Ya se trate de la adrenalina (y ni hablar del pavor) que producen las montañas rusas o la sorpresa provocada por animales prodigiosos (marinos, terrestres y voladores), las emociones –así como las novedades– no se detienen en los parques SeaWorld Parks & Entertainment.
Gran estreno de Tigris y toda la alegría de Plaza Sésamo
TIGRIS YA RUGE EN BUSCH GARDENS.
Estuvimos en Busch Gardens, reino de las montañas rusas y paraíso terrenal de los amantes de la adrenalina, para la presentación en sociedad de la última gran atracción: Tigris.
En comparación con sus compañeras, se trata de una montaña rusa compacta, que ocupa un espacio reducido y sin embargo ostenta dos loops (o rulos) temibles. Hablamos con Andrew Schaffer, diseñador de Tigris, quien nos comentó más acerca de su concepto y concepción: “Al momento de planificar las novedades, lo primero que pensamos es que tipo de atracción necesitamos. Cobra, nuestra anterior apertura, estaba orientada a familias, así que era el turno de proponer emociones más fuertes. Teniendo en cuenta el sector del parque (Jungala) y la rapidez que tendría la montaña rusa, decidimos que el tigre sería su temática”.
Tras los últimos retoques, las pruebas pertinentes (primero con los carros vacíos, luego con dummies y finalmente con uno de los representantes de la empresa constructora) y la determinación final de parámetros como altura mínima del usuario (1,34 m.) y capacidad de carga, Tigris estuvo lista para su primera camada de visitantes el 19 de abril.
En sus 500 metros de recorrido propone en principio un vaivén (pasando tres veces por la pista de lanzamiento) para luego elevarse 45 metros y en dos estrepitosos giros (más un tirabuzón que te deja pendiendo) alcanzar prácticamente los 100 km/h.
Sobre los motivos para continuar construyendo montañas rusas, en lugar de otro tipo de propuestas, Schaffer reflexionó: “Muchos hacen simuladores, pero creo que ese tipo de tecnología envejece muy rápido; en cambio, estas montañas rusas son para siempre”.
LOS MUÑECOS DE PLAZA SÉSAMO VIENEN MARCHANDO.
A las montañas rusas demoledoras (como Mako, Manta y Kraken) y el contacto con los animales marinos, SeaWorld Orlando ha adicionado en abril un ítem de gran valor: los personajes y entornos de Plaza Sésamo (originalmente conocidos como Sesame Street).
Así, dos hectáreas del parque han sido completamente invadidas por la franquicia (vale agregar que lo que SeaWorld paga de regalías va a la fundación Sesame Workshop), con edificios temáticos, muchos colores y, por supuesto, la omnipresencia de Elmo y sus amigos.
Entre las calles se encuentran variadas atracciones ideales para los más pequeños, como Abby's Flower Tower, que brinda una vista de toda el área; Cookie Drop!, una caída vertical auspiciada por el querido Monstruo Comegalletas; Slimey's Slider, al estilo del famoso barco pirata, pero muy ligero y con giros; Elmo’s Choo Choo Train, un relajado paseo en tren; y la montaña rusa para principiantes Super Grover’s Box Car Derby. A ello se suma un parque de agua con juegos y chorros de todo tipo.
Pero lo mejor sucede al caer la tarde, cuando la calle principal de Sesame Street se transforma en una verdadera fiesta desde el momento en que irrumpen las carrozas comandadas por los más reconocidos personajes. Entre alegres melodías, el descontrol bien entendido comienza cuando los niños son invitados a bailar, jugar y sacarse fotos con Elmo, Big Bird, el Conde Von Count, Zoe y muchos otros. De esta manera, el Sesame Street Party Parade es el primer desfile del parque y la manera perfecta de concluir una jornada en familia.
SEAWORLD AL RESCATE.
Las presentaciones y atracciones con animales marinos y de otros tipos (como el reconocido espectáculo de las orcas o Antarctica, que emula el hábitat de los pingüinos en la Antártida) constituyen el lado A de una tarea fundacional de SeaWorld: la rehabilitación, el aprendizaje y la conservación de las especies. El Fondo de Conservación de SeaWorld & Busch Gardens forma parte de los esfuerzos en esta dirección, otorgando millones de dólares a más de mil proyectos en 60 países.
En el parque de Orlando existe la posibilidad de aprender más acerca de los animales, concientizarse sobre los peligros que enfrentan y conocer algunas de las iniciativas que el grupo SeaWorld desarrolla tras bambalinas. Es así que los visitantes pueden acceder al área donde se encuentran los barcos y camiones de rescate especiales para trasladar a los animales marinos en peligro y asomarse a las piscinas donde los manatíes están en plena recuperación. “También tenemos tortugas y delfines, y todos quedan en rehabilitación hasta que las agencias del Gobierno determinan si el animal puede reinsertarse en la naturaleza o no. Si bien trabajamos junto al estado, todo esto es iniciativa privada de SeaWorld”, explicaron los cuidadores que nos recibieron.
Por su parte, Rob Yordi, director de Conservación de los parques, comentó que la idea es “que todos los visitantes conozcan nuestro trabajo y también sepan de qué manera pueden ayudar”. Asimismo, comentó que el entrenamiento de los animales siempre se basa en refuerzos positivos, al tiempo que destacó que todo el aprendizaje recogido en las experiencias dentro de los parques se puede aplicar en la vida salvaje. Aunque en sus comienzos Yordi era reacio a la inclusión de atractivos como las montañas rusas en los parques, recordó: “Al principio no quería saber nada, pero cuando me aseguraron que de esa manera atraeríamos medio millón de personas al año para que reciban nuestro mensaje de conservación, me convencieron”.
Los caídas y rulos de Tigris llevan la adrenalina a un nuevo nivel.
Plaza Sésamo es sinónimo de entretenimiento para toda la familia.
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