Sea quien sea el funcionario que a partir del 10 de diciembre se siente en el despacho del piso 28 de Suipacha 1111 recibirá una pesada herencia: el Tesoro Nacional se quedó con $ 4.000 millones (US$ 63 millones) del Instituto Nacional de Promoción Turística para cubrir necesidades financieras del Estado (la mayoría vinculadas al pago de la deuda externa).
El manotazo del final: indignación en el sector por el desvío de $ 4.000 millones del Inprotur
Lo que para el gobierno saliente es un mero movimiento contable más, para los representantes del partido entrante es un palo en la rueda que embarra la transición. Por el lado de los privados, la CAT espera que sus abogados se expidan sobre la legalidad de la medida, aunque domina la resignación. Lo cierto es que una vez más Hacienda se quedó con fondos que deberían ir a Turismo y que equivalen a más de doble del presupuesto del próximo año del Inprotur.
A cambio tendrá en su escritorio un pagaré del Tesoro Nacional con fecha de emisión del 13 de diciembre, el cual debería (con suerte y viento a favor) cobrarle a Hacienda el próximo 12 de marzo.
O sea, el Gobierno toma compulsivamente fondos que por ley deben aplicarse para actividades de promoción y desarrollo turístico y los documenta para que las próximas autoridades se los devuelvan en menos de tres meses de haber asumido.
¿CUÁNTO?
Ahora bien, ¿cuánto significan para el Inprotur $ 4.000 millones? Es básicamente el doble del presupuesto previsto para todo 2020 (que es de $ 1.588 millones) y unos $ 1.000 millones más de vuelto.
¿Sorprende? Para nada, como venimos documentando a través de este medio, desde 2017 la mitad de lo producido por el impuesto a los pasajes al exterior (el exDNT) se lo queda Hacienda y no baja para Turismo. De hecho, en el proyecto de presupuesto para el año que viene se guardó para sí la friolera de $ 5.000 millones de lo que recauda el Fondo Nacional de Turismo. Que se sumarían a los $ 8.700 millones que le expolió a la actividad desde 2016 (ver gráfico).
TRANSICIÓN DESORDENADA.
Ni las actuales autoridades del Instituto, ni mucho menos en el espacio que representa al Frente de Todos, sabían nada de la movida. Algunos se enteraron leyendo el Boletín Oficial y la mayoría a través de los medios.
Además, ese gesto llegó a menos de 24 hs. de que el presidente electo, Alberto Fernández, y el saliente, Mauricio Macri, se reunieran para darle bandera verde a una transición ordenada y en paz. Pero este último manotazo a los fondos de asignación específica recaudados a través del exDNT generó un revuelo inédito.
Es tal el escándalo que amenaza a complicar seriamente la tan mentada “transición ordenada”. Desde la Comisión de Turismo del Frente de Todos emitieron un comunicado diciendo que se trata de una medida de indisponibilidad compulsiva de los ahorros del Inprotur y desmintieron tajantemente la versión oficial de que el pagaré sirva para constituir un fondo anticíclico: “No hay salvaguarda de fondos. Sólo queda un pagaré que deberá firmar el gobierno entrante y la imposibilidad de empezar a poner a Argentina de pie en materia de turismo desde el primer día”.
Para el Frente de Todos, en los últimos años la planificación y ejecución de los fondos que deberían destinarse a la promoción turística “no han sido realizados con la idoneidad, responsabilidad y diligencia que requieren”.
Incluso el ruido llegó al propio Senado de la Nación, donde la representante de Santa Cruz, Ana Ianni, presentó un proyecto rechazando el decreto que le saca al Inprotur $ 4.000 millones. “La medida perjudica no sólo a las provincias, los municipios, al sector privado y a los cientos de miles de empleos directos e indirectos que genera la actividad turística, sino también compromete gravemente la gestión de arranque del próximo gobierno, sus programas de alcance federal y las acciones en las principales ferias internacionales para el primer trimestre de 2020”, afirmó Ianni, que fue acompañada en el proyecto con la firma de otras tres senadoras.
También desde el Ente Mixto de El Calafate repudiaron públicamente la medida, calificándola como otro “manotazo a los fondos de asignación específica”, que demuestra una vez más “la irresponsabilidad del gobierno nacional frente a uno de los sectores que más genera divisas y mano de obra y la falta de liderazgo del actual Secretario de Turismo Gustavo Santos, el cual hace oídos sordos a este decreto”.
Más al norte, otro que a través de las redes se expresó en contra de la maniobra fue el secretario de Turismo de Santiago del Estero, Ricardo Sosa, quien salió a desmentir el argumento oficial de que los pagarés blanquean fondos que se podrán recuperar en poco tiempo: “No se puede argumentar que ese préstamo (que autodecidió Macri) es un reaseguro del dinero para la nueva gestión del Inprotur. Es mentira. Que no te vendan gato por liebre”. El funcionario, que la semana pasada estuvo en Termas de Río Hondo junto al presidente electo, reflexionó: “Macri toma esos fondos antes de irse para pagar deudas y deja la responsabilidad al nuevo presidente de ‘ver’ de dónde sacará ese dinero para devolverle al Inprotur”.
ALGO TIENE QUE CAMBIAR.
Al sector privado, formalmente socio en el Directorio, también lo tomó por sorpresa el decreto, aunque puertas afuera no hubo tanto pataleo. En buena medida porque suscriben con resignación la versión que da el secretario de Turismo en el sentido de que esos $ 4.000 millones “no eran fondos disponibles, sino un asiento contable”. Nadie cree en la ficción de que el 13 de marzo el presidente del Inprotur vaya a ir con el pagaré a la sucursal del Banco Nación a retirar los $ 4.000 millones que usó el gobierno saliente. Aunque formalmente podría hacerlo.
De todos modos, en diálogo con este medio, el titular de la Cámara Argentina de Turismo, Aldo Elías, dijo que están esperando el resultado de un informe que le pidieron a los abogados de la entidad para ratificar o no la legalidad del decreto antes de definir los próximos pasos. “Lo que me anticiparon es que no necesariamente la sanción del decreto implica que el hecho ocurra o vaya a ocurrir”, añadió Elías, quien dijo que habrá que esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos.
Lo cierto es que este mes debería haber una nueva reunión del Directorio del Inprotur (la fecha está en veremos), donde también los privados pedirán explicaciones por la falta de notificación de la medida -aunque en realidad todo indica que tampoco Santos estaba enterado-. Pero la discusión de fondo -ya no solo de fondos- vendrá en diciembre, cuando a la luz de la experiencia de más de una década de funcionamiento se plantee una participación más efectiva de los “socios” de la Secretaría de Turismo en las decisiones del Inprotur y ya no como meros escribanos.