Inmersos en la peor crisis de la historia, los ánimos de los empresarios turísticos están con baja tolerancia frente a señales equívocas por parte de quienes creen que deberían colaborar en la recuperación. Por eso mismo, la reciente decisión de la Organización Mundial de Turismo (OMT) de convocar a una reunión de Ministros de Turismo de las Américas en las mismas fechas en que el sector privado, a través del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), está llamando a participar de una Cumbre Mundial en Cancún puede prender la mecha a un conflicto en ciernes.
Malestar de empresarios turísticos con OMT
La invitación de la polémica
“Debido a la urgencia de formular un plan global de acción frente a la pandemia, la OMT -junto con el Ministerio de Turismo de la República Dominicana- ha tomado la decisión de celebrar una Reunión de Ministros de Turismo de las Américas, que tendrá lugar en Punta Cana (República Dominicana), del 26 al 28 de abril de 2021”, reza la invitación de la entidad encabezada por Zurab Pollikashvili, quien el 15 de marzo pasado dio la bienvenida a la primera misión permanente del país caribeño ante la OMT.
¿Boicot o impericia?
A menos de dos mil kilómetros, en Cancún, del 25 al 27 de abril está prevista la realización de la Cumbre Mundial de WTTC, que reunirá a los principales líderes de la industria. La organización del evento empezó en 2019 y por la pandemia de Covid se reprogramó con bastante anticipación. WTTC marcó en la agenda la Cumbre como el primer gran evento presencial del sector a nivel global, el cual “marcará el inicio de la recuperación”.
Por eso, cuando se desayunaron con las invitaciones que esta semana desde OMT partieron hacia todos los rincones de América, muchos de los empresarios que participarán de la Cumbre de WTTC pasaron de la perplejidad a la furia.
Para algunos, directamente se trata de un boicot enmascarado por parte de la entidad conducida por Zurab Pollikashvili (quien suma así su segunda polémica seria en lo que va del año) hacia WTTC, México y Cancún. Para otros, es simplemente una evidencia más de la incapacidad del organismo de la ONU para coordinar acciones con el sector privado.
Ya sea una o la otra, para los empresarios las señales que trasmite la OMT no son buenas, en tiempos donde el sector público y privado deben coordinar acciones para la recuperación de la actividad.
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