El mercado del café está en pleno auge; año tras año aumenta su consumo como bebida gourmet. El correcto acondicionamiento del agua es fundamental no sólo para obtener las mejores características en una buena taza de café, sino también para proteger el equipamiento asociado para su preparación.
Generalmente, si hablamos de un buen café, nos concentramos en el tipo, origen y características del grano, así como la temperatura y los cuidados que hay que tener en cuenta para su preparación. Pero existe un factor altamente importante en su composición, que representa entre el 92% y el 98% de una taza de café, y que normalmente no es muy mencionado: el agua.
De entrada, este elemento desarrolla una función mecánica: su aumento de temperatura -por encima de los 115°C en la caldera de la máquina de café́- permite la emisión de vapor constante, actuando como transmisor de calor. Además, es utilizada como elemento emisor de presión, factor sumamente necesario para la elaboración de un buen café.
El agua es un diluyente natural y, dependiendo de la naturaleza de su origen, puede contener diferentes sales, nitritos, nitratos y cualquier otro elemento que, sin el tratamiento adecuado, puede provocar en la taza de café un exceso de acidez, presencia de materia orgánica, falta de cuerpo y aroma, e incluso inconsistencia en la leche o crema cuando son utilizadas, siendo responsable de más del 80% de los costos de mantenimiento técnico de las máquinas. Es por ello que es un factor determinante en el éxito o fracaso de una excelente taza de café́, sobre todo para un establecimiento que desea entregar un producto de calidad.
Pero, ¿cómo logramos garantizar la buena calidad del agua para el café? Lo más recomendable al conocer la ubicación del lugar donde se preparará el café es realizar un análisis físico-químico del agua. Esto posibilitará ver con precisión cuáles son los parámetros a corregir y, de esta manera, elegir el filtro que corresponda. Luego será crucial el mantenimiento de las cafeteras, no sólo para proteger los equipos involucrados, sino también para sostener el estándar de calidad ofrecido desde un principio. Todo esto incrementa la satisfacción del consumidor, ya que si el agua está purificada y tiene el justo contenido de minerales, mejorará el sabor, el aspecto y el aroma del café.
Además, el empleo de buenos sistemas de filtración permite cuidar a las máquinas de averías originadas por incrustaciones calcáreas presentes en el agua corriente, que obstruyen válvulas y acortan la vida útil de las cafeteras.
La cafetera es uno de los pilares sobre los que se sostiene el mundo del café. Asegurar su funcionamiento óptimo y continuo es de vital importancia para las cafeterías y exige un tratamiento eficaz del agua.
En el mercado hay múltiples filtros que permiten asegurar un correcto acondicionamiento del agua, eliminando aquellos elementos indeseados y logrando un óptimo resultado final en cada taza.
Algunos de los beneficios para el negocio que trae el agua tratada con filtros son:
• Tiene bajo costo de instalación e inversión inicial, ya que requiere una fácil y mínima instalación.
• Reduce las tareas de mantenimiento, ya que los cartuchos de cambio permiten una sustitución rápida sin exigir conocimientos previos.
• Reduce los tiempos de parada de las máquinas; previene fallos inesperados provocados por un inadecuado tratamiento del agua.
• Reduce gastos energéticos, asegurando un óptimo funcionamiento de la caldera.
General
La importancia del agua para un buen café
Para obtener una excelente taza de café -además de proteger el equipo con el que se lo prepara- es necesario un correcto acondicionamiento del agua.
Por Pablo Andrés Sánchez, representante técnico comercial de 3M Purification para Argentina y Uruguay.
FUENTE: la-importancia-del-agua-para-un-buen-cafe
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