¿Será el legado de Mauricio Macri para el sector? En julio de 2015, se aprobó la ley 27.161 que creaba la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA). La norma lleva la firma de Amadeo Boudou y fue uno de los últimos actos de gobierno del kirchnerismo. La Administración Macri tomó esta norma y le dio cuerpo a la EANA, como una de las pocas e ignotas políticas de Estado que se continuaron de un gobierno a otro. Siguiendo cierto paralelismo, aunque las elecciones generales presidenciales no se produjeron aún, el gobierno acaba de aprobar la ley 27.161, en la que crea una nueva Junta de Seguridad en el Transporte.
Se creó la NTSB vernácula
Mediante una nueva ley, se crea la Junta de Seguridad en el Transporte, responsable de investigar los accidentes en cualquiera de las principales formas del transporte de nuestro país.
La idea es copiar, en definitiva, el modelo estadounidense, donde ante cualquier tipo de accidente que involucre a los transportes, la responsable para investigar es la NTSB, la National Transport Safety Board, que pone su lupa sobre lo sucedido: la caída de un avión, el descarrilamiento de un tren o el choque de dos barcos en puerto. Apelando a recuerdos locales, muy caros a la sociedad, si volviera a suceder una tragedia ferroviaria como la de Once, sería esta nueva dependencia la responsable de investigar y determinar por qué y cómo sucedió.
La nueva norma crea la Junta de Seguridad en el Transporte y toma, como embrión, a la Jiaac (Junta de Investigaciones de Accidentes de la Aviación Civil). El nuevo organismo estará integrado por cinco miembros designados por el Poder Ejecutivo. El presidente de ese organismo tendrá el rango de un secretario, mientras que los otros cuatro miembros tendrán el nivel equivalente al de un director nacional, liderando cada uno un área específica: transporte aéreo, automotor, ferroviario, marítimo, fluvial y lacustre.
El texto habla también de la creación de delegaciones regionales en el Noroeste, Noreste, Cuyo, Centro y Patagonia. Como sucede hoy con la Jiaac, por ejemplo, la nueva Junta se reconoce como organismo técnico y sus investigaciones y conclusiones, aclara expresamente, no suponen una determinación de responsabilidades de carácter judicial.
Algunas definiciones.
Mediante un comunicado, el Ministerio de Transporte asegura que “uno de los mayores beneficios será separar al regulador de la investigación como ocurre en otros países que cuentan con organismos multimodales como Estados Unidos (NTSB) y Japón (JTSB). Esto no solamente garantizará la independencia sino también la transparencia de las investigaciones”. A decir verdad, este estado de cosas, de separación entre los investigadores y el regulador, es una novedad para el resto de los medios de transporte. La Jiaac ya trabaja sin injerencia del Ministerio de Transporte con total autarquía.
“La política de seguridad en el transporte se reafirma como un objetivo primordial del gobierno nacional para robustecer el sistema de transporte de la Argentina y este es un gran paso para el país, que nos posiciona a nivel regional y global”, comentó Guillermo Dietrich, ministro de Transporte de la Nación.
Por su parte, Pamela Suarez, presidente de la Jiaac, comentó: “La seguridad es la base de cualquier política de transporte y la investigación es un mecanismo necesario para el aprendizaje continuo. Argentina va a ser el primer país de la región en sumar a todos los modos de transporte. Sin duda esta decisión por unanimidad habla de la importancia de llevar adelante la creación de este nuevo organismo”. Suárez agregó: “La larga experiencia en el ámbito aeronáutico de la Jiaac será clave para el desarrollo de la nueva junta, teniendo en cuenta que la aviación es el modo de transporte más seguro a nivel mundial”.
Coincidencia
La creación de la Junta de Seguridad en el Transporte se produce a pocos días del aniversario número 20 del accidente de LAPA, en el Aeroparque. Fue un 31 de agosto de 1999, cuando el vuelo 3142 de Líneas Aéreas Privadas Argentinas, protagonizado por el B-737/200 matriculado como “Whisky/Romeo/Zulu”, concluyó trágicamente su fallida carrera de despegue, despistando, atravesando la avenida Costanera e impactando contra un talud de tierra y una estación de servicio de gas. El resultado fue la muerte de 65 personas.
Más allá de la coincidencia temporal, la creación de la Junta no gravita en episodios como el vivido. El nuevo organismo tendrá la misión de investigar cuando un siniestro se produzca. No tendrá responsabilidades en los controles y cumplimientos técnicos previos que puedan evitar episodios como el del “WRZ”. Esa potestad, la de control, sigue en poder de la ANAC.