el sector con más brotes verdes es capaz de mostrar en la actualidad. Ni siquiera el mismísimo turismo emisivo muestra semejante evolución, de hecho, en el primer bimestre la salida de argentinos al exterior creció sólo un 12,5%.
Frente a eso, el crecimiento de los ingresos de dólares por turismo también muestra tasas de incremento interesantes: un 36,4% frente al primer cuatrimestre de 2016. Lo que sucede es que contra los US$ 4.545 millones que se fueron, apenas ingresaron US$ 698 millones. Con lo cual en lo que va del año se acumula un déficit cercano a los US$ 4.000 millones. Un rojo que es un 34% mayor al de 2016 y casi un 60% peor al de 2015.
Si se mantiene la dinámica récord de los primeros meses, en 2017 se superará largamente no sólo el rojo de 2016, sino cómodamente la barrera psicológica de los US$ 10 mil millones de déficit.
El déficit en la balanza de dólares por Turismo no afloja
El saldo negativo en abril entre ingresos y egresos de divisas computadas a Turismo tuvo un aumento del 20% y acumuló en lo que va del año un déficit cercano a los US$ 4.000 millones. El uso de tarjetas para cancelar deudas en divisas -que se computa en la cuenta Viajes, aunque no siempre lo sea- sigue en niveles récord.
Un enemigo silencioso
Mes tras mes el Banco Central incluye en sus informes un asterisco que pone los pelos de punta al sector turístico. Allí la autoridad monetaria se encarga de aclarar que el registro de la compra de moneda extranjera para su entrega en pago del saldo en moneda extranjera por el uso de tarjetas es "computado en el concepto de turismo y viajes al momento de la transferencia de los pagos al exterior". O sea, en abril se consumieron US$ 400 millones con plásticos, que fueron el 100% cargados a turismo, y en el cuatrimestre significaron US$ 1.761 millones.
El problema es que -al menos para la Faevyt- la mayoría de lo que se computa como gastos con tarjetas en viajes al exterior es en realidad e-commerce, y no mucho más de un 30% es efectivamente gasto asociado a turismo. El resto son consumos en Netflix, eBay, Amazon y un sinfín de pagos online que ensanchan la cuenta de Turismo y le complican la vida con cada publicación del informe del Central.
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