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Tras la reactivación, ¿qué esperar del turismo para 2023?

Tras la reactivación aparecen nubarrones en el horizonte. Analizamos las lecciones de 2022 y qué mostrará mayor resiliencia ante los pronósticos de recesión.

Los pronósticos de recesión económica y la escalada en las tensiones geopolíticas de cara a 2023 son desafíos peligrosos en el tablero de ajedrez en que mueve sus fichas la actividad turística. A tal punto lo son que la extraordinaria reactivación de 2022 está empezando a quedar solapada como una movida más en el juego, cuando en realidad hizo que el sector lograra evadir lo que podría haber sido un histórico jaque mate.

Por eso, no como un ejercicio autocomplaciente, sino para preparar la jugada para los embates de 2023, en este informe analizaremos las perspectivas del año próximo partiendo de las lecciones y pistas que dejó en el camino este 2022.

¿Qué pasa con las principales fábricas de turistas en el mundo?, ¿Cuáles fueron los destinos más visitados y por qué?; y ¿Cómo le ha ido a Latinoamérica en ese contexto? Son algunas de las preguntas cuyo análisis debe formar parte de las estrategias para responder a los desafíos de 2023: ¿Será el año para pasar de la recuperación al crecimiento? ¿Por qué los expertos esperan que las tasas de reactivación se suavicen? ¿Qué productos o segmentos mostrarán mayor resiliencia frente a los pronósticos de recesión económica? ¿Cómo alinear las estrategias comerciales con las tendencias de consumo emergentes?

La dimensión de la recuperación

La reactivación turística global se ha acelerado a lo largo de 2022, con lo cual la estimación es que a fin de año los viajes internacionales logren alcanzar el 65% del nivel previo a la pandemia. Así lo reportó el último Barómetro de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que señaló que 700 millones de turistas viajaron internacionalmente entre enero y septiembre. Esto implica más del doble (+133%) que la cifra registrada en el mismo periodo de 2021.

La recuperación también se observa en el gasto del turismo emisor de los principales mercados. Por su parte, la Asociación Internacional de Tráfico Aéreo estimó que la demanda de la industria alcanzará el 70,6% de los niveles anteriores a la crisis y reveló que espera que, al cabo de este año, las aerolíneas recorten sus pérdidas y alcancen los beneficios plenos para 2023. Mientras tanto, según STR, las tasas de ocupación hotelera global alcanzaron el 66% en septiembre de 2022, desde el 43% de enero.

“La industria de viajes, con la excepción del mercado de Asia Pacífico, casi se ha recuperado del impacto de la pandemia de Covid-19. Esta es una noticia que todos hemos estado esperando y, sin embargo, la reacción ha sido relativamente moderada. ¿Por qué? Debido a que mientras un gran desafío se ha desvanecido lentamente en la conciencia del sector, muchos retos nuevos y más pequeños han tomado su lugar”, analizó Olivier Ponti, vicepresidente de Insights en ForwardKeys.

¿Por qué Latinoamérica fue una de las estrellas de 2022?

Antes de entrar a estudiar los “nuevos y más pequeños” desafíos que están a la vuelta de la esquina, veamos el caso particular de la reactivación de Latinoamérica y el Caribe y analicemos que enseñanzas deja de cara a 2023.

No solo volvieron los turistas a la región, sino que el apetito viajero de los latinoamericanos se ha despertado con una voracidad que llama la atención al resto del mundo. De acuerdo con el último Informe de Impacto Económico (EIR) del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), en 2021 la contribución del sector de Viajes y Turismo al PIB en América Latina creció un 26,5%, por encima de la media mundial. Para este año, incluso, se espera que ese indicador de otro salto del 23%, creando la friolera de 769 mil nuevos puestos de trabajo en Latinoamérica.

En términos de recuperación el continente americano supera cómodamente el promedio mundial, llegando en 2022 a estar solo un -29% en comparación con el número de arribos de 2019, según datos de ForwardKeys. De acuerdo con Amadeus, Latinoamérica y el Caribe son las áreas del mundo con mejores índices de recuperación en el flujo de pasajeros aéreos.

Claro que, si bien el panorama general del subcontinente es positivo, hay una importante dispersión en los resultados. Mientras que muchos destinos se acercan a la recuperación total -y algunos ya superan su desempeño previo a la pandemia-, otros tienen un largo recorrido para alcanzar los niveles de 2019. No es lo mismo haber llegado a estar cómodamente un 20% por debajo de la cantidad de arribos internacionales de la prepandemia, como en el caso del Caribe y Centroamérica; que todavía estar a un -40%, como es el caso de Sudamérica.

Si vamos directamente a destinos puntuales, el panorama es todavía más divergente. Incluso, algunos ya dejaron la fase de reactivación para meterse en la de crecimiento vs. 2019. Tal es el caso de República Dominicana (+5%), Aruba (+3%), Costa Rica y México. Pero también hay países sudamericanos como Colombia (-19%) y Ecuador (-25%), que están escalando posiciones en la tabla de recuperaciones de arribos internacionales respecto a los niveles prepandemia.

Te puede interesar: Informe completo de ForwardKeys (en inglés)

Las claves de la reactivación en Latinoamérica

Varios son los motores de la recuperación de los destinos con mejor desempeño. Uno es el desenfreno del mercado emisor de Estados Unidos (que está a solo -19% de las cifras de 2019), cuya demanda reprimida se volcó en buena medida a los países que desde principios de la pandemia adoptaron políticas de puertas abiertas. Dos, el apetito por los destinos de sol y playa, que fueron los primeros en reactivar la demanda (en la segunda mitad de 2022 está apenas a un 15% de los niveles prepandemia).

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El apetito por los destinos de sol y playa en Latinoamérica fue los primeros en impulsar la reactivación de la demanda.

El apetito por los destinos de sol y playa en Latinoamérica fue los primeros en impulsar la reactivación de la demanda.

Y el tercero, y no menor, es la recuperación de la oferta aérea de los destinos. Días atrás ForwardKeys publicó una muy interesante estadística al respecto, donde -por ejemplo- a nivel global se destaca que en 2022 la capacidad de asientos vs. 2019 de República Dominicana aumentó un 13% (la tasa más alta en el mundo), en tanto que en México y Colombia lo hizo un 10%.

Si tomamos la misma estadística, pero para destinos puntuales, vemos una fuerte correspondencia entre el crecimiento de pasajeros internaciones y la oferta aérea respecto a 2019. En la región se destacan San José Cabo, con +21% en viajeros y +32% en asientos; Puerto Vallarta, +13% y +23%; Punta Cana, +12% y +24%; y Cancún, +9% y +29%, respectivamente. Lo propio ocurre en sentido inverso. Por ejemplo, Brasil continúa con un 34% menos de turistas que en la prepandemia y la cantidad de asientos está un 32% de la disponible en ese entonces.

No es casualidad que el último informe de ALTA y Amadeus (“Índice de Competitividad del Transporte Aéreo en Latinoamérica y el Caribe 2022”) muestre que México es el país de la región más competitivo en la materia (en términos de destinos, frecuencia y número de aerolíneas), seguido por República Dominicana, Panamá y Colombia.

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En la reactivación hubo una fuerte correspondencia entre el crecimiento de pasajeros internaciones y de la oferta aérea.

En la reactivación hubo una fuerte correspondencia entre el crecimiento de pasajeros internaciones y de la oferta aérea.

¿Qué esperar de 2023?

Pese a estos asombrosos números que hablan de la recuperación del turismo, la última encuesta realizada por el Panel de Expertos en Turismo de OMT muestra un descenso en los niveles de confianza para el último cuatrimestre de 2022, lo que refleja un optimismo más cauto para 2023. Los motivos: el difícil entorno económico, que incluye una inflación persistentemente alta y unos precios de la energía disparados, agravados por la ofensiva rusa en Ucrania, entre otras tensiones geopolíticas en ciernes.

Anticipamos que la mayoría de las economías avanzadas entrarán en recesión en 2023 y el crecimiento global será más débil que la expectativa del consenso”, advirtió la consultora Oxford Economics. Una previsión compartida con la mayoría de los analistas y organismos del mundo macroeconómico y financiero. De hecho, la propia directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, durante la reciente reunión anual del organismo señaló que las graves presiones inflacionarias causadas por los desequilibrios entre la oferta y la demanda, las políticas expansivas de la época de la pandemia y la invasión de Ucrania no auguran tiempos mejores: "Estamos entrando en una nueva zona peligrosa, un mundo más fragmentado, más frágil y más propenso a los choques que pueden desequilibrar rápidamente a los países". Según las previsiones del FMI, muchos países entrarán en recesión en 2023 y se dificultará la cooperación mundial.

Te puede interesar: Video resumen de las perspectivas de la economía mundial para 2023 del FMI

Tres claves de la economía 2023

El estudio de Oxford Economics plantea tres temas a seguir de cerca de cara a 2023:

  • La inflación caerá bruscamente de la mano del debilitamiento de los precios de las materias primas; pero es menos probable que disminuyan los tipos de interés, lo que mantendrá la desaceleración del crecimiento económico.
  • Las recesiones serán leves, pero las recuperaciones subsiguientes serán decepcionantes (por el mantenimiento de altas tasas de interés y la baja probabilidad de que China y su poder de gasto se ponga al hombro la reactivación).
  • Las relaciones de las economías avanzadas con China y Rusia seguirán siendo tensas y pueden desencadenar cambios en la forma en que las empresas hacen negocios, elevando los costos.

A pesar de no ser el epicentro de la crisis, los países latinoamericanos deberán sumar a estas tensiones internacionales sus propias crisis de pagos y presiones de deuda, así como enfrentar tensiones políticas internas que también suman incertidumbre al escenario.

¿Cómo influirá la economía en el turismo?

En su último informe, ForwardKeys ya advirtió que como resultado de la incertidumbre económica la demanda de los mayores mercados emisores -incluyendo Estados Unidos, Reino Unido, Australia e India- está empezando a mostrar signos de estancamiento hacia el final del año.

Asimismo, es esperable que la tendencia a aceptar pagar tarifas altas -que dominó todo 2022- empiece a ser reemplazada por bolsillos de consumidores que ante la recesión estén más predispuestos a controlar los presupuestos de viaje.

“En este contexto de incertidumbre se enfatiza la inteligencia. Los destinos podrían beneficiarse de dirigir su atención hacia una nueva fuente de mercados que muestran un alto potencial. Otra estrategia es apuntar a segmentos de mayor rendimiento, por ejemplo, aquellos que tienden a favorecer estadías prologadas o comprar servicios premium”, planteó ForwardKeys, que agregó que Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Canadá son los que ofrecen un mejor valor por viajero.

De todos modos, la consultora advirtió que, si bien es el centro neurálgico de la recuperación de viajes en el mundo, los destinos que han dependido de los viajeros estadounidenses ahora se enfrentan a una mayor competencia global y no deben depender de un enfoque genérico.

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Tras la reactivación, un aspecto que pareciera imponerse en este 2023 es un retorno a una mayor sensibilidad al precio, atado al aumento del costo de vida.

Tras la reactivación, un aspecto que pareciera imponerse en este 2023 es un retorno a una mayor sensibilidad al precio, atado al aumento del costo de vida.

¿A qué tendencias prestar atención en el turismo 2023?

Otra manera de capear las tormentas en 2023 es hacer foco con más precisión en los deseos de los clientes. En este sentido, un reciente trabajo de Expedia -en conjunto con Wakefield Research- hace un interesante cruce entre las expectativas de los viajeros para 2023 y el análisis de las empresas sobre el mismo ecosistema.

Te puede interesar: I nforme completo sobre tendencias 2023 de Expedia (en inglés)

En cuanto a preferencias permanentes que llegaron para quedarse, el estudio destaca la búsqueda de flexibilidad por parte de los pasajeros. En una encuesta a más de 11.000 pasajeros de 11 países resultó que, después del precio, la facilidad para obtener un reembolso en caso de tener que cancelar un viaje es el ítem más valorado a la hora de comprar. En tanto que la posibilidad de cambiar reservas sin cargo o penalización es el cuarto aspecto más considerado por los turistas.

“Mientras que algunos en la industria pueden preguntarse si el deseo del pasajero por la flexibilidad disminuirá después de la pandemia, nuestra investigación muestra todo lo contrario”, afirmaron los analistas de Expedia, que fueron más allá: “Aquellos que han revertido o están considerando volver a políticas estrictas pueden salir perdiendo. Alrededor de la mitad de los consumidores dice que nunca reservaría un alojamiento o transporte no reembolsable, aunque fuera con descuento”.

Al respecto, el estudio insiste en que la industria está subestimando lo importante que son las políticas de flexibilidad, ya que solo el 63% de los profesionales dijeron que mantendrían en el futuro las opciones de servicios reembolsables, créditos u otras opciones similares.

Aunque más coyuntural, otro aspecto que pareciera imponerse en este 2023 es un retorno a una mayor sensibilidad al precio, atado al aumento del costo de vida. “El año pasado los consumidores buscaban flexibilidad y protocolos de limpieza, incluso por encima de la tarifa. Ahora la búsqueda de tarifas convenientes volvió a aparecer en la cima de lo que más valora la gente al reservar un viaje”, apunta el informe de Expedia, que vuelve a marcar un contraste entre ese dato y la subestimación por parte de los profesionales del impacto de la inflación en la sensibilidad de los consumidores.

De todos modos, el estudio aclara que la búsqueda de conveniencia no implica necesariamente que los clientes estén persiguiendo la tarifa más barata, sino que quieren obtener una experiencia acorde al valor de su dinero y es por eso que evalúan más de cerca la correspondencia entre el presupuesto y el servicio efectivamente recibido.

Por último, en cuanto a las preferencias permanentes de los viajeros, la investigación insiste en que los clientes cada vez más están haciendo foco en la sostenibilidad y quieren más información por parte de los proveedores a la hora de tomar la decisión. Y también que están buscando opciones de viajes más inclusivas y accesibles: “Las empresas que no den prioridad a esas prácticas pueden perder viajeros de grupos demográficos claves”.

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