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Grynszpan, San Juan: "Debemos repensar los productos"

Claudia Grynszpan, Ministra de Cultura y Turismo de la Provincia de San Juan, hizo un análisis al cumplirse el primer mes de la reapertura.

El desarrollo de la pandemia ha sido dispar en toda la Argentina. En ese contexto, hay provincias que ya han abierto su turismo interno, es decir el interprovincial. Una de ellas fue San Juan, por eso dialogamos con Claudia Grynszpan, ministra de Cultura y Turismo para conocer un balance preliminar de esa reactivación.

−¿Cuál es el balance preliminar de la reapertura de la actividad turística en San Juan?

−San Juan se reabrió el 1° de julio, con un sistema de protocolos sanitarios del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, pero además, desde el principio de la cuarentena nosotros activamos una herramienta que se llama Capacitur y que ha ido incorporando todos los protocolos sanitarios que pueden ser bajados, se cumplimenta un cuestionario y se logra una certificación avalada por el Gobierno de San Juan: por el Comité Covid, y los ministerios de Salud y de Turismo y Cultura de la provincia. De este modo, los establecimientos se fueron dando de alta, capacitando y preparándose para el 1° de julio cuando se reabrió la actividad turística para todos aquellos que se encuentran en la provincia. No podemos recibir viajeros de otras provincias. Nosotros tenemos un sistema de corredores seguros, y todos aquellos que vienen del resto del país o del Exterior deben cumplir una cuarentena de 14 días en un hotel y se debe hacer hisopados. Terminado el período, si la persona está sana, puede transitar libremente en la provincia.

Para hacer turismo, los sanjuaninos deben tramitar un permiso que apunta esencialmente a tener trazabilidad del movimiento. Allí hay que contar con quién se viaja, a dónde, dónde se van a alojar, y cuánto tiempo van a permanecer en el lugar. Se hace lo que se llama “turismo en burbuja”, la gente que viaja junta se hospeda junta y hacer actividades de no más de 10 personas y siempre cumpliendo con el distanciamiento social obligatorio.

Realmente el impacto fue muy positivo, tanto desde lo económico como desde el clima social. El humor social se ha renovado y teniendo en cuenta el decaimiento económico que la pandemia ha producido, los departamentos turísticos, que en general están alejados y son los más pequeños, estaban muy perjudicados. San Juan ya tenía casi todas sus actividades económicas reactivadas, pero se concentran la mayoría entorno a la capital y sus alrededores. El dinero circulaba por ahí y ahora con el turismo, la reactivación económica ha llegado a esos destinos turísticos más remotos.

−¿Y cuál sería el paso siguiente?

La Provincia de San Juan siempre se ha mantenido alineada con las decisiones del gobierno nacional. Y cuando activamos determinadas actividades siempre ha sido en concordancia y en coordinación con el gobierno nacional. En este caso, con el DNU último, observamos que hubo cierta preocupación porque hay varias provincias que tienen su turismo activado y recibimos consultas en el marco del Consejo Federal de Turismo (CFT). Pero en el fondo, cada gobierno provincial, acorde con su potestad puede mantener o no funcionando las actividades como lo había decidido. Hay muchas provincias que tienen un estatus sanitario bueno y en ese contexto, el turismo continuará abriendo. San Juan es un ejemplo de eso.

PROTOCOLOS Y FISCALIZACIÓN.

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Claudia Grynszpan, Ministra de Turismo y Cultura de San Juan.

Claudia Grynszpan, Ministra de Turismo y Cultura de San Juan.

−¿Los protocolos sanitarios han implicado una reducción de volúmenes y cargas?

Sí, claro. Por un lado, están los protocolos nacionales, desarrollados por el Ministerio de Turismo y Deportes, que fueron trabajados en conjunto con la Cámara Argentina de Turismo y el ICTA (Instituto de Calidad Turística Argentino). Y luego están las adaptaciones que desarrolla cada provincia, en donde intervienen los ministerios de salud provinciales. En definitiva, en San Juan, tenemos cupos por actividad. En la mayoría de los casos hablamos de 40% de la superficie; para la gastronomía, tenemos la medida de una distancia de 2 metros de respaldo de silla a respaldo de silla. Incluso, nosotros no tenemos circulación del virus de modo que desde el 1° de agosto se abrió la posibilidad de que los restaurantes o bares contraten incluso un cantante, acompañado de un par de músicos, no una banda, porque eso resta de la capacidad y de los metrajes, pero es un modo de permitir también que los artistas trabajen. A esto se suma el uso del tapabocas. En las excursiones lo mismo, hay límite de capacidad en los vehículos, asientos de por medio, etcétera.

−¿Y esto plantea un nuevo desafío de fiscalización, de controlar todo eso?

Es una mezcla. El ministerio tiene unidades con fiscalizadores del Ministerio de Turismo y Cultura que salen por la noche para controlar todo esto, pero no de modo coercitivo, tratamos de asesorar, de aconsejar y hacemos docencia. El problema no es solo el protocolo. Tuvimos en general buena respuesta de los prestadores y los empresarios, se han empeñado en capacitarse, pero también debemos difundir la conciencia en el propio usuario para que se tomen en serio el distanciamiento y el uso del tapabocas. Y como soporte, tenemos normativa especial y salimos junto a la Policía, pero sin ánimo de perseguir.

−¿El turismo intraprovincial es una forma eficiente de redescubrir la provincia para los propios habitantes?

Junto con lo económico que señalaba antes, ese es el otro gran efecto positivo. Muchos sanjuaninos no conocían la provincia, muchos no conocían Ischigualasto, muchos otros no habían visitado nunca una bodega. Tenemos algunos que hacen la visita guiada al Teatro del Bicentenario, y otros hacen circuitos en la capital en monopatines eléctricos. También vemos a los sanjuaninos con mayor poder adquisitivo que se iban a otra provincia o al Exterior, hoy los vemos gastar el dinero en la propia San Juan. Y en un contexto de crisis económica que ha impuesto la pandemia, el que solía recorrer San Juan y hoy no está, es reemplazado por este otro perfil. Se ha producido una redistribución del movimiento económico. La pandemia ha impuesto un cambio de consumo, no solo por las limitaciones económicas, sino también por las cuestiones psicológicas, hemos empezado a buscar otras cosas. Este cambio, en el sector turístico, nos lleva a repensar el producto: tenemos que repensar los productos turísticos. Hay que revalorizarlos. En nuestro caso, el turismo astronómico se ha disparado. Es una propuesta que comienza al atardecer, incluye la observación por telescopios pero que también marida con una propuesta gastronómica y maridaje con vinos locales. Y no implica, necesariamente irse lejos: hoy lo estamos haciendo a apenas 15 minutos de San Juan capital. Hay que repensar el turismo de ciudades porque tarde o temprano deberemos ver cómo las llenamos. Las ciudades concentran la mayor parte de la oferta turística, y en ese sentido es clave el segmento MICE, adaptado a esta nueva realidad.

−¿El Consejo Federal de Turismo (CFT) actúa como caja de resonancia y ámbito para compartir las experiencias provinciales como la de San Juan?

Primero, el 29 de febrero la alegría de ser electa presidenta, la primera mujer en encabeza el Consejo Federal de Turismo. Por primera vez en la historia. A los pocos días, comienza el tema de la pandemia, pero en esa primera reunión y luego fue evolucionando, planteamos que el CFT debía ser un poco la voz de las provincias a la hora de la toma de decisiones nacionales, pero que también fuera un espacio para acompañarnos, cruzar información y experiencias. Es un espacio de diálogo y consulta permanente. Hemos realizado desde entonces muchas reuniones virtuales, más que nunca, el CFT sirvió para transitar este escenario complejo para el turismo. Una experiencia muy positiva, y yo le agradezco al ministro (Matías) Lammens y a la secretaria (Yanina) Martínez.

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