La espera por la reanudación de la actividad hotelera y gastronómica en todo el país (en algunas regiones ya está habilitada), implica una etapa de adaptación del negocio a la nueva normalidad pospandemia. Un período de tiempo que muchos empresarios destinan a capacitar a su personal para brindar un servicio seguro e invertir en equipamiento que garantice las medidas de prevención y cumplan con los protocolos que exigen los gobiernos.
La nueva normalidad de la hotelería y gastronomía
LA NUEVA NORMALIDAD EN HOTELERÍA.
En el caso de la hotelería, los cambios que traerá la nueva normalidad pospandemia abarcan la instancia de recepción de los huéspedes, el servicio de desayuno, el uso de espacios comunes y los nuevos procesos que deberá cumplir el departamento de Housekeeping, incluyendo la limpieza de las habitaciones, las áreas comunes y los espacios para empleados.
Esta nueva realidad para la industria implica indefectiblemente una inversión. Solo por citar un caso, una certificación internacional que garantice un establecimiento libre de Covid-19 cuesta entre € 1.500 y € 2.500. Lo cierto es que, aún sin llegar a estas cifras, ningún empresario va a estar exento de invertir.
En tal sentido, el nuevo escenario sanitario global generó el desarrollo de equipamientos indispensables para el funcionamiento del sector. Algunos de ellos pensados para controlar el ingreso a los establecimientos. Estamos hablando de controladores de temperatura para quienes ingresan al hotel y los túneles sanitizantes. En este segmento se destaca la cápsula integral de desinfección de personas a base de ozono, que en 15 segundos elimina los virus, bacterias y hongos en el interior de la máquina.
En la instancia de recepción y en los espacios comunes que lo demanden, deberán instalarse señalética en el piso que garantice la distancia entre los clientes. A la vez que proveer al huésped de un kit con elementos de protección y sanitizantes.
En cuanto a la limpieza de los cuartos y los espacios comunes, un equipo novedoso es la lámpara de radiación ultravioleta para la desinfección de patógenos, ideal para grandes dimensiones. A esto se suman las lavadoras de barrera sanitaria, equipos que garantizan la higiene en cada etapa del proceso de lavandería y aseguran que no se propaguen microorganismos.
En términos de distanciamiento social, hubo un interesante desarrollo de separadores de espacios con atractivos diseños y con la opción de personalizarlos, que reemplazan la necesidad de hacer modificaciones en infraestructura. Un material novedoso y fácil de sanitizar para estos separadores son los eslabones de aluminio anodizado.
Por su parte, el ascensor (un espacio de alto tránsito) debe migrar hacia un sistema de marcación auditiva para eliminar los focos de contagio.
Para el cuidado de los recursos humanos deben estar garantizados los equipos de protección personal (EPP), que incluyen pantallas faciales, tapabocas y alcohol en gel para cada colaborador. Y el botiquín debe completarse con un termómetro. A la vez, existen tejidos antibacterianos que tienen propiedades virucidas que se pueden utilizar para la confección de los uniformes.
Además, el personal deberá tirar los EPP u otros desechos de higiene en contenedores habilitados, con accionamiento no manual y bolsa interior. Otra medida de protección consiste en habilitar un espacio para que los empleados puedan cambiarse de ropa y calzado al llegar al establecimiento y al finalizar su turno.
NUEVA NORMALIDAD EN GASTRONOMÍA.
Por su parte, si bien la gastronomía puede hacer uso de varios de los desarrollos ya mencionados, también demanda un equipamiento específico. Un ejemplo es el cambio en los modelos de cartas o menúes, tal como los conocíamos. Una alternativa es el uso de los dispositivos electrónicos de los clientes (vía lectura de código QR) pizarras o carteles, y copias desechables en papel.
Para el armado de las mesas serán necesarios manteles de un solo uso, ausencia de adornos y la eliminación de servilleteros, palilleros, vinagreras o aceiteras, priorizando monodosis desechables.
Asimismo, será necesaria la instalación de dosificadores de soluciones desinfectantes para el cliente en la entrada al restaurante y en otras ubicaciones estratégicas.
Para el segmento del delivery, el personal dedicado a las entregas debe contar con su EPP y los alimentos (hoy no solo hablamos de platos de comida sino también de tragos y vinos) demandan un ‘packaging’ creativo, sostenible y que garanticen la sanidad de las entregas. Un desarrollo interesante de los últimos tiempos es que Instagram lanzó una nueva funcionalidad con un sticker para delivery (“Pedidos de comida”), ideado para que los restaurantes reciban pedidos directamente desde las ‘stories’.
En la cocina debe haber dosificadores de jabón y dispenser de papel para secarse las manos; a la vez que deben reevaluarse los elementos de desinfección para buscar los más eficientes.
Al momento de abonar (en el local o en las entregas) se le debe facilitar al cliente medios de pagos sin contacto, impulsados en muchos casos por las aplicaciones para dispositivos móviles.
PAUTAS PARA AA&BB.
- Instalación de dispensadores de geles desinfectantes, disponibles para trabajadores y usuarios del establecimiento.
- Proceso de desinfección de vajillas y cuberterías con temperaturas superiores a 80° C.
- Lavado de mantelería, servilletas y ropa de trabajo a temperaturas superiores a los 60° C.
- Cocinar los alimentos a temperaturas mayores a 70° C.
- Preservar la cadena de frío y mantener los alimentos conservados protegidos físicamente.
- Mantener las distancias, minimizar el contacto físico.
- Lavarse las manos con agua y jabón de forma frecuente.
- Limpiar en tiempos programados las superficies usadas con frecuencia.
- Todo el personal debe conocer en detalle el protocolo higiénico, los productos químicos empleados y la frecuencia con la que estos deben ser usados.
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