Norwegian Air decidió elegir nuevo CEO

Es habitual que las compañías aéreas, donde la gestión está disociada de la propiedad, vaya cambiado CEOs a medida que se presentan diferentes desafíos. Un ejemplo muy claro fue el de la vieja TAM, que eligió a Marco Antonio Bologna, su CFO, como CEO para comandar la empresa en momentos donde el principal objetivo era emprolijar sus números y sus procedimientos financieros para poder comenzar a cotizar en Bolsa. Obtenido el objetivo, el CEO dejó su puesto.

Schram fue designado en vísperas del Capítulo 11, justamente al inicio de un proceso complicado, pero que necesita mucho de negociación y de persuasión. De hecho, el principal logro del ejecutivo fue convencer a todos, propios y extraños (de empleados a proveedores, pasando por acreedores y reguladores, entre otros), que Norwegian Air es un proyecto viable y que tiene futuro, incluso en la aviación comercial que se viene. Pero el devenir de la aerolínea hoy necesita poner su foco en la gestión financiera porque el futuro inmediato será muy complicado. Con una demanda incierta y con un incremento esperado de la competencia, el control sobre los costos y la generación de ingresos resulta fundamental. “Se harán más esfuerzos para fortalecer la posición de Norwegian Air como una aerolínea lowcost y devolver a la compañía a una rentabilidad sostenible”, comentó Svein Harald Oygard, presidente de la Junta de Norwegian Air.

Cabe recordar que la compañía logró, en el marco de su reorganización, una inyección de capitales por US$ 430 millones. Hoy la empresa tiene un valor de mercado de US$ 851 millones. El relanzamiento operativo de la empresa tiene como finalidad un modelo regional, volando destinos dentro de Europa desde Escandinavia, con una flota de corto y medio recorrido.