Hay muchos tipos de turismo: deportivo, económico, de sol y playa, cultural… Uno de los que no han contado con tanta notoriedad a ojos de muchos, pero que ha tenido gran impacto en aquellas regiones y ciudades donde se ha introducido, ha sido el del juego. Conocido también como turismo de casinos, es aquel que ofrece entretenimiento a los amantes de las partidas de cartas, la ruleta y las tragamonedas. En este artículo, repasaremos cómo ha ido cambiando esta forma de viajar debido a la aparición de las nuevas tecnologías y hábitos que los jugadores han ido adquiriendo con el tiempo.
Origen y primeros pasos
Los pasatiempos que ahora se engloban bajo el término inglés de iGaming llevan siendo una de las vías para entretener a la sociedad durante varios siglos, ya en las antiguas civilizaciones romanas y chinas. Pero no fue hasta mediados del siglo XVII que en Venecia apareció el primer salón especializado, una novedad que revolucionó la vida de los vecinos y se erigió como uno de los puntos de interés de la ciudad. Poco a poco fue consolidando su éxito hasta llegar a muchos rincones del viejo continente, en especial a Francia, de donde han salido algunas de las variantes más conocidas aún a día de hoy.
La verdadera expansión de los casinos por Europa se dio dos siglos más tarde y tiene como principal estandarte a Montecarlo, en el ahora polifacético y siempre interesante Principado de Mónaco, muy vinculado al lujo. Durante esos años, era uno de los destinos más deseados para las clases más acomodadas de todo el continente, pues todo iba acompañado de una exclusividad que no se podía encontrar en otros lugares por mucho que se quisiese. Por aquel entonces, el juego ya empezaba a ir acompañado de otras experiencias como la socialización, la buena comida o la calidad en el descanso.
La explosión de este fenómeno y el éxito más absoluto se dio algo más tarde, pero en América del Norte, con la fundación de Las Vegas, creada de manera oficial en 1905 en medio del desierto. Con pocas décadas de vida, la ciudad de Nevada fue abriendo grandes y lujosos salones especializados, acompañados de una legislación acorde a las demandas de los promotores y un sinfín de experiencias para hacer la estancia lo más placentera posible. Hoteles, restaurantes y espectáculos de todo tipo acompañaban a los visitantes para proponer otros atractivos más allá de las mesas y las máquinas electrónicas.
El turismo de juego no es exclusivo ni de Mónaco ni de Las Vegas, pues en muchas regiones del mundo, viendo el éxito y el alto flujo de visitantes que atrae, apostaron por este sector. En Estados Unidos, también destacó la ciudad de Atlantic City en este sentido, del mismo modo que en el continente asiático aparecieron destinos como Macao,Singapur o Hong Kong. Con un ritmo progresivo, estos se fueron haciendo un nombre entre un público distinguido, y siempre han abogado por incorporar la tecnología para proponer nuevas experiencias y no descolgarse de los avances de la sociedad.
El auge de la tecnología
La revolución en el mundo del casino llegó en el cambio del siglo actual con la consolidación de internet y trasladando todas aquellas prácticas que antes requieran de desplazamiento a cualquier dispositivo inteligente con conexión como computadoras o celulares. Esto no solo cambió la forma en la que la audiencia accedía a los pasatiempos, mucho más cómoda y accesible que antes, sino que transformó las diferentes opciones que uno podía encontrar en el catálogo: las posibilidades ya no se limitaban a unas pocas, sino que proliferaban muchas más que las habituales.
Un caso evidente de ello se puede ver en el abanico de variantes de los juegos de la ruleta, donde en el campo digital se encuentran las más populares acompañadas de propuestas imaginativas y contemporáneas. La transmisión de las partidas con un crupier en tiempo real es una muestra más de las maneras de comunicar que están de moda en los años actuales, como también lo son títulos que modifican algunos aspectos en concreto como el hecho de manejar ritmos de la ronda más veloces o ampliar las posibilidades de hacerse con un premio mediante las bonificaciones.
Buscar otros atractivos
El turismo de casino ha tratado de buscar otros focos de interés, viendo cómo se han asentado las opciones digitales. Una de las salidas que más están tomando es la de crear experiencias cada vez más exclusivas a los visitantes físicos, como puede ser la organización de torneos que requieren invitación, encuentros con personalidades conocidas o comidas de alto nivel. De este modo, el espacio gana en glamour y se refuerza la sensación de lujo, asumiendo el riesgo de que el público menos acostumbrado a ello pueda dar el salto natural y con comodidad a internet.
Uno de los clásicos para sobrevivir a dicha competencia es combinar vivencias. Un caso que ejemplifica lo comentado es cómo Las Vegas en los últimos años se ha decantado por adoptar eventos deportivos de primer nivel como la última edición de la Super Bowl o un Gran Premio de Fórmula 1. Lo mismo sucede con programaciones culturales como conciertos masivos de los artistas más escuchados u obras de teatro aclamadas por la crítica. Así pues, no solo existe un único motivo para visitar la ciudad, sino que se añaden más opciones abrazando un público más diverso.
El turismo de casino o juego no está ni mucho menos acabado, aunque la realidad es que la aparición de las plataformas digitales le ha comido indudablemente parte del terreno. La comodidad es el principal aspecto que explica esta migración de una opción a otra; esto ha obligado a las zonas que apostaron por esta fórmula para darse a conocer a reinventarse y tratar de encontrar otras vías para ser igual de atractivos. Lo que a mediados del siglo XVII era exclusivo de solo unos pocos elegidos, ahora aparece de forma abierta para los aficionados en todo momento y lugar en pocos y simples pasos.
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