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La Confitería del Molino aún no tiene concesión

La Confitería del Molino tiene avanzada el 75% de la obra de restauración, pero aún no tiene concesión.

Tras dos años de iniciadas las obras, avanza la restauración del histórico edificio Del Molino (Callao y Rivadavia). De hecho volvieron a girar las tradicionales aspas del lugar y se quitaron los andamios que cubrían la fachada. En el caso de la Confitería del Molino, tiene el 75% de la obra terminada pero aún no tiene concesión.

“Hay que recordar que el edificio tiene casi 8.000 m² y la confitería es solo un tercio”, explicó a Télam Ricardo Angelucci, secretario administrativo de la Comisión Bicameral Administradora del Edificio del Molino.

El objetivo de la Comisión es que en julio de 2021 la confitería ya tenga concesionario asignado para que vuelva a abrir sus puertas tras 23 años de cierre. “Si todo funcionara bien, en el transcurso del 2021 tendríamos que poder avanzar en la concesión, pero la apertura ya dependerá del inversor privado. No se puede dar una fecha porque es difícil encarar una inversión de esta magnitud en pandemia y cuando los bares de la Ciudad estuvieron cerrados o al borde de cerrar”, reflexionó Angelucci.

El futuro de la Confitería del Molino

Cabe recordar que el edificio construido en 1916, expropiado en 2014 y transferido al Congreso de la Nación a través de la ley 27.009, votada por este mismo cuerpo legislativo.

La norma indicaba que “el subsuelo y planta baja deberán ser concesionados como confitería, restaurante, pastelería o cualquier uso afín”; mientras que el resto del inmueble albergará un museo dedicado a la historia de la confitería y un centro cultural.

Asimismo, el edificio posee cinco pisos y una azotea con mirador y acceso a la torre con cúpula donde la idea es que funcione otro espacio gastronómico, de los denominados rooftop bar.

Antiguamente, los tres subsuelos eran ocupados por la Confitería que tenía en los sótanos los talleres de producción, los hornos, las máquinas y el depósito; mientras que en la planta baja funcionaba el salón de ventas y bar; mientras que en el primer piso estaban los tres salones de fiesta.

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