En la ciudad de Esquel, el Viejo Expreso Patagónico, mejor conocido como La Trochita, celebra su 76° aniversario en un momento muy particular debido a la obligada interrupción de sus operaciones a causa de la pandemia del Covid-19. Mientras tanto, aprovechando este receso del turismo, personal especializado está realizando tareas de mantenimiento en el trazado de las vías y de las máquinas en los talleres de Esquel y El Maitén, trabajos que también incluyen pruebas de ultrasonido.
En Esquel, La Trochita cumple 76 años haciendo historia
“Apenas las condiciones sanitarias lo permitan, la intención es volver a poner en funcionamiento el servicio que une a Esquel con la estepa de Nahuel Pan en un fabuloso paseo de tres horas que entretiene y emociona a turistas de todas las edades y procedencias”, indicó Miguel Sepúlveda, gerente de La Trochita.
El recorrido turístico del Viejo Expreso Patagónico comienza en la ciudad de Esquel, atraviesa el arroyo homónimo, cruza el camino al centro de esquí La Hoya y acompaña un tramo de la célebre Ruta 40 en paralelo a la Cordillera de los Andes. Ovejas, vacas, caballos y liebres completan el paisaje, configurando una escenografía perfecta hasta el arribo al paraje de origen mapuche Nahuel Pan, donde se puede visitar el Museo de Culturas Originarias Patagónicas, la casa de las Artesanas y una feria de objetos típicos.
La vieja locomotora Henschel, construida en Alemania en 1922, es un testimonio vivo de un medio de transporte que fue central para el desarrollo nacional y, particularmente, para la población patagónica. Sus vagones están construidos enteramente en madera e incluyen una salamandra para dar calor a los pasajeros. El vapor disparado al cielo desde la chimenea de la Henschel y ese andar entre candoroso y cansino, invitan todo el año a los pasajeros a conmoverse y dejarse atrapar por un trozo de historia que 76 años después espera volver muy pronto a transitar los fascinantes 18 km. de su recorrido turístico.
Esquel, por su parte, cuenta con el llamado Paseo Ferroviario, espacio que funciona en la antigua estación y en donde se exhibe una muestra permanente de artículos, imágenes y documentación histórica de La Trochita. La construcción, pequeña y de techos bajos revestidos con las chapas características de la Patagonia, invita a cumplir un recorrido autoguiado que vale la pena agendar.
La Trochita debe su apodo a los escasos 75 cm. de ancho de sus vías. Originalmente, sus locomotoras a vapor recorrían los 402 km. que separan a la comunidad de Ingeniero Jacobacci con Esquel. En 1998 fue declarado Monumento Histórico Nacional, pero su fama internacional se disparó mucho antes, en 1978, cuando el escritor de viajes estadounidense Paul Theroux publicó la exitosa novela The Old Patagonian Express.