En Little River –aldea ubicada a medio camino entre Christchurch y Akaroa, Nueva Zelanda–, los silos que tradicionalmente fueron utilizados para almacenar granos fueron reciclados y convertidos en un hotel de alta gama: el SiloStay, que no sólo sobresale por su diseño de vanguardia, sino también por su compromiso con el medio ambiente.
"Algunos huéspedes piensan que sentirán claustrofobia o que las habitaciones son diminutas, pero no lo son. Todo lo contrario: quedan sorprendidos cuando ven el lujo interior”, comentó Lisa Ashfield, directora de Operaciones del establecimiento.
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