A cinco días de terminar la segunda etapa de la cuarentena, el presidente Alberto Fernández no sólo consiguió el respaldo político federal que buscaba para extender el confinamiento -sería en principio hasta el 23 de abril-, sino incluso una flexibilización más tenue de lo que se especulaba en los últimos días.
"No vamos a terminar la cuarentena"
"Los epidemiólogos me dicen que debemos mantener la cuarentena”, resumió el primer mandatario, y agregó que se mantendrá el aislamiento obligatorio para la mayor parte de la población, en especial en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde se registra el 70% de los contagios. La misma regla se aplicará a distritos con transmisión local del virus, como la provincia de Chaco y ciudades de Córdoba, Santa Fe y Tierra del Fuego.
Sin embargo, Fernández confirmó que están analizando que otras actividades se van a flexibilizar y recalcó que: "Hicimos un enorme esfuerzo y no podemos perderlo, estamos sintiendo que estamos un poco mejor, pero tenemos que ir con cuidado".
En lo que respecta al seno turístico, “la relajación” para los sectores productivos podría contemplar la apertura parcial de los bares y restaurantes de barrio, los cuales trabajarían bajo estrictos requisitos, tales como operar bajo servicio de delivery o para llevar, o bajo condición de que se eviten filas de espera y locales abarrotados.
En otro orden y mientras que desde el seno hotelero señalaron que seguirán sin poder tomar reservas, trascendió que el transporte de pasajeros de larga distancia podría continuar suspendido, al igual que los vuelos comerciales de cabotaje.
Por su parte, las fronteras y los vuelos internacionales continuarán cerrados. "El tránsito tiene que ser mínimo porque el riesgo es grande", recordó Fernández, aunque indicó que podrían ampliarse los rubros permitidos para transporte de carga, que hasta ahora solo pueden operar con medicamentos, insumos médicos, de limpieza y alimentos.
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