A pesar de los malos resultados económicos, Molinos Río de la Plata sigue incrementando su pool de marcas, con las cuales busca pelear en el mercado interno de alimentos. De hecho, la alimenticia –propiedad de Gregorio Pérez Companc– tuvo el año pasado un resultado negativo de alrededor de $ 2.000 millones; sin embargo, acaba de cerrar la compra de La Salteña, empresa emblemática en el segmento de fabricación de tapas para empanadas y pascualinas, y de pastas frescas y secas, que era propiedad de la compañía norteamericana General Mills.
La incorporación de La Salteña evidencia el objetivo de Molinos Río de la Plata por expandir sus negocios más allá del actual contexto recesivo que la economía local y de las consecuencias negativas que este escenario viene provocando en las ventas de la propia empresa.
La transacción que ambas acaban de sellar incluye el control sobre la emblemática marca, además de la planta que posee en Burzaco y sus 500 trabajadores. También le permite contar con una planta propia de producción de pastas frescas y secas y sumar la marca La Salteña a las que ya comercializa en este segmento como Luccheti, Don Vicente, Matarazzo, Delverde, Don Felipe y Terrabusi. Se trata de un segmento en el cual Molinos viene apostando fuerte: a mediados del año pasado invirtió más de $ 700 millones en la ampliación de la planta de pastas Lucchetti, ubicada en Malvinas Argentinas.
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