Los clientes de la esquina de Gurruchaga y Pasaje Craber celebraron la ampliación del local de Growlers en Palermo, que ahora suma un espacio en la vereda de enfrente. El nuevo sector, con un ambiente al aire libre y otro semicubierto, lleva la impronta craft que caracteriza a este bar.
Esta extensión es una casona de 1950 recuperada, con paredes de ladrillos a la vista, aberturas con marcos de época, cerramientos en hierro que aportan un leve toque industrial y pisos de cerámica con arabescos. Como en todos los locales de Growlers, la segunda barra de Palermo es de hormigón con una viga de hierro oxidado y sus mesas de madera paraíso, con capacidad para 60 cubiertos más, son altas y con banquetas en uno de los sectores, y bajas y comunitarias en otro.
Acompañando este cambio, la cervecería suma 10 canillas de cerveza, alcanzando las 30.
Para acompañar, las opciones son amplias: para picar, el chef Manuel Miragaya propone los bastoncitos de muzzarella apanados con sésamo, acompañados con dip de tomates y albahaca fresca, o los chicken tenders de pechuga de pollo en tempura con limón y dip de berenjenas ahumadas.
También están las burgers, como la Doble Smashed Burguer de carne vacuna, con pimientos ahumados, salsa criolla, tomate y lechuga capuchina; y también hay burritos, alternativas vegetarianas como el roll de falafel con cebolla morada, lechuga, repollo, cilantro, thaina de sésamo y tomate fresco; entre otros. Para el postre, chocotorta Oreo o cheesecake de limón.
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