El turismo contemporáneo se ha visto marcado por la promesa de un recuerdo inolvidable. Una que distingue a algunos productos de otros donde, en un mundo caracterizado por la incertidumbre y la fugacidad de las relaciones humanas, recordar experiencias se ha convertido en un bien muy preciado.
Un ejemplo destacado es el posicionamiento de Bariloche como destino para viajes de egresados. A pesar de la competencia que surge con la aparición de nuevas alternativas, esta ciudad de la provincia de Rio Negro se mantiene como opción preferida para los jóvenes. Incluso, en tiempos de pandemia y dificultades económicas, los estudiantes de último año de secundaria encuentran en este destino la certeza de que guardarán para siempre en sus memorias la experiencia compartida.
En la era de la sociedad líquida y moderna, impulsada por la globalización y las nuevas tecnologías, el consumo de servicios se adapta a las demandas de los jóvenes. Justamente, y a través de canales de YouTube, fotos en Instagram y testimonios de TikTok, pueden satisfacer su deseo de viajar desde la comodidad de sus hogares. Estas experiencias virtuales alimentan su anhelo de vivir nuevas -diversificando el destino-, incluso cuando las circunstancias personales o económicas no lo permiten.
Los interrogantes del viajero moderno
En esta economía moderna, donde la instantaneidad y la eliminación de demoras para consumir son fundamentales, el concepto de viaje ha evolucionado. ¿Por qué esperar un año para tomar vacaciones cuando se pueden aprovechar los fines de semana largos? y ¿Por qué esperar a un fin de semana largo cuando puedo satisfacer el deseo de viajar viendo a otros hacerlo, a través del teléfono, mientras voy camino al trabajo?
Un reel de 30 segundos sobre Australia, una foto de una aurora boreal que se "escrollea" rápidamente o un hilo en Twitter contando una anécdota en el sudeste asiático parecen ser las formas más eficientes de viajar sin necesidad de abandonar nuestros lugares de residencia.
La sobreexposición a estímulos de marketing y la segmentación precisa de los algoritmos en las redes sociales contribuyen a la coincidencia perfecta con los gustos e intereses individuales. Sin embargo, ¿esto implica un cambio de paradigma en el concepto tradicional de viaje? ¿Terminaron las promesas de recuerdos auténticos?
Las cifras internacionales y nacionales de turismo dicen que no. A pesar de la crisis económica y la tendencia creciente de viajar de manera digital, el número de turistas, tanto internacionales como internos, ha experimentado un constante crecimiento.
Una industria globalizada y en crecimiento
En el año 2000 hubo 674 millones de llegadas de turistas internacionales; mientras que en 2019 esta cifra se duplicó, alcanzando los 1.462 millones de llegadas (OMT, 2020). Argentina también experimentó un crecimiento similar. En el mismo período, el número de turistas internos aumentó de 19,3 millones (Sectur, 2006) a 43,3 millones, con un pico de 53,6 millones en 2013 (MTD, 2019).
Esto sugiere que las experiencias digitales no reemplazan a las experiencias reales, sino que se complementan: los destinos turísticos están más cerca de los consumidores gracias a las herramientas digitales que les permiten informarse, aprender y descubrir nuevos lugares antes de decidir dónde consumir sus experiencias de viaje. Los destinos emergentes, los pequeños pueblos y los emprendimientos originales se benefician especialmente de esta tendencia.
Angastaco, un pueblo de 880 habitantes, ubicado entre Cafayate y Cachi, es un ejemplo claro de esto. Durante la pandemia digitalizó su oferta turística y se dio a conocer a través de Instagram, atrayendo a turistas que deseaban conocer una parte de la Quebrada de las Flechas; hasta el momento desconocida de no ser por las redes sociales. De manera similar, una cooperativa de mujeres tejedoras e hilanderas -"Arañitas Hilanderas"- en Belén, Catamarca, utiliza las redes sociales como principal canal de ventas y atrae a turistas que descubrieron su existencia a través de estas plataformas (a raíz de esto, hoy tienen una película documental).
El concepto de experiencia en el turismo ha evolucionado en respuesta a las demandas de los consumidores y las posibilidades ofrecidas por las nuevas tecnologías que, a su vez, generan oportunidades para que lleguen nuevas al “radar” de los consumidores. Es importante entender que las experiencias siempre encontrarán su demanda; lo que implica, muchas veces, adaptar la oferta a estos cambios para encontrar formas innovadoras de crear experiencias inolvidables.
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